No solo en Baní los puntos de comercialización e intercambio de estupefacientes campean a sus anchas.  Todo el país es un asidero de fuertes pugnas entre bandas y narcotraficantes que se creen (y lo tienen) con poder de establecerse en cualquier esquina a traficar con su producto, bajo la sempiterna  mirada de las autoridades,  casi siempre,  partícipes del negocio.

Si solo fuera en Baní, la venta y compra de drogas por traficantes de poca monta, con un fuerte prontuario delictivo a sus espaldas y harto conocidos de las autoridades,  el problema pudiera tal vez, ser controlado. No es la realidad.

Baní, es una de las tantas provincias del país donde el tráfico de drogas está presente desde que amanece hasta el otro día.  Todo el país es un enjambre del tráfico de drogas no solo en ventas palpables en las calles sino en lavado de dinero a través de negocios, construcciones y todo tipo de tapadera con el trasfondo del narcotráfico. Nada nuevo bajo el sol.

El país, no solo es puente de venta, también servimos como destino preferencial para la estadía de narcos conocidos, que inmediatamente aterrizan en suelo dominicano los reciben, al parecer, con una variedad de cédulas, pasaportes y actas oficiales, como si de souvenirs se tratará. Todo bajo la atenta mirada de los gobiernos pasados y actuales, pero nadie sabe nada. Nadie "conoce".

En ese sentido, desde hace aproximadamente 15 años o algo más, la presencia del narcotráfico como todos sabemos es más recurrente en nuestra sociedad  y sus consecuencias por ende, también.  Los distintos gobiernos que hemos tenido incluso han comulgado con esos narcos conocidos por todos, como si esto fuera algo "normal".  De hecho, a lo largo de la historia, sobre todo en Latinoamericana, muchos gobiernos y presidentes le deben sus campañas a divisas recibidas del narcotráfico. Nada nuevo tampoco. 

Nosotros los dominicanos, ya estamos acostumbrados a los "ajustes de cuenta", los "intercambios" de disparos de la policía y traficantes, a la permisividad rampante de las autoridades y gobiernos en la protección de narcos y los resultados de sus negocios. Cuántos casos conocemos:  Arturo del Tiempo, Agosto, Toño Leña, Quirino, etc…Todos con fuertes inversiones, intereses y relaciones en nuestro país y protegidos…¿los recuerdan?

Por eso, a raíz del lamentable e inhumano suceso del coronel Ramos donde todos pudimos ver la grabación del asesinato,  quedó una vez más demostrado que las autoridades son deficientes, trafican también y permiten estos trapicheos.

Recientemente, el Presidente Medina descubrió la pólvora. Dijo que lamentables sucesos resultados del narcotráfico significan que "hay gente de cuello blanco en el narcotráfico". Sí Presidente, los hay desde siempre, usted lo sabe, su mismo partido y compañeros han dialogado, permitido y recibido prebendas de todos esos narcos. Usted Presidente no dijo nada que no supiésemos.