El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi la muchedumbre de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del Planeta y ninguno me reflejó (…) vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph (…) Jorge Luis Borges (1983). El Aleph, p.142-143.
Las múltiples redes (incluida Internet) son la infraestructura del ciberespacio, el cual deviene en espacio social, de comunidades y nichos virtuales, de redes sociales y refugio cibernético. Muchos ataques cibernéticos o ciberataques a redes o la misma Internet, provienen de fallas encontradas en los millones de líneas de software. Los programas informáticos tienen como función, desde el ciberespacio, hacer un diagnóstico remoto para detectar y reparar cualquier problema que tengan esas líneas o los sistemas computarizados que existen en un espacio físico.
Los especialistas en ciberseguridad o redes, aunque no parten de un pensamiento complejo y filosófico que implique el sujeto cibernético, (recursividad lenguaje–cerebro) el poder cibernético y la cibercultura no por eso dejan de trazar líneas generales, en ocasiones puntuales, relacionadas con sus investigaciones, como ocurre con los investigadores Clarke & Knake, cuando dicen:
“El ciberespacio lo conforman todas las redes informáticas del mundo y todo lo que ellas controlan. No se trata de Internet. Es importante dejar en claro la diferencia. Internet es una red de redes abierta. Desde cualquier red de Internet, podemos comunicarnos con cualquier otra red de Internet. El ciberespacio es Internet más montones de otras redes de ordenadores a las que, se supone, no es posible acceder desde Internet (…). Otras partes del ciberespacio son las redes transaccionales que sirven para enviar y recibir datos acerca de, por ejemplo, los flujos de dinero, las operaciones en el mercado de valores y las transacciones con tarjetas de crédito. Algunas redes son sistemas de control que sencillamente permiten que las máquinas hablen con otras máquinas, como los tableros de control con las bombas, los elevadores y los generadores.” (2011: 103- 104).
Esos autores, expertos en ciberseguridad de poder cibernético, (específicamente de Estado) ponen varios ejemplos de cómo el ciberespacio trasciende una determinada red e incluso el propio Internet. Ellos no tratan la parte filosófica, cibercultural y social que tiene que ver con el ciberespacio, porque su discurso se sitúa en el orden del poder cibernético. Uno de esos autores (Clarke) fue responsable de la ciberseguridad de varios presidentes de Estados Unidos. Duró 30 años trabajando (esas áreas) entre la Casa Blanca, el departamento de Estado y el Pentágono.
En el ciberespacio no hay un sujeto–objeto como en el espacio físico, esto es así, porque dicho objeto como construcción de lo virtual se encuentra en todas partes al mismo tiempo y el sujeto se convierte en ubicuidad virtual, el objeto de investigación se construye en redes. Sin embargo, este sujeto vive una territorialidad, pero entre el espacio de los flujos de Internet y de otras tantas redes desde donde brotan el ciberespacio y todas sus dimensiones, no significa la sustitución del espacio virtual por lo real y sus redes multimodales de espacio virtual por redes de la vida general (Castells, 2013) y más bien es un híbrido.
Para el filósofo Echeverría el ciberespacio es más amplio y complejo que Internet, porque hay otras “redes bancarias y financieras de dinero electrónico, cuya presencia entre los ciudadanos se manifiesta en forma de tarjetas de crédito, dígitos de identificación de las cuentas corrientes, transferencias electrónicas de dinero, etc.” (2013:111).
Al cibermundo y sus redes multimodales, incluidas en el ciberespacio, él lo llama “el tercer entorno”, donde no todo es Internet, ya que se puede estar en ese mundo virtual sin conectarse a Internet:
“Los usuarios de un ordenador hacen cosas en el espacio electrónico, por ejemplo, editar textos, imágenes y sonidos, o diseñar y organizar una base de datos. Otro tanto sucede con las consolas de videojuegos, algunas de las cuales permiten jugar en línea, otras no. Un niño y una niña que juegan con esas consolas están mentalmente en el tercer entorno, aunque no estén conectados a Internet” (ídem).
Navegar por el ciberespacio es ir más allá de esas conexiones e hiperconexiones de redes; es traspasar la ventana y el sistema de computación digital, poner a volar nuestra mente, por los diversos movimientos interactivos de ese tercer entorno. Aun sin redes (Internet), nos insertamos en los microespacios del ciberespacio para leer “un libro electrónico en una tableta o e-book”, para componer una melodía en el ordenador o en el móvil, sacar “fotos digitales”, escribir “un mensaje electrónico, o editar un texto, imagen o sonido”. (Ibíd.: 112).
Navegar por el ciberespacio va a depender no solo lo que se consume e interactúa sino de la capacidad (lenguaje) de crear realidades nunca imaginadas en el ámbito del pensamiento, de construir espacio virtual de participación y simbolización, de aprendizaje y de producción de nuevos conocimientos. El sujeto con múltiples dimensiones virtuales (Second Life) en el ciberespacio puede sentir el viaje por dimensiones diversas, encontrarse en conferencias, tertulias ciberliterarias, así como vivir encuentros empresariales, políticos y científicos en cualquier región del cibermundo.
Es construir un discurso simbólico inédito con la Ciberliteratura fraguada en el ciberespacio, en la inmersión virtual, en la cibercultura, en el discurso fundado en el hipertexto, lo interactivo, multimodal, la ciberpragmática (Yous,2010). Es desde las navegaciones que brota el cibercuento:”Lo único que te puedo decir, Rosanna ,que nuestro encuentro en el ciberespacio fue un encuentro virtual, tal como lo describes en el cuento “Regreso de una cibernvegacion.”Lo único malo de todo esto es que nadie lo creerá y pensaran que lo estoy inventado, que no fue real, que sólo fue parte de una imaginación de esas que se les ocurren a un soñador que se siente de vez en cuando abrumado por tantas investigaciones.” (Merejo, 2002:26).
Notas:
Notas: 1. El primer artículo dice cibernética de segundo” órdenes”, lapsus de clave, es cibernética de segundo orden.
2. Hernández, Adolfo (2015) ¿Estamos seguros en el ciberespacio? En: https://www.youtube.com/watch?v=qSfbD6cc64M (recuperado septiembre 2015).
Merejo, Andrés (2002). Cuentos en New York. Santo Domingo: Búho.
3. Parra, Sergio (2013). Proyecto Humano Visible en https://www.xatakaciencia.com/biologia/proyecto-(recuperado Julio 2014).
4. Omito referencias por su extensión y en parte se encuentran implícita en los tres trabajos.