La sociedad dominicana continúa esperando respuestas del presidente Danilo Medina, en relación a las acciones tomadas en los numerosos casos de corrupción, que envuelven un gran número de miembros de su gobierno, legisladores y miembros del Partido de La Liberación Dominicana, sin embargo, esas respuestas no llegan, creando un estado general de hastío, angustia, indignación y frustraciones en una sociedad, cansada de presenciar tanta corrupción, impunidad y carencia de un sistema de consecuencias, amparados por la complicidad de todos los poderes del Estado.
En días pasados presencié una entrevista en el programa matutino “El Despertador” con la participación de Roberto Rodríguez Marchena, director de información, prensa y publicidad de la Presidencia, en la cual se manifestó en una forma irónica, en forma soslayada, tratar de denostar y quitarle mérito a la Marcha Verde, inclusive insinuó, que con la insistencia de la ciudadanía en seguir con estas actividades, podría convertirse en un caos, que podría a llevar a peores consecuencias, imprimiéndole un tono subliminal de intimidación psicológica. También hizo hincapié y defendió la transparencia y la lucha contra la corrupción, “realizada por el gobierno de Danilo Medina”. Cuestionado sobre Joao Santana y sus vínculos con el gobierno, ya que este aparecía registrado como proveedor del Estado dominicano, en una forma ligera, escurridiza, dijo: “haber visto a este Señor, una sola vez en el palacio” haciendo caso omiso al escándalo de Odebrecht, minimizando el origen y la importancia del Movimiento Ciudadano Verde.
En general esta actitud indiferente y arrogante es bien común en la mayoría de los funcionarios y acólitos del gobierno, notado en un político de larga data de actividad proselitista, en el ámbito de la política, como lo es el senador Reinaldo Pared Pérez, secretario general del Partido de la Liberación Dominicana y presidente del Senado de la República, quien al ser cuestionado por la prensa sobre las “donaciones” en el caso de Odebrecht, expresó: “que no había nada ilegal, en recibir donaciones en una campaña electoral"; sería recomendable recordar que existe la Ley Electoral 275-97, que reza en su artículo 47, que son ilícitas las donaciones, donativos, procedentes del Estado y sus dependencias, o empresas, grupos económicos e instituciones extranjeras, en campañas electorales que caigan dentro de la Ley de Inversión extranjera, lo que claramente indica que este tipo de actividades queda “absolutamente prohibida. Desafortunadamente esta ley no contiene un procedimiento penal; es decir esta existe, pero no tiene garras para atrapar y devorar a los “tigueres” que la violan, de ahí la importancia de la necesidad imperativa de crear una ley de partidos, seria y responsable, no de teatro y circo.
De suma importancia son los cambios notados en la dirigencia del PLD, ya que tradicionalmente este partido se ha caracterizado como un grupo corporativo espurio, manteniendo un hermetismo férreo en esconder sus problemas internos, actuando sobre el lema de “lavar los trapos sucios en casa”, pero ese silencio parece desmoronarse frente las presiones de la sociedad, que exige un cambio y se comienza a notar disidencia dentro del partido, legisladores y funcionarios, que públicamente admiten conocer las sobrevaluaciones en las obras realizadas por Odebrecht y el conocimiento del gobierno.
Definitivamente que la Marcha Verde en gran parte es una resultante del escándalo de Odebrecht, que ha marcado un hito en la historia institucional y política del país, ya que la República Dominicana y sus gobernantes se encuentran situados en el epicentro de un enorme tsunami transnacional, llamado Odebrecht, que ha llegado a despertar la conciencia de la ciudadanía, creando un juicio critico de la pesadilla que nos ahoga. En medio de este estado de cosas, el gobierno, el partido oficial, se sienten atrapados y como salida quieren vender la idea de que detrás del movimiento social “Verde”, se encuentra la oposición política elaborando un movimiento subversivo, para derrocar el gobierno de Danilo Medina; falso, falacia pobre en contenido y engañosa, pues todos conocemos lo que este pronunciamiento cívico representa.
Sin embargo, si el gobierno decide continuar con esta desatinada tesitura, ignorando los reclamos de justicia y fin de la impunidad y continúan apostando a un cansancio de las actividades de la Marcha Verde, podríamos terminar en situaciones adversas, poniendo en peligro la estabilidad social del país, resultando en un aumento en las jornadas de lucha, manifestaciones en las calles, acompañadas de rebeldía, desobediencia civil y posibles estallidos sociales, que definitivamente alterarán la paz y la tranquilidad del pueblo dominicano.
Esperemos que prevalezca la sensatez y la cordura, de algunos de aquellos, que nos gobiernan, que entiendan que estamos hartos (léase jartos), que basta ya, de tanta podredumbre, mentiras, engaños, impunidad y complicidad de los corruptos que nos desgobiernan.