¿Cuáles son los síntomas de la muerte por causa de hambre? Para mi es impensable. Sin embargo, vale la aclaración que, para aquellos que no importantizan las tasas de desnutrición, los mártires que personifican esos números, por cualquier enfermedad que fallezcan, son víctimas de la muerte por hambre: que nadie ponga eso en duda. Estas letras están dedicadas a las miles de víctimas que mueren cada día en el este del continente africano: Somalia.
Hambruna en Somalia
A principios del nuevo milenio todavía se registra el hambre como una causa de muerte. El pasado 20 de julio, en el llamado cuerno de África, Somalia, la ONU declaró oficialmente estado de Hambruna (la declaratoria fue a destiempo). La tasa de desnutrición llegó a niveles alarmantes y la ayuda humanitaria que ofrecen las distintas organizaciones sin fines de lucro apenas puede entrar a algunos refugios fuera de la zona sur del país, lugar donde la Hambruna ha afectado a más personas. Es bueno destacar que para declarar la hambruna existen varios elementos que son tomados en cuenta, pero principalmente esta situación se debe a la escasez de alimentos de la zona declarada como tal. Somalia, atraviesa en la actualidad la peor de las sequías desde hace más de 50 años: no hay lluvia hace 3 años.
Ir como voluntario a Somalia con la finalidad de colaborar en el desmonte del cinturón de hambre que ahorca al territorio podría costarle la vida a cualquiera.
La situación social y política del país se agrava cada vez más. Que no sirva este escrito para desalentar a aquellos que quieren ofrecer su mano amiga; sin embargo, es necesario tratar de negociar o llegar a acuerdos con las fuerzas que operan como autoridades en esa nación. Ahora bien, una de las situaciones que NO ayuda a llegar a esos acuerdos es que la ONU haya declarado al grupo Al-shabad como grupo "terrorista", pues se les vinculó con el grupo Al-Qaeda. Al-shabad controla las zonas donde fue declarada la hambruna y según reseñan los medios internacionales que le dan cobertura a lo que sucede en la zona, el grupo no permite que los habitantes reciban ayuda humanitaria, incluso, pueden ser asesinados por recibir comida de los "infieles" (rechazan toda ayuda del occidente). En la actualidad, empieza a haber cierta flexibilidad por parte Al-Shabad para dejar ingresar ayuda a los que más la necesitan; pero, imagínense ustedes, con el grado de desorden que existe, lo difícil que es que esa ayuda llega a las familias más afectadas, y cuál sería la definición de "más afectadas".
Desde hace 20 años Somalia atraviesa el tiempo, las estaciones, los abriles, sin administración oficial del Estado, sin un gobierno oficial, debido a las confrontaciones tribales, étnicas de su territorio. Muchos han denominado a Somalia como un estado fallido, lo que quiere decir que sigue siendo soberano pero ha 'fallado' en la oferta de los servicios básicos; otros denominan la situación política como anarquía.
Más de 3.7 millones de somalís se ven afectados por la Hambruna. Eso es aparte de los habitantes de los países africanos aledaños: Kenia, Yibuti y Etiopía. Se calcula que la Hambruna afecta a más de 12 millones incluyendo esos 3 países. Vivir de espaldas a esa realidad es pecar de 'asesino sin sueldo'. Es cierto que Somalia presencia un escenario complejo y con muchas otras razones históricas que examinar, pero cualquier complejidad es una pequeña piedra frente a la despiadada e injustificable muerte por hambre.
Hambre que espera jartura no es hambre que apura
Todos/as sabemos lo que es el hambre; esa sensación de querer comerse "un caballo" nos ha invadido a todos en algún momento, sin embargo hablar de hambre "cuando se espera jartura no es hambre que apura". Cada vez que escuchaba esa frase que tanto usaba Yaya, mi abuelita, explotaba con tremenda carcajada. El trasfondo de ese refrán es uno de los valores que en lo particular, considero de los más importantes para generar ciudadanía y poder gobernar: la empatía. No podemos vivir sabiendo que no sólo en África, sino en nuestra región también, miles de personas mueren todos los días porque no pueden conseguir los alimentos que les provean de las vitaminas, proteínas y minerales necesarios para sobrevivir.
Me muero del hambre…
La barriga no crece igual que antes; ahora solo crece un hambre voraz dentro de ellos que apenas los deja pensar. La vista se les nubla, se descalcifican los huesos, las enfermedades le caen una tras otra porque no tienen como combatirlas; las infecciones se vuelven parte de su día a día, la piel se le pega a los huesos, la cabeza empieza a notarse ligeramente más grande que el cuerpo, y sus órganos literalmente se consumen por sí mismos para poder conseguir energía. ¿Te puedes imaginar en una situación similar?
La riqueza del mundo está en manos de unos cuantos; la distribución no es equitativa. Mientras vivamos en un mundo donde a unos les sobre demasiado y a muchos les falta exageradamente, nunca hallaremos el camino corto a la equidad, a la igualdad y al respeto de la vida humana.