En estos días, solemos transitar por diversas emociones y sentimientos: Nostalgia, cursilería, romanticismo, alegría, tristeza, felicidad, melancolía, gozo… Mucha comida, dulces, bebidas, regalos, ropa nueva… Cada quien lo vive de una forma diferente, por eso hay quienes se le renuevan las depresiones y quienes se convierten en la representación perfecta de la alegría.
Yo soy del grupo que siente hasta el aire es diferente, y que opina que los villancicos le impregnan un olor y un sabor al ambiente, que nos pone más amables y felices.
Este sábado tan cercano al fin de año, me permito expresar emociones, sentimientos y pensamientos. ¿Deseos sobre lo que construye mi imaginario como un mundo mejor?
- Que no haya un solo Ser que le parezca humano dejar a alguien sin apellido, porque tuvo la desgracia de sufrir abandono. Que nadie quiera sumarle a esta terrible situación, la desprotección eterna de solo tener un nombre. Que pueda ejecutarse la Resolución que los asigna de forma aleatoria, que no crea vínculos, pero formaliza el estatus. Tatem suena bien y es bonito (encuentro yo) ¿Podrían agregarlo a lista?
- Quellegar a una posición desde donde realizar un buen trabajo en el tren público, no tenga que ser “rompiendo brazos”; no porque seas débil y no puedas hacerlo, sino porque aspiras y crees que así no vale la pena. O sea, que actuemos con el tino de cumplir los procedimientos y podamos tener confianza en que el sistema funciona.
- Que asumamos como “lo normal” la solidaridad y el cariño.
- Que el Estado aplique las políticas públicas pertinentes y necesarias para que no sigan matando a las mujeres.
- Que la sociedad cambie su forma de pensar, para que nadie justifique el feminicidio, amparándose en la idea de que las mujeres deben “complacer” a los hombres. Nadie merece morir por querer ser libre e igual en dignidad y derechos.
- Que los gobiernos dejen de buscar la “fórmula del agua tibia”, y entiendan que una atención de calidad y humana, es lo que va a resolver la Mortalidad Materna. Cosas muy simples: una tarjeta de registro mensual con el historial clínico del embarazo, que sirva de record en manos de la mujer embarazada, para que quien atienda el parto tenga información de cómo proceder; Volver al parto vaginal y que la cesárea sea la excepción; higiene en los hospitales; atención humanizada. Y evidentemente atención para evitar la muerte infantil.
- Que se apruebe un Código Penal que respete los derechos de las mujeres. Y que deje de decirse que hay que “sacar el tema del aborto”, para una ley especial, cuando lo que quieren decir, es que se quede penalizado.
- Que el desayuno escolar deje de ser un negocio multimillonario, para convertirse en un bien comunitario, al servicio de nuestros niños y nuestras niñas.
- Que las sociedades de padres, madres, tutores, amigas/os de las escuelas, recobren su sentido original de querer el bienestar del cuerpo de estudiantes.
- Que recuperemos las aceras para caminar. Y con ello todos los espacios públicos, ocupados para actividades que no permiten que podamos transitar sin obstáculos.
- Que la inversión social sea un instrumento para el desarrollo de las personas. Y así logremos disminuir la desigualdad y la exclusión social.
- Que la inversión en salud preventiva no sea solo discurso, sino cotidianidad hecha esperanza.
- Que las personas entiendan que el mal uso del dinero público les perjudica, y actuemos en consecuencia.
- Que las políticas de viviendas dignas sean verdaderas y no otra cantera del clientelismo.
- Que la seguridad social y los fondos que por ley nos quitan cada mes, sean invertidos en beneficiar nuestras pensiones, y no a las AFP, que están haciendo más rica al grupo propietario y no nos garantizan una vejez digna.
- Que recobremos la tranquilidad que nos daba ser un país seguro. ¿Como es posible, que nuestros campos sean lugares de terror, porque asaltan y roban? Que desmontarte del vehículo cuando llegas a tu casa o a cualquier lugar, no sea una proeza, porque no sabes si te asaltaran.
- Que logremos articular comunidad desde la gestión colectiva e individual. Para que logremos hacerle saber a las personas que podemos apoyarnos mutuamente, y que no pasen hechos tan lamentables como los suicidios por sentir que no tienen a nadie en el mundo.
- Que las mujeres asumamos organizarnos en comunidades de apoyo social, emocional y económico, para que juntas transformemos los imaginarios que siguen invalidándonos u ocultándonos.
Que el espíritu de la navidad y los buenos propósitos de año nuevo nos inunden en el 2018; como dice un árbol que circuló mucho en las redes, aprovechemos el tiempo para reír, relajarnos, perdonar, pedir ayuda, hacer favores, delegar tareas, expresar nuestras ideas, caminar, correr, leer buenos libros, cantar en la ducha, ayudar a personas mayores, y a todo el mundo, cumplir nuestras metas sin dañar a nadie en el camino, terminar proyectos, iniciar otros, escuchar la naturaleza, vivir en felicidad y aceptar los momentos de tristeza, permitir que nos ayuden, “perder un poco de tiempo”, dedicar tiempo al ocio, escuchar música (a un volumen que no afecte a la vecindad), emprender los cambios necesarios, escuchar el silencio, amar el mar, amar las montañas, amar a la gente, expresarlo y demostrarlo. Quizás también sea conveniente que recuperemos “La necedad de vivir sin tener precio”.
Como dice el poeta “Después no quiero más que paz, un nido de constructiva paz en cada palma…”