El libro de 03 había sido escrito en acero, lo mismito que le pasó a John Maynard. Evidentemente esto no lo sabían los productores de tabaco de la región norte. Mas que todo tendríamos que ser de Cambridge, porque allí, o en la Universidad de Chicago, fue donde Paul Samuelson estableció una verdad que no tuvo que ver con la burbuja inmobiliaria. Creo que ciertamente sucedió algo sui generis: el día en que interrogaron a Greenspan, los inversores en la bolsa se detuvieron y el Dow Jones habría bajado ciertos puntos. Pero ni en los productores de tabaco ni en Wall Street, tenían las cosas claras. Tuvo que sentarse Greenspan a dar una conferencia ante el Congreso de los Estados Unidos, una conferencia como muy pocas veces se dio en la vida. Contra el expresidente de la Reserva Federal, llovían acusaciones de desregulación, y falta de controles. Fue una semana de ataques.
El Banco Agrícola dominicano ha tenido una política positiva en la defensa del productor nacional. Estamos hablando de miles de préstamos al sector productivo para la producción y la comercialización. Evidentemente esto no lo saben los políticos que buscan un cargo, pero tampoco saben las implicaciones de no conocer el costo de oportunidad en una economía. El que corta las hojas de la planta de tabaco, quizás sepa lo del Banco Agrícola, pero tampoco es que está al tanto de los nuevos microchips, pero de seguro que usa celular. ¿Que nos prestarán dos millones de pesos? Excelente. Que se haya logrado no quiere decir que sea en este último gobierno. La cantidad de préstamos promedio por año asciende a 16 mil 686.5 millones.
Por el lado de la guerra, estamos claros: Trump demostró una vez mas que no le tiembla el pulso para tomar decisiones radicales. Había sido una demostración de lo que se había pedido: un señor entra a su escritorio y tiene que definir la política de un país. No le pasó como a Cristina Fernández de Kirchner, que la hicieron –de manera cuasi obligada– ir a defender a su país a Nueva York ante un juez, –el señor Griesa– que finalmente le dio la razón a los hold outs. La “quimera ideológica” no había sido demostrada: todas las peticiones se habían hecho, pero hoy Cristina es vicepresidenta y Fernández busca negociar con el fondo (FMI). El endeudamiento es el asunto, como ya aquí en nuestro país, de acuerdo a las expresiones de varios economistas nacionales.
Pero el libro de Krugman no daba la receta para los países tercermundistas. Aunque lo tiene claro, Krugman había dicho otra cosa. En el caso de otros economistas mundiales, se trata de entender los ciclos de una economía donde China ha entrado con todo el pie. Las nociones ideológicas de China han sido comprendidas: desde inicios de siglo aprendieron bastante rápido todo lo del comercio internacional, porque no es cierto que en la China primigenia se hablara de ensamblajes y de exportaciones por miles de millones. Lo que vio Nixon –el surgimiento de China como un gigante, en palabras de Bonaparte–, no fue lo que vio Trump, aparte de todo.
El régimen de “nociones ideológicas” parte por conocer las implicaciones de un mundo donde todo tiene que entenderse con calma, así como el vituperado Greenspan intentó demostrar en la Cámara. No fue un gran día para Greenspan. Explicó lo que tenía que decir pero era una “visión macro” de la economía que no tenían los congresistas. La frase de “exuberancia irracional” fue utilizada por Robert J. Schiller, diciendo en su libro publicado en el 2000 que era el fundamento de la burbuja especulativa y es una frase que también usa Dan Pink en su libro sobre la naturaleza económica de las burbujas. De eso ya no se habla.
Sin embargo, estaba claro que –por ejemplo– Stigler también lo tenía claro: había que comprender la economía para comprender estos países. No era cierto que por arte de magia se podría llegar a la explicación de un mundo donde todo tendría que ser interdependiente. George Stigler había dicho que lo dejaran tranquilo durante una semana, y la interpretación que dan algunos, sobre lo que dijo Woodward, no tiene explicación sino con una lupa como la del personaje de Conan Doyle. Supo que a Trump le gusta comerse tres hamburguesas. Pero fue más allá de la dieta del presidente.
Una interpretación ideológica no escatima la propuesta de los productores de tabaco, café y azúcar, por ejemplo. Pero en la vieja noción nos queda la petición de una interpretación que no deja de ser pertinente, cuando el colmo de la política fiscal ha sido el derroche y las inversiones que no han sido del todo controladas. La respuesta que se le da a algunos intérpretes de las “nociones ideológicas” de otros, tiene que ver con una inadecuada administración de los recursos fiscales. Por eso no es que urja un debate central, que a fin de cuentas se llevará a cabo, sino una comprensión donde las autoridades que salgan elegidas expliquen cual será el uso de los miles millones de dólares que serán puesto en su custodia, y que requieren una política de administración de calidad y de prioridades.