Recientemente todos nos hemos enterado en la prensa de los propósitos del Ministerio de Turismo en relación a la intervención que planea llevar a cabo en las ruinas de San Francisco, dichos propósitos, han sido ampliamente criticados por diversos sectores de la población, pudiendo calificarse esta medida como impopular. Se trata de una intervención mayor, que pretende variar la estructura de las ruinas y que va más allá de los aspectos puramente conservacionistas de este patrimonio arquitectónico de nuestra ciudad Santo Domingo y de la humanidad.
Al margen de los aspectos técnicos-científicos de la conservación de las ruinas y del incorrecto método que pretende ser utilizado por el Ministerio de Turismo para la intervención de referencia, resulta útil, que aunque sea de forma breve, expliquemos las competencias que devienen de nuestro ordenamiento jurídico para determinar con claridad a quien corresponde la habilitación legal para llevar a cabo dicha actuación.
La razón de existir de un Ministerio de Turismo sólo abarca el ámbito de la actividad de fomento del turismo, así como, toda la organización e implementación de las políticas de turismo del gobierno y la coordinación de sus competencias con otras administraciones públicas que puedan incidir directa o tangencialmente en el desarrollo del turismo y su crecimiento.
Dentro de la cláusula competencial descrita, atribuida al Ministerio de Turismo, no observamos en la misma que dicho Ministerio sea competente para la conservación del patrimonio histórico y cultural del Municipio, las autorizaciones de uso de suelo, el planeamiento urbano, la gestión del suelo y del espacio público; cada una de estas competencias mencionadas, resultan ser propias o exclusivas de nuestros Municipios, conforme se desprende de la aplicación del artículo 19 de la ley 176/07.
No obstante lo expuesto, los propósitos del Ministro de Turismo ya van muy avanzados, de hecho, en la actualidad, ha sido adjudicado un contrato al Consorcio Moneo Arquitectos para la intervención de las ruinas, presentándose el púbico el diseño conceptual de la intervención, de ponerse en ejecución dicho contrato, evidenciamos una extrema urgencia que ha de ser paliada en lo inmediato, urgencia que deviene no solamente por la falta de idoneidad de la forma en la cual se intervendrían las ruinas, sino también, por la incompetencia absoluta y manifiesta del Ministerio de Turismo para llevar a cabo esta actividad.
Es en esta tesitura, que el Concejo de Regidores ha dictado la resolución 5/2015, mediante la cual, suspende de manera provisoria cualquier tipo de trabajos que vayan a ser ejecutados en las ruinas de San Francisco, otorgando en consecuencia poderes al Alcalde para la interposición de un amparo preventivo con la finalidad de impedir cualquier cambio en la estructura de este bien patrimonio de la humanidad.
La reacción del Concejo de Regidores resulta ser adecuada y cónsona con la defensa de las competencias del Municipio, y presupone un reto y una obligación para nuestro Alcalde, quien ya ha sido autorizado por el Concejo de Regidores a los fines de interponer un amparo preventivo con la finalidad de evitar situaciones de índole irreparables en nuestro patrimonio arquitectónico.
Esperamos que esta situación no llegue a mayores y que no se continúen repitiendo estos precedentes de usurpaciones a las competencias del Municipio, y en especial, en un lugar como la zona colonial que en la actualidad, precisamente se encuentra siendo objeto de una intervención por parte del Ministerio de Turismo también al margen de sus competencias y con graves externalidades que son de nuestro conocimiento.
La medida más sabia es admitir que se ha errado y proceder a enmendar cuando aún hay tiempo, procediendo a la terminación del contrato a la empresas que conforman el Consorcio Moneo Arquitectos, reparando los daños derivados de esta terminación a estas empresas conforme se establece en nuestra legislación de compras y contrataciones.
De toda esta crisis, visualizamos una luz en el camino que nos lleva a admitir que existe una mayor conciencia y empoderamiento de nuestros munícipes y sus representantes, en un órgano plural como lo debe ser un Concejo de Regidores que con todas las limitaciones que impone nuestra débil democracia ha salido a dar la cara y a dar un espaldarazo a los munícipes de nuestra ciudad Primada de América.