El presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Dr. Wilson Roa, calificó de “irresponsable” el reglamento emitido por el Ministerio de Salud Pública, que responsabiliza al personal de salud por las muertes maternas e infantiles.
Argumentó que “la mortalidad materno-infantil se reduce con medicinas preventivas, no con reglamentos disciplinarios”. La estructura sanitaria está colapsada y son las autoridades las responsables de la inexistencia de condiciones para darles atención a los dominicanos.
Por su parte, el Dr. Rafael Mena, presidente de la Asociación Nacional de Clínicas Privadas (ANDECLIP), advirtió que “elevará una instancia ante el Tribunal Constitucional, si el MSP aplica la referida norma que penaliza a los médicos y las clínicas en los casos de muertes maternas e infantiles”.
ANDECLIP calificó la resolución como “terrorismo de Estado”, y “pidió respeto a los derechos de las clínicas privadas, entidades cuyos profesionales en el ejercicio de la medicina parten siempre del principio de no hacer daño”.
A raíz de la lectura de mi mensaje de la semana pasada, recibí un comentario del Dr. Daniel Guzmán y de la Dra. Alma Bobadilla, exculpando a los médicos de la mortalidad materna, cuyo planteamiento fundamental resumo a continuación.
“¿Son los médicos responsables del colapso de las redes públicas de salud y de haber iniciado un proceso de remodelación de 56 hospitales desde más de 5 años, y de la inexistencia de protocolos de atención, de un sistema de referencia y contra referencia, y de un Comité de Calidad cómo lo mandan las leyes?”
Como conocedor del sector salud, la semana pasada señalé la “limitada capacidad del MSP para hacer cumplir los protocolos de atención, frente a una medicina privada todopoderosa, y a gremios profesionales que objetan cualquier intento de sanción de sus afiliados”.
Ahí están los resultados: el CMD exculpa a los médicos y le atribuye el 100% de la responsabilidad a las autoridades. Igual, planteamiento formuló ANDECLIP, en un lenguaje más agresivo aún. Y también mis amigos médicos se inscribieron en el mismo discurso.
En resumen, el Gobierno se lava las manos, atribuyéndole toda la responsabilidad a los médicos y a las clínicas, mientras éstos le enrostran las deficiencias tradicionales, fruto de la falta de recursos y del descuido de las autoridades. Si el Gobierno no asume su responsabilidad, ¿qué podemos esperar de los demás sectores? Por eso estamos como estamos.
Un enfoque unilateral que genera preocupación y rechazos
Recibí un comentario del Dr. Rigoberto Centeno, médico panameño, que trabajó en el país por casi siete años para la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Este tema es realmente importante. Cuando estuve en Santo Domingo creamos con Altagracia Guzmán y la Dra. Milagros Maldonado, el premio nacional a la calidad de la atención. Se establecieron estándares de calidad entre los que estaban lista y tiempo de espera, mortalidad materna e infantil, seguridad de la atención, continuidad de la atención, satisfacción de los usuarios, etc.”.
Este comentario del Dr. Centeno da en el clavo, ya que lo que necesitamos es un enfoque integral del problema: 1) elevar la calidad de la atención en los hospitales y las clínicas; 2) premiar al personal y a los centros de salud que alcancen los más elevados estándares de calidad, desempeño y dedicación; y 3) penalizar a aquellos que incurran en faltas graves y negligencias que acentúen la mortalidad materno-infantil.
Corresponde al MSP reconocer la responsabilidad oficial, para tener calidad moral para hacer lo propio con los demás sectores, e iniciar una campaña conjunta. Los enfoques unilaterales en nada contribuyen a superar el lastre de la alta mortalidad materno-infantil.