Hace unos años, en la avenida Bolívar había un establecimiento donde proyectaban los partidos de béisbol. Para la importante misión se utilizaban grandes pantallas que se colocaban dentro del lugar con gran ánimo de los concurrentes. No solo aquí, sino que en otras partes de la ciudad –y del país–, se hacía lo mismo.

Para la época, –me refiero a la nostálgica década de los 90’s–, los dominicanos dominaban el arte de comprar una cerveza y exclamar cuando ocurría un hit de su equipo, o cuando algún bateador la sacaba del parque, lo que implicaba que su apuesta estaba con vida y que podía ganar unos cuantos pesos. Con su destacado estilo en el plato, Don Mattingly hiteaba la bola hacia los files.

Que se sepa, no se ha hecho una investigación para determinar el número de apuestas realizadas en una temporada en alguno de estos lugares. Podemos decir que no eran pocas, y tampoco podemos negar que la sensación era de estar en Las Vegas, Nevada.

Una predicción beisbolística no es igual a una predicción epidemiológica. Podemos asegurar que tal o cual equipo ganará, como también podemos asegurar –de manera especulativa–, que la pandemia terminará en tal o cual año. En el caso del béisbol tenemos la ayuda de la efectividad del pitcher, algo que tampoco es seguro. A cualquier pitcher –Sandy Koufax, Bob Gibson, Tom Seaver, para nombrar a unos pocos–, podían “caerle a palos”. Siempre hay un riesgo implícito en el oficio de las apuestas.

En el caso de la pandemia que vivimos, lo que se desea es tener muchos strikes. Pensamos en un juego de Nolan Ryan –para solo citar uno–, o mejor en una vacuna que nos dé la máxima fuerza de inmunidad.

Mientras tanto, el país quiere más inversiones en este 2021. Es necesario que se disponga del necesario clima que las permita, las aúpe y las acelere. Los sectores empresariales dicen que esto es un axioma del desarrollo. Conocen la lógica de los inversionistas y en este escenario es bueno saberlo: este año que comenzó está claro que el plan –entre otros–, es atraer inversiones (como un imán atrae al hierro).

En el informe del 2 de diciembre, Standard and Poors dio una calificación de BB-/B, (aprobado), nada mal en un mundo atacado por una pandemia. Según Hacienda, la economía dominicana crecería al ritmo de un 5%.

Mirando hacia atrás, algunos mencionan la historia que ha vivido la humanidad desde tempranas épocas. Y como muestra el largo recuento, hemos sido atacados de manera dramática en los últimos siglos.

Según Giomar Huguet Pane, de National Geographic, tenemos que recordar “la Peste de Justiniano, la peste negra (entre 1346 y 1353), La Viruela (conocida hace 10,000 años), La Gripe española de 1918, La gripe asiática, (1957), Gripe de Hong Kong (1968), el VIH (los primeros casos en 1981)” y ahora ésta que nos ataca. De acuerdo a los datos de Luis Alberto Romero, la plaga de Florencia “la plaga italiana" hizo estragos en 1630.

Hace una semana, un amigo me decía que estimaba que el virus no tendría cómo “salvarse” cuando grandes contingentes poblacionales sean vacunados. Otros sostienen que hay que esperar porque la humanidad es mucha gente.