La sociedad europea poscolonial dejó rastros en sectores que se convirtieron inclusive en referentes masculinos, tanto por el poder que se desprendía de ellos, así como por la normativa implícita sobre la cual se desarrollaban.

El arte no fue la excepción ya que dejaba pocas brechas, que por suerte fueron muy bien cubiertas. Tras la formación académica y el despliegue de tantas figuras, a partir del siglo XIX estas contribuciones germinan, para traducir la impronta de uno de los principales referentes femeninos estudiado y documento con más amplitud en el país, Celeste  Woss.

La búsqueda de identidad provocó que Woss, como otras que más adelante fijaron su marca, se apartaran de una vida de evocada burguesía para ir tras los méritos posteriormente reconocidos como artistas y docentes. Además de otras que demostraron la construcción de nuevos lenguajes visuales con precedentes en el dibujo y la pintura, pero también por la práctica fisonomista y reveladora del erotismo.

A partir de la creación de la Escuela Nacional de Bellas Artes, surgió un gran conjunto de mujeres que con su participación aportaron a un proceso histórico consecuente, en el que cientos de féminas artistas diseminadas por todos los lugares, evidencian una gran capacidad operativa y asociativa, que les ha permitido establecerse en los niveles más altos del ámbito cultural, dentro y fuera del territorio nacional.

Este próximo Día Internacional de la Mujer, las confirma deslumbrantes y fuertes con roles significativos, ocupando además posiciones importantes en algunas instituciones del quehacer cultural. Las descubre en expresiones y eventos colectivos en espacios notables, celebrándose cada día. Y en el caso de muchas que conozco, al margen de corrientes temporales que es lo más plausible. Felicidades a todas.