MUDANCERO

Últimamente en la prensa dominicana se utiliza esta voz con bastante frecuencia. Se la usa para referirse a las personas o familias que se mudan desde el extranjero hacia República Dominicana. En algunas instancias se sospecha que se denomina con esa nueva voz a las compañías que se dedican al negocio de realizar mudanzas internacionales con destino a la República Dominicana.

Se puede certificar que la voz es de creación reciente en República Dominicana. No se ha encontrado rastro de la voz tratada en esta sección en los repertorios de voces latinoamericanas.

Con anterioridad los hablantes de español dominicana empleaban la combinación “compañías de mudanzas” para las empresas dedicadas a esta actividad comercial. Cuando las firmas no solo realizaban las mudanzas de enseres y muebles del hogar y, se dedicaban al acarreo de todo tipo de mercancías entonces preferían llamarse compañías de “mudanzas y acarreos”. Con el último nombre los empresarios dejaban claro que también transportaban mercancías de todo tipo. Otras preferían llamarse de “compañías de transporte de cargas”.

Enfocado el asunto desde el punto de vista de la formación de la palabra, la terminación –ero se ha utilizado con frecuencia en español, como ejemplo de eso pueden citarse, guagüero, bodeguero, barbero, peluquero y, muchos más

La mudanza a la que se contrae esta sección es a la que se refiere al cambio de domicilio. No tiene relación alguna con los cambios de parecer, ideas o sentimientos que experimentan las personas durante sus vidas.

De acuerdo con lo que consigna el Diccionario del español dominicano (2013), para la mudanza del cambio de domicilio los dominicanos también usan el vocablo mudada.

Esta voz del título, de reciente introducción, tendrá que demostrar su perdurabilidad a través del tiempo. Si cae muy bajo el uso puede que desaparezca del vocabulario activo de los dominicanos.

Enfocado el asunto desde el punto de vista de la formación de la palabra, la terminación –ero se ha utilizado con frecuencia en español, como ejemplo de eso pueden citarse, guagüero, bodeguero, barbero, peluquero y, muchos más. Estos ejemplos, así como la voz del título son derivados de formas plenas que denotan actividad, ocupación o, profesión.

A CÁMARA LENTA – EN CÁMARA LENTA

“Es un desastre que se mueve A CÁMARA LENTA”.

En las conversaciones, así como en algunos escritos se utiliza con frecuencia la preposición en, en lugar de la preposición a, que es la de uso de acuerdo con la tradición.

No hay necesidad de cambiar el hábito de decir o escribir la locución.

Todos los diccionarios asientan la forma de la locución adverbial con la “A”. Hasta el Diccionario de uso del español de María Moliner así lo consigna. Entre los consultados, el Diccionario del español actual incluye la preposición EN para lo que se hace “a ritmo más lento de lo normal”, es decir, “muy despacio”; esto es, “a velocidad más lenta de la habitual”.

No hay necesidad de cambiar el hábito de decir o escribir la locución. Las dos formas están acreditadas por el uso, aun cuando algunos diccionarios no registran la manera de hacerlo con la preposición “en”. La última preposición aparece en el Diccionario integral del español de la Argentina.

TRANSICIONAL

“. . .con el acuerdo de paz implementará un sistema de justicia TRANSICIONAL en el que todos los responsables de delitos comparecerán ante los tribunales”.

Las reconocidas autoridades de la lengua antes de conceder el reconocimiento oficial a una palabra se adentran en todo tipo de averiguaciones. Van hasta los genes de la nueva voz que trata de penetrar en el seno de la lengua española, esa que busca reconocimiento oficial.

No se conforman las academias con investigar los genes, sino que van más allá, investigan la frecuencia de uso con la ayuda de los medios modernos de medición. Es más, inquieren en torno al tiempo que hace que estos nuevos vocablos se mantienen en el uso de los hablantes, y sobre todo, de los escribientes.

Es probable que en la próxima edición del diccionario oficial de la lengua se incluya porque los redactores hacen sentir la necesidad de esta voz en el español moderno.

Para que una nueva palabra sea admitida en la lengua tiene que pasar por varios cedazos que certifiquen su validez, su vigencia y su permanencia. En la lengua española no existe decisión alguna que se deje al azar.

En paralelo a las autoridades reconocidas de la lengua existen reconocidos investigadores que mantienen las antenas alertas para captar los cambios que ocurren en el español cotidiano. Por eso  se mencionan las obras de esos estudiosos en estos comentarios. Además, ellos no están ligados por las mismas responsabilidades que las academias cuando estas actúan en nombre de las instituciones.

Luego de otra introducción fuera de proporciones, puede pasarse al examen de la voz del título, transicional, que no ha logrado el reconocimiento que merece si se evalúa su utilización.

La voz transicional no está inventariada en el DEL, Diccionario de la lengua española. No obstante, el diccionario Clave, Diccionario de uso del español actual lo registra en tanto adjetivo invariable, con la acepción, “que pasa de un estado a otro”. Así mismo, en el Diccionario del español actual costa con la definición: “De (la) transición”. En esencia estas dos acepciones se reducen al mismo contenido, porque la transición es el “paso de un estado o modo de ser a otro”, de acuerdo con lo que consigna el Gran Diccionario Larousse de la lengua española. No se sitúa muy lejos el Diccionario integral del español de la Argentina cuando escribe que transicional es: “De la transición o relativo a ella”.

Al transcribir lo que esos diccionarios entienden se hace con la intención de destacar que existe la tendencia a introducirlo en el español sancionado. Es probable que en la próxima edición del diccionario oficial de la lengua se incluya porque los redactores hacen sentir la necesidad de esta voz en el español moderno.

A FIN DE CUENTAS – *AL FIN DE CUENTAS

“AL FIN DE CUENTAS, todos saben que cualquier paso en falso terminará siendo repetido sin cansancio por la televisión”.

Son muchos los argumentos que pueden invocarse para mantener que la forma correcta es con la preposición a, y, no con la contracción de esa preposición con el artículo el, que produce al.

Cuando se desea expresar “en resumen, en definitiva”, se dice o escribe “a fin de cuentas”, que se considera una locución adverbial.

El primer argumento es el uso, que es el que impone los modos y formas en que la lengua se pule a través del tiempo. Otro argumento que puede esgrimirse es que cuando una persona pregunta por las razones que la impulsan a hacer algo, dice: ¿A cuenta de que actúas así?

Cuando se desea expresar “en resumen, en definitiva”, se dice o escribe “a fin de cuentas”, que se considera una locución adverbial. Vale para expresar que con esa expresión se reafirma o apoya la idea que precede al uso de la locución. Por esta cuenta existe también, la locución prepositiva “a fin de” que equivale a “con objeto de, para”.

La confusión se origina porque en español hay además otras locuciones que se forman con la ayuda de al fin. La locución adverbial al fin sirve para expresar “por último, después de vencidos todos los obstáculos”.