Quienes hemos tenido el privilegio de viajar y conocer grandes ciudades no nos  sorprende que ocupemos el segundo lugar en el mundo con más muertes de tránsito. Superamos 2.5 veces el promedio de 16.1 de América. 41.7 fallecimientos por cada 100 mil habitantes, es el precio que pagamos por el desorden, la ausencia de controles, la desorganización y la permisividad.

Con menos de la mitad de los vehículos, en los países de ingresos bajos y medianos se produce más del 91% de las muertes de accidentes de tránsito. Cada año se pierden casi 1.4 millones de vidas y entre 25 millones y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y padecen alguna forma de discapacidad”. Se estima que el costo supera el billón de dólares, es decir, 1,000,000 millones.

La Ley 87-01 de Seguridad Social excluyó del Plan Básico de Salud a los tratamientos médicos por accidentes de tránsito. En cambio, dispuso la creación del Fondo Nacional de Atención Médica por Accidentes de Tránsito (FONAMAT), considerando que este costo mortal sólo deben pagarlo quienes lo ocasionan.

Durante mi gestión como Gerente General avanzamos en los estudios técnicos y actuariales para incluir un costo adicional al seguro de vehículo de motor, en proporción al daño producido. Esta iniciativa no encontró suficiente apoyo en las autoridades nacionales por el temor a las posibles protestas de los grupos más afectados.

En nuestro país la oferta vehicular ya supera los tres millones de unidades, donde los motores representan más de la mitad. Los hospitales de traumatología indican que los motores generan la mayor cantidad de accidentes y muertes de conductores, pasajeros y transeúntes.

Las informaciones oficiales indican que la mayoría de estos motoristas carecen de matrícula, del seguro obligatorio, carecen de luces y están en mal estado. Como resultado del desorden y la permisibilidad es frecuente ver a tres y cuatro personas en un motor incluyendo menores, todos sin el casco  protector.

Hace un año el CNSS contrató un estudio actuarial para determinar el costo de este seguro. Todavía no se conocen los resultados ni las posibles fuentes de financiamiento. El costo social de las muertes anuales por accidentes de tránsito se estima que tiene un impacto equivalente al 2.21 % del PIB, anual.

Según los reportes de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), las transferencias al SENASA para el FONAMAT asciende a 252.1 millones de pesos entre Enero y Septiembre de este año. El monto acumulado asciende a 1,458.7 millones sólo por el Régimen Contributivo durante los ocho años de vigencia.

En vez de adoptar una política correcta y racional, las autoridades han optado por remiendos, asumiendo el costo de accidentes que son cada vez más aparatosos, lamentables y costosos. Pero, al no tocar ni enfrentar el fondo, el problema continúa agudizándose al extremo de colocarnos en una posición vergonzosa a nivel mundial.

Las lesiones de tránsito causan pérdidas económicas considerables a las víctimas y familiares. También empañan la imagen del país. Para enfrentar con éxito esta penosa situación, es necesario organizar el tránsito y poner orden en las calles y carreteras. Y también hacer que los responsables de estos accidentes asuman el costo económico y social que provocan