La caída del avión DC-9 de Dominicana de Aviación en 1970 en el que viajaba el primer campeón mundial dominicano de boxeo, Carlos Teo Cruz, no solo se llevó la vida de éste, también, nos arrebató la vida de quien sería el primer Obispo de Barahona, el Padre Rogelio Russell de la Congregación del Inmaculado Corazón de María, quien se encontraba entre los viajeros.
La gran tarea del Cardenal Beras después de esta tragedia, encontrar un sacerdote dispuesto a ser obispo e ir a la zona más agrete y pobre del país, zona a la que solo los Franciscanos Capuchinos y los Misioneros del Inmaculado Corazón de María, conocidos como Padres Belgas, habían asumido en su opción pastoral como tierra de evangelización, misión y compromiso pastoral. A más de uno se le hizo la propuesta de ser Obispo en el Sur, casi todos rehuyeron y, solo uno se atrevió a aceptar el compromiso de caminar con los marginados, los pobres del sur, los que algunos llaman gentes del andén.
Mamerto Rivas, escrito a propósito sin el Monseñor, porque era como la gente del sur, la gente sencilla, los hijos de una region estigmatizada como frustrada le llamaban, aceptó ser su Obispo y Pastor.
El pasado 28 de Agosto, fue el aniversario, su 37, treinta y siete de ordenación de Mons. Rivas y fundación de la Diócesis Barahona. La Ceremonia de ordenación se llevó a cabo en la cancha Marino Matos de Barahona. El Padre Gerardo Rogmans, a quien se le había encomendado visitar al futuro Obispo, se trasladó a Cutupú la Vega pueblo natal del futuro Obispo. Para su sorpresa se encuentra con el Padre Rivas jugando y compartiendo en el andén o acera de su casa materna con un grupo de personas sencillas y pobres, llamados en el evangelio como los pequeños de Jesús.
Gerardo regresa, ya en la reunión pastoral de zona, da la noticia de que el nuevo Obispo era un hombre sencillo y humilde, recuerdo como hoy que dijo y propuso:" Hay que evitar que los ricos de Barahona, los políticos y los militares se apoderen de la ceremonia", por lo que propuso que el autor de esta columna fuera el Monitor de la ordenación, con la misión de evitar que los temores no fueran un hecho y, controlar los micrófonos. Junto al padre Lorenzo Vargas hicimos de monitor de la ceremonia y con Olmedo Peña(Ta), Luis Sánchez, Manuel Santana(Moteo) y Domingo Guzmán( Chino) todos dirigentes del Movimiento de jóvenes Cristianos del Sur (Pascua Juvenil 76) del cual, quien suscribe fue su fundador y Coordinador, y el apoyo y asesoría del Padre Estanislao Szarwark párroco en ese momento de la Iglesia Cristo Rey de Sávica, Barahona, mi barrio, organizamos la seguridad de la ceremonia. Esta posición de la iglesia del sur de evitar la politización de la ceremonia, molestó a Balaguer al extremo, de no asistir a la ordenación y hacerse representar por el entonces vice presidente Carlos Rafael Goico Morales. Se molestó Balaguer con los que unos llaman gentuza y otros gentes del andén, es decir, los pobres del sur con derecho a la dignidad como hijos de Dios
La historia de la región sur y de la Iglesia católica es impactada por la presencia del más Joven de los obispos dominicanos de entonces. Un Obispo que se hace acompañar por su mano derecha, armador y organizador de la estructura pastoral y Administrativa de la Diócesis de Barahona, el Padre Teófilo Castillo. Llegaron a Barahona en un carro prestado por sus compañeros de Congregación los Salesianos, un Peugeot 306, se hospeda el Obispo en un cuartito acomodado en el Colegio Divina Pastora, por las Hermanas Franciscana de Serafín de Asís.
Rivas en su primer año recorrió la región y Diócesis de Barahona vadeando ríos, montañas y fue hasta el ultimo rincón de la región. Celebró misa en parroquias y capillas, en secciones y parajes, con los más pobres y olvidados, aquellos que aspiran a tener una migaja de lo que le sobra a quienes le han robado la esperanza a la región Enriquillo del suroeste del país. Le acompañé siempre en este primer año como monaguillo y chofer amigo a Cachón, la Guázara, Santa Elena, Cabral, Bombita, Fondo Negro, el Limón, Oviedo, Aguas Negras, en fin, fue el obispo hasta el fin de la diócesis a cumplir su misión de Pastor. En un motor Honda 50 Súper Cup verde, recorría los barrios de Barahona.
El pasado domingo 25 de agosto con el padre Huáscar Taveras de Jarabacoa, coordinamos una visita de mi familia a Monseñor Mamerto Rivas, quien sigue siendo 37 años después la misma persona afable, de trato dulce, de corazón noble. Camila, mi esposa y mis tres hijas e hijo Carmen Isabel, Carmen Teresa, Alba patricia y Miguel Abraham, mis dos nietos Jean Carlos y Said Manuel, me acompañaron en esta visita memorable, solo faltó el más pequeño de mis hijos, Carlos Tomás. En el 37 aniversario de su ordenación, los sureños de la Diócesis de Barahona, damos gracias a Dios por haber sido nuestro primer obispo. Dios le bendiga Monseñor Fabio Mamerto Rivas.