El día de Navidad me resulta propicio para retomar la perspectiva reformadora del cristianismo institucional realizada por el filósofo italiano Gianni Vattimo (n. 1936).

En ¿Verdad o fe débil?, Vattimo dialoga con el historiador y filósofo francés René Girard sobre el futuro del cristianismo en el contexto de una Europa secularizada.

Girard sostiene que, a diferencia de las religiones arcaicas, cuya noción del sacrificio se basa en el carácter culpable de la víctima, el cristianismo da un giro al problema mostrando la inocencia de la persona sacrificada cuya expresión emblemática es la figura de Jesús de Nazareth.

Girard defiende que el cristianismo muestra el conflicto fundacional de las religiones y la injusticia experimentada por las víctimas sacrificadas, inocentes como Jesús “que revela el malentendido oculto bajo la sangre de la historia”. (p.73).

Este mensaje del cristianismo originario ha quedado relegado en la práctica por el cristianismo institucional, preocupado por la conservación de la “Doctrina” y de los privilegios adquiridos durante el proceso social que ha permitido la  consolidación de la institución religiosa.

Vattimo propone recuperar el sentido del cristianismo originario asumiendo sus posibilidades hemenéuticas como un conjunto de metáforas que proyecten  horizontes de vida basados en una ética de la caridad, en una relación de amor a las personas, en vez de una relación de amor a la “Verdad”.

Entonces, el mensaje cristiano podría revitalizarse, en la medida en que sus practicantes reconozcan el carácter situacional de las problemáticas humanas y no sean indiferentes hacia las poblaciones vulnerables: la viuda, el pobre, el inmigrante; los verdaderos protagonistas del mensaje de la Navidad.