“Todo pensamiento de mejora en que el
sentimiento nacional se postergara a la
conveniencia de partidos, debía siempre
reprobarse, porque puesto en ejecución
constituía delito de lesa patria”.

Juan Pablo Duarte

Los términos que dan título a este artículo son definidos por la Real Academia Española de la siguiente manera:

para nacionalismo tiene dos acepciones, veamos.
• Sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia.
• Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado.

En cuanto al vocablo entreguismo nos ofrece las tres acepciones siguientes:
• Apocamiento del ánimo que induce a aceptar de antemano la victoria del contrario.
• Especialmente en política, sometimiento a las ideas ajenas, deponiendo las propias.
• Tendencia a vender los intereses patrios a intereses extranjeros. (C. Rica, Cuba, El Salv. Y Ven.)

Personalmente, quien esto escribe ve el nacionalismo como la aspiración de un pueblo por enrumbarse por caminos independientes de imposiciones externas, con la dignidad y acciones soberanas que lo hace respetable ante el concierto de naciones, y que lleva a cabo la defensa de sus fronteras, y sus intereses nacionales, apegado siempre a la convivencia pacífica y al Derecho Internacional. (nada que ver con un nacionalismo conservador, agresivo y tirano).

En cambio, nuestra perspectiva sobre el entreguismo es diametralmente opuesta a lo anterior. Lo vemos como la sumisión del poder de la nación a designios foráneos, producto de la falta de responsabilidad de la clase dirigencial, que resulta en calamidades futuras para el pueblo.

Juan pablo Duarte, el dominicano que ha dado más muestras de nacionalismo en toda la historia de nuestra nación pensaba que La República Dominicana debía de ser libre e independiente o habría de hundirse la isla. Esta expresión la escribió el patricio en su carta dirigida al Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno Provisional Restaurador de Santiago, fechada en Caracas el 07 de marzo de 1865. Esta es una muestra del nacionalismo más preclaro en el que se puede pensar, y nadie puede negar que era un hombre de ideas liberales que aspiraba a obtener los mejores destinos para la naciente república.
¿Quien puede dudar del nacionalismo de Juan Bosch, así como que fuera un verdadero liberal? si este fue el hombre que exclamó: “Si para nosotros no hay nada tan admirable, hermoso y grande como el hombre, nada puede ser más admirable, hermoso y grande que el pueblo dominicano”, o en la que expresó: “A la patria no se le usa, se le sirve”.

Sobre el patricio, la impresión que nos llevamos hoy, es que existe un plan de poco a poco ir sacándolo de la conciencia nacional, y con él, irse llevando también todo vestigio histórico de los hechos de nuestra gloriosa gesta independentista. Se busca crear cierta nebulosa de tergiversación de acontecimientos y la vida social dominicana con respecto a nuestro vecino Haití. En ese sentido hemos visto en fecha reciente los cuestionamientos de algunos libros de texto que se han llegado a calificar de “racistas, xenófobos, fusionistas y antipatrióticos”.

Todo luce indicar que son acciones puestas en movimiento por instancias de poder, tanto económico como mediático. Cada año son más opacas las celebraciones patrias. Y nos preguntamos ¿a que obedece tal actitud de las instituciones oficiales encargadas?

¿Como puede ser que el principal funcionario encargado de gestionar la puesta en práctica del proceso de naturalización a que estamos abocados, se exprese acusando de racistas a sus connacionales que no están de acuerdo con una prorroga ilegal de la vigencia de los carnets que vencían este 17 de julio?.

Esta es un actitud entreguista, esto es ponerse a la orden de los intereses extranjeros y en contra de los intereses nacionales, estos últimos, parece entender el ministro que son los intereses del gobierno y de su partido; recordemos que el Ministerio de Cultura se arrodilló ante uno de los más acérrimos críticos de nuestras disposiciones constitucionales e interpretaciones de nuestro Tribunal Constitucional con respecto al estatus de los nacionales haitianos en nuestro país.

El legado de Juan Bosch, ha sido olvidado y traicionado, nada más y nada menos que por sus propios discípulos, para quienes aquellas enseñanzas y frases a las que nos hemos referido, hoy no van de la mano con su concepción pragmática de la política y el poder. La impronta de Duarte intentan sacarla de la conciencia nacional. Pero el Pueblo Dominicano no permitirá que se imponga el entreguismo ante el nacionalismo.