Este es uno mas de los artículos que hemos publicado relacionados con los grandes problemas que afectan nuestra seguridad y movilidad vial en las principales ciudades de nuestro país.
El crecimiento indiscriminado y sostenido de los vehículos de motor, ha venido exigiendo cada día del establecimiento de mayores regulaciones y normas de tránsito y uso de las calles y avenidas de las grandes ciudades, todo esto con la finalidad de mejorar la movilidad, reducir los accidentes de tránsito y contribuir a la conservación del medio ambiente; sin embargo, estas normas y regulaciones son irrespetadas por la mayoría de los conductores. El tema fundamental es “Educación”
La educación, piedra fundamental para el desarrollo de los pueblos también juega un papel de mucha importancia en lo referente al comportamiento de los conductores de vehículos automotores y también de los peatones que transitan en nuestras calles y avenidas y lógicamente ello tiene un alto impacto en los índices de movilidad y seguridad vial urbana. La situación es tal que los accidentes de tránsito con víctimas fatales en la Republica Dominicana son en proporción a su población de más de 30 muertes por cada 100 mil habitantes (Dominicana en cifras,2019), índice que es el más alto de América Latina y dentro de los más altos del mundo.
Este índice jamás podría compararse con países como Japón, en donde está situado en 2 muertes por cada 100 mil habitantes, es decir 15 veces menor que en nuestro país.
Indudablemente que países como Japón destinan grandes presupuestos a la educación vial, pero llevada de manera permanente desde la niñez y también ampliada a los peatones que de igual manera forman parte importante de los movimientos de la población en las calles y avenidas.
La situación en nuestro país es altamente preocupante, ya que todavía no hemos empezado los programas de educación vial en la enseñanza primaria y los conductores actuales que transitan en nuestras calles y avenidas, nunca recibieron educación vial y gran parte de estos tampoco han recibido ni siquiera una educación cívica que les haya enseñado que la conducción sin disciplina es una falta de respecto a los demás sean estos conductores o peatones.
Lo anterior se agrava aún mas por el hecho de que sin temor a equivocarnos, mas del 90% de los conductores de nuestro país, permanentemente violan todas las reglas posibles de tránsito, lo que conlleva a seria perturbaciones para los demás y se traduce en una mayor congestión y consecuentemente un aumento de los riesgos de accidentes fatales.
Se podrían mencionar algunas de las violaciones mas frecuentes que diariamente se producen en todas las calles y avenidas de las grandes ciudades de nuestro país.
Los motociclistas no respectan las luces rojas de los semáforos, las intersecciones ni el acceso a los túneles.
Los autobuses, públicos y privados, no respetan los carriles por los que deben transitar y con el afán de tomar un pasajero, permanentemente cambian de uno a otro, sin respetar los derechos de los demás conductores.
La mayoría por no decir todos los conductores, quieren ser primero, siguen el mismo patrón de que no quieren hacer fila y por tanto no pueden esperar y producen congestionamientos permanentes en las avenidas y sobre todo en las entradas a los túneles, elevados y vías expresas en general, ya que crean carriles propios, invaden el del otro conductor y producen situaciones que afectan el buen vivir de la población.
No respectan las pocas señales de tránsito que hay en las calles y avenidas y no es difícil encontrar un vehículo estacionado justo en donde se lee la señal “No estacione” o donde se lee la señal “No estacione de este lado”.
Los taxistas transitan por las calles a velocidades dependiendo de si están ocupados (velocidad normal) o si están en busca de ocuparse (velocidad mínima), tampoco respectan las divisiones que indican los carriles y regularmente ocupan parcialmente dos carriles.
Cuando transitan por elevados o túneles, la gran mayoría de los conductores, lo hacen a velocidades muy bajas, contrario a lo que se suponen que deben ser vías expresas.
Los autobuses regularmente se detienen en el punto inmediatamente anterior a una intersección, lo que causa congestiones y accidentes.
Cuando la municipalidad de una ciudad realiza un cambio del tránsito a una calle o avenida (de dos vías a una, por ejemplo), con el objeto en este caso de agilizar el tránsito, entonces los conductores se estacionan en ambos lados de la calle, resultando que la medida tomada no tiene el efecto deseado.
Los conductores de vehículos pesados aplican la muy Antigua y conocida frase “La ley del mas fuerte”, de tal manera que no tienen ninguna consideración de los demás conductores, violando todas las regulaciones de tránsito y causando muy a menudo accidentes fatales.
Estas son solo algunas manifestaciones del comportamiento de los conductores en las calles, no alcanzarían dos o tres artículos mas para completarlas.