1. Spiderman

Durante estos días se está presentando en los cines del país y del mundo la película Spiderman. Esta película de corte familiar, que disfrutan niños, jóvenes y adultos, ha traído a colación el término o la teoría del multiverso. Según Wikipedia el multiverso es un “término usado para definir el conjunto de los muchos universos existentes, según las hipótesis que afirman que existen universos diferentes del nuestro propio”. Para unos, se menciona este concepto desde el siglo 800 a.C., para otros a partir de la Edad media, aunque existe el consenso de que este término fue acuñado por el científico y psicólogo William James a finales del siglo XIX. En esta teoría, los diferentes universos dentro del multiverso se les llama universos paralelos. 

El multiverso es así la multiplicidad de universos que existen al mismo tiempo. Ahora bien, ¿qué es el universo? Este escribidor, que desea aprender más de física y cosmología, sólo dirá en este artículo que el universo, que cada universo, se define por sus leyes propias que le distinguen y que le rigen.

En este mundo, universo en el que vivimos, pareciera que existen de por sí múltiples universos, varias leyes que rigen la vida de las personas y de cada grupo de personas que viven en este bello país. Si decimos o entendemos que varias personas o grupos de la sociedad viven en base a distintas leyes y reglas, estaríamos ya en cierto modo viviendo, no en el multiverso de Spiderman, sino en el multiverso de la realidad dominicana. 

¿Son las mismas reglas que rigen la vida de una madre que sale de Villa Altagracia en un carro de concho con su hijo de 17 años gravemente enfermo hacia un hospital en Santo Domingo, para que cuando llegue a ese hospital le digan que el equipo de resonancia magnética no funciona, en comparación con las reglas en las que vive una mujer que se atiende en un centro médico que sólo recibe seguro médico internacional o pago en efectivo para hacerse una cirugía estética? ¿Es el mismo universo? Al final, el adolescente murió en los brazos de su madre de vuelta de Santo Domingo a Villa Altagracia, sin que lo hayan podido atender y recibir en el hospital como merecía su humanidad. 

¿Es el mismo universo del hombre que se gana la vida vendiendo frutas en un triciclo en un medio de un sol calcinante, que gana en pesos dominicanos, con la de un hombre que trabaja bajo aire acondicionado como ejecutivo en la torre principal de un banco internacional con oficinas en el país, y que recibe su salario en dólares? 

¿Es el mismo universo del niño, de la niña que recibe dos días de clases presenciales hasta la 1:00 p.m. debido al covid, pues se ha tenido que dividir su curso de 50 estudiantes, con el universo de un niño, de una niña que va todos los días a su colegio, y que puede quedarse en él hasta las 5:00 p.m.? ¿Cuáles serán los universos de cada una de estas familias? ¿Cómo viven, qué trabajan cada una de ellas? 

¿Es el mismo universo de la señora que limpia su casa construida en madera con piso de tierra ubicada en la ladera de la autopista Duarte, con el universo de quienes viven en un apartamento de un sector exclusivo de Santo Domingo equipado, y que se limpia, con los últimos avances de la domótica? 

Y podríamos seguir haciendo comparaciones de los distintos universos dentro del multiverso de nuestra cotidianidad dominicana. 

¿Cómo entenderán y vivirán su tiempo y su espacio? 

2. Ignacio

En el libro de los Ejercicios Espirituales escrito por Ignacio de Loyola es dibujado un mapa de la situación del mundo antes de la Encarnación de Jesús, y se pide al ejercitante que vea “a las personas, las unas y las otras; y primero las de la faz de la tierra, en tanta diversidad, así en trajes como en gestos, unos blancos y otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo…”. Una interpretación es que en esa diversidad existente en el mundo hemos de enfocar nuestra mirada en el lugar donde se encarnará ese niño, al que luego llamarán Jesús. Al ejercitante, se le invita a que su mirada se enfoque, como si fuera el universo que da sentido a todo, en Dios y su plan, en la humildad de una mujer, que se humilla y da gracias. 

A continuación de la encarnación de Jesús, se pide al ejercitante que contemple el nacimiento del niño Jesús: qué hacen María y José para que “el Señor sea nacido en suma pobreza… y después de tantos trabajos para morir en una cruz”, para después sacar un provecho espiritual. Ignacio invita que la atención, la mirada, el corazón y la mente del ejercitante, y del cristiano, estén enfocadas en ese niño que nace acogido por el amor de su madre y de su padre. De ese niño que nace en pobreza, que nace débil y lleno de amor. 

Ese es el universo que ha de dar sentido a todo. 

3. Navidad

Dice una de las estrofas del villancico dominicano “A las Arandelas”: 

Alabemos todos

Al niño Jesús 

Que nació en Belén 

Y murió en la Cruz 

Uno de los mensajes de esta celebración cristiana: se les pide a todos los habitantes de los diversos universos del multiverso dominicano, que enfoquen su mirada en el niño que nace en Belén en pobreza y débil, y como dice nuestro villancico, que murió en la cruz, asesinado por los poderes de este mundo. 

Esa mirada posibilitará que los universos se vayan uniendo, que se vayan eliminando las barreras y las reglas de los universos. Ver que ya no están en diferentes cielos sino que todos estarán viendo el nacimiento de un cielo nuevo y una tierra nueva, donde todas las personas puedan vivir con dignidad, sin fronteras, en hermandad. En ese cielo nuevo y en esa tierra nueva, lo más importante ya no serán las cosas que tengo o las que me falten, pues por la nueva forma en que se relacionen los humanos ya nada le faltará ni le sobrará a ninguna de las personas que viven en él. Posibilitará que todas las personas puedan vivir en paz, en comunión entre sí, y consigo mismas. 

A quienes celebran en este tiempo, se les pide sacar provecho espiritual de esta conjunción de universos, para que en medio de la vida basada en una relación sin límites, puedan celebrar la navidad en plenitud.