• La pandemia nos ayudó a estar con nosotros mismos, asumir la soledad y hasta disfrutarla. Se está solo cuando no se puede estar consigo mismo
  • En la pandemia desapareció la “ternura entre los pueblos”, que es el otro nombre de la solidaridad internacional. Y es que la globalización nos hace más cercanos, pero menos hermanos 
  • Pudimos comprobar, nueva vez, que los que menos tienen son los que más sufren y que junto a “países fallidos” hay países que están “fallando”. Los primeros sufren y los segundos solo los ven sufrir
  • Parece ser que la preocupación fundamental del desarrollo de la tecnología no es el bienestar de las personas sino el poder y el afán de lucro de quienes la dominan
  • Antes, la carrera espacial era un tema privativo de algunos Estados, ahora lo es también de algunos millonarios del área de la tecnología. Y por los esfuerzos que se hacen, da la impresión que se prefiere colonizar a Marte antes que hacer más habitable la Tierra
  • La Inteligencia artificial, la robótica y el metatarso abren enormes posibilidades. Ojalá las aprovechemos para el bienestar de las personas, de todas las personas, y no profundicemos la desigualdad y la exclusión. ¿Podremos? Lo que no podemos es renunciar a la esperanza de poder lograrlo

Conviene recordar que:

  • Quien mucho habla, poco escucha
  • Hay que ensañar a pensar, no en qué pensar
  • Cuando un hecho nos impacta preguntamos ¿por qué? y no ¿para qué? En vez de una adversidad pudiera contener un mensaje

¡Feliz navidad y un mejor 2022, pero para todos!