En este estudio sobre el nuevo libro del Dr. David La Hoz, me permito aclarar que, esta vez,  abarcaré los últimos cuatro (4) capítulos que estructuran esta obra (V-VI-VII y VIII), los cuales abarcan desde La página 361, hasta la página 622, incluyendo la bibliografía, la cual debió ser más amplía, para asegurar el asentamiento de fuentes de consultas que registren las posibilidades indagatorias de los sujetos que, en lo adelante, se interesen por conocer y dominar tan fascinante tema del convivir democrático,  en un Estado de derechos.
En estos capítulos nos encontraremos  con "El neoconstitucionalismo ante la teoría contractualista de la libertad" y con las "Teorías Sobre la Libertad", con los "Objetivos de la libertad" y con el subjetivo tema de "la felicidad y el bienestar". De todos estos temas, haré hincapié en los planteamientos que el sujeto-autor hace sobre su conceptualización de "El Estado frente a la libertad ciudadana". He aquí que, para el sujeto-autor, "(…)para llegar a una clara determinación de la noción de derecho constitucional, se debe partir de la noción de "contrato social", pues desde que el hombre inició la vida en sociedad, ha debido hacerlo hacerlo renunciando a una parte de su libertad absoluta para, por medio de una transacción con otros hombres, obtener ventajas que le permitan consolidar su libertad" (p.362).
No olvidemos que dentro del desarrollo del Derecho Constitucional, es con Juan Jacobo Rousseau (1712-1778)que alcanza su mayor desarrollo argumentativo e institucional, por lo que a Rousseau se le conoce como el padre del Derecho Constitucional moderno. Pues, es este autor (Rousseau ), quien plantea en su teorética jurídica Constitucional; lo referente a la libertad del sujeto; el gobierno; las leyes; las elecciones o sufragio; la soberanía; la voluntad general; esto, teniendo como premisa fundamental, al pueblo como base de la soberanía, en esa relación civilizada que ha de mantenerse entre gobernantes y gobernados.
En esta obra, el sujeto autor plantea que "los neoconstitucionalistas abogan hoy, no por nacionalismos, ni estados fuertes, sino por libertades y garantías de esas libertades, a favor de los pueblos, los individuos y la humanidad, de las cuales son garantes los gobernantes"(p.372).
Se trata de una obra de consulta obligatoria para todas las personas que están vinculadas, de manera directa, con el quehacer político partidista.
De los tantos flujos de datos novedosos que hay en esta obra, es conveniente subrayar aquel que nos aproxima a la raíz de por qué Haití , hoy en día, es una nación con un significativo desequilibrio en su desarrollo económico y político. El sujeto-autor asume de manera clara y prescinda la tesis que parte del postulado de que, si bien  es cierto de que la revolución francesa de 1789, con la Declaración  Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, "hicieron insostenible el sistema de explotación esclavista prevaleciente en Haití, pues esas ideas provocaron la rebelión de los esclavos, quienes lucharon, primero, por su emancipación,  y luego, por su independencia, y finalmente, contra el racismo", no menos cierto es que esto dio lugar al nacimiento de la primera República de gente de color (negra) del mundo, dando lugar a que en el 1804, Jean Jacques Dessalines, fundara el Estado o República de Haití, bajo la premisa política de que la isla era "una e indivisible"y haitiana, como lo había sostenido Toussaint Louverture. Todo esto bajo los principios del autoritarismo y el despotismo, enterrando cualquier atisbo de libertad en ese pueblo, enterrando los sentidos de la democracia, lo que arrastraría a que hoy, Haití, sea un país sin institucionalidad y el pueblo más pobre de todo el hemisferio occidental.
De los tantos aportes que se encuentran en el corpus discursivo de esta obra, cabe resaltar el objetivo que tiene el sujeto-autor de que se pueda consolidar el principio de que el Estado debe ser garante de la libertad y de la seguridad de los ciudadanos, es decir, de los derechos de los gobernados. Procura el entendimiento de que el Estado no puede hacer uso y abuso del poder de dirigir, contra quienes le dan sentido a su existencia, los sujetos o ciudadanos.
Se expone aquí aquel principio  de que los gobernados, cambian su situación de libertad, a cambio de que los gobernantes les dispongan seguridad. En los países, donde no se puede apreciar ese proceso de intercambio, se pone en entredicho la función un el compromiso socio-político del Estado ante los gobernados, perdiendo credibilidad y certeza, lo que debilita su situación de gobernanza y posibilita el caos o una crisis institucional, como suele suceder en países como el nuestro.
Esta obra no es una fuente de conocimiento nada más para juristas o para politólogos, NO. Es también una obra de consulta obligatoria para cualquier ciudadano que desee conocer sus derechos c
ciudadanos y que sienta la necesidad de consolidar su estatus en la conformación de una nueva ciudadanía, crítica, ética y responsable de sus deberes y de sus derechos, en un Estado democrático.
El enfoque planteado aquí traspasa el ámbito del constitucionalismo, desde lo insular, para considerar los aprestos hacia una constitucionalidad que asuma el escenario de la política que se genera desde la globalización y sus acciones jurídicas vinculantes. De ahí que en están obra también se estudia la situación  de la República Dominicana, como un Estado miembro de la comunidad internacional, como Estado abierto a la cooperación y apegado a las normas y principios propias del derecho internacional. De ahí que reconoce y aplica las normas del derecho internacional, general y americano, en la medida en que los poderes públicos las haya adoptado.
No estamos al margen de movilidad propia del derecho internacional y los cambios dados en los estamentos jurídicos constitucionales que se experimentan en países con los cuales tenemos acuerdos suscritos que nos atan a su fuerza legal. Es por eso que en esta obra también se pone de manifiesto la condición de que, como Estado, "la República Dominicana acepta un ordenamiento jurídico internacional que garantice el respeto de los derechos fundamentales, la paz, la justicia, y el desarrollo político, social, económico y cultural de las naciones"(p.459). Eso entra en consonancia con un derecho constitucional transnacional, adaptado a los principios del mundo global y sus avatares cada día más mundialistas y solidario, sin olvidar nuestra condición de Nación-Estado que ha pasado por el colonialismo y que su historia republicana ha estado estampada por los trágicos rituales del conservadurismo y la dictadura o el autoritarismo, revestidos de engañosa "democracia" política o politiquera.
Se trata de una obra de consulta obligatoria para todas las personas que están vinculadas, de manera directa, con el quehacer político partidista. Aunque entendemos la crisis por la que hoy atraviesan los partidos políticos, no sólo en nuestro país, sino en Latinoamérica, hay que reconocer su valor y su funcionalidad estratégica y como eje de equilibrio social en nuestros pueblos, de ahí que en esta obra hay un tratamiento sobre la situación del bipartidismo y del multipartidismo, abordado con rigor, sin esquivar sus fallas orgánicas, como estructura social.
Otro de los aspectos tratados por el sujeto-autor en esta obra, es el referente a la corrupción. Usted se preguntará, qué hace ahí ese  tema en un texto sobre Neo-constitucionalismo? Y fíjese usted que no debe ser una sorpresa, porque, aparte de ser un problema ético, la corrupción es también un  problema de educación ciudadana, de educación cívica y política, y, por ende, es un  tema transversal a la formación del sujeto, de la familia y de la sociedad, en sentido general. Como tal, se trata de una de las precariedades más comunes de aquellas sociedades regidas por el populismo y la demagogia de las clases gobernantes, en un contexto político paternalista y  clientelista, como el nuestro, con instituciones judiciales débiles e infuncionales, por lo que no contamos con eficiente régimen de consecuencias. Cuando el sujeto-autor aborda ese tema desde la perspectiva del derecho constitucional, lo hace con el objetivo de ponernos en alerta, como Estado, bajo la premisa de que , de seguir esa trágica trayectoria, estaríamos socavando los fundamentos de nuestro desarrollo y de nuestra democracia, como nación.
Como enfoque final, en este texto, el sujeto-autor analiza un tema poco tratado desde un enfoque crítico en nuestras academias, me refiero al Derecho Procesal Constitucional. Lo enfoca desde la perspectiva europea y desde la mirada americana, deteniéndose en el Derecho procesal dominicano, dándonos una explicación pedagógica, clara y precisa, como quien procura sentar cátedras al lector, desde su discurso jurídico-político, para una necesaria concienciación ciudadana.
Quiero reiterar que es a partir del último mandato gubernamental del doctor Leonel Fernández, que la República Dominicana inicia sus pasos sobre el terreno del derecho constitucional de manera sistemática, con la nueva Constitución del 2010. Hago esa reiteración para que la memoria sesgada de quienes pretenden sepultarlo vivo, entiendan que hay hechos que justifican su vigencia en este país.
Después de los Estados Unidos de Norteamérica, la Constitución de la República Dominicana,  fue la segunda en sostener un control difuso de la constitucionalidad, con la Constitución del 1844, marcando su supremacía sobre las demás leyes, por eso se le conoce como la Ley Sustantiva, porque está por encima de las llamadas "leyes adjetivas". En conclusión, esta es una obra que traspasa el ámbito de su especialidad jurídico-constitucional, para convertirse en un recurso de lectura, para cualquier ciudadano común interesado en conocer y/o dominar saberes vinculados a la construcción de su potencial ciudadanía. En especial, es un texto recomendado para todo el que administra derecho, como los jueces, fiscales, investigadores del área jurídica constitucional, políticos y activistas sociales, comprometidos con el desarrollo de una conciencia jurídica y la búsqueda de la implementación de un  régimen de consecuencias en este país.
En otro orden, le sugiero a las instituciones de educación superior y a los organismos comprometidos con la promoción de los  derechos ciudadanos, como el Tribunal Constitucional Dominicano, que asuman esta obra como un imprescindible recurso bibliográfico de consulta jurídica, en sus acciones cotidianas por contribuir a una sana administración de justicia en nuestro país  y a la construcción de una ciudadanía ética,  responsable, consciente, respetuosa y crítica.