Todo parece indicar que el Obispo de la Diócesis de San Juan, monseñor José Dolores Grullón Estrella, pretende cambiar la sotana por una retahíla de chanchullos geográficos, con la intención de ocultar que el camino que utilizan los exploradores del oro en San Juan fue construido por su entidad, FUNDASEP. Y al encontrar oro y cobre en El Romero, ahora, el Obispo nos quiere envolver con falsos argumentos de geología. El, ni es geólogo, ni es cartógrafo.
De ahí que, mientras monseñor Grullón hace sus cálculos premeditados, el ingenerio Julio Espaillat, nefasto representante de la empresa canadiense GOLDQUEST MINING CORP., muestra satisfecho los hallazgos de oro, cobre y otros metales, que sin lugar a dudas destrozaran la riqueza natural del Valle de San Juan de La Maguana. Todo bajo el silencio cómplice de los representantes oficiales de la provincia, señalados por el pueblo llano y sencillo: Los Judas de San Juan.
Veamos como nuestro Obispo da curso a sus consabidas maniobras:
Primero, en su declaración del 28 de febrero del año pasado en un periódico de circulación nacional, monseñor Grullón señaló que la verdadera carretera Cibao-Sur sería Constanza-Padre Las Casas-Carretera Sánchez.
Luego vemos como este supuesto hombre de Dios cambia de sotana y se contradice para demostrarnos su insaciable sed de riqueza material como si la carretera Cibao-Sur dependiera ahora del anuncio que tres meses después de su primera declaración, exactamente en mayo de 2012, la GOLDQUEST comunica sobre un nuevo descubrimiento de oro y cobre; esta vez en El Romero, ubicado en el extremo norte del denominado proyecto de exploración Las Tres Palmas, que comprende las comunidades de Hondo Valle, La Escandalosa, y La Higuera.
Y por segunda vez; en enero de este año 2013, el mismo monseñor Grullón, apresurado, promueve la Carretera Cibao-Sur por la siguiente ruta: San Juan–San José de las Matas-Santiago. Exactamente en esa ruta esta El Romero, donde para llevar a cabo la explotación minera es necesario extender el camino millonario que hizo la FUNDASEP, ya que actualmente llega hasta la comunidad de Hondo Valle, ubicada en la Cordillera Central, al norte de la Presa de Sabaneta.
El mismo monseñor Grullón envió un documento a los ciudadanos de San José de Las Matas donde le pide involucrarse en el proyecto de construcción de la Carretera Cibao-Sur. Pero yo tengo mis reservas. Más bien, entiendo que pretende un encuentro entre cibaeños y sureños con la intención de enmascarar la construcción del camino y de los túneles para su agenda personal.
A lo largo de esta sarta de mentiras nos aparece el fantasma de Trujillo donde el Estado se nos presenta como un botín en disputa; por un lado la Iglesia como legitimadora y el mismo Trujillo como protector.
Es sabido que, la Iglesia Católica ha cumplido con la misión histórica de encubrir los asuntos de Estado: el asesinato de Liborio Mateo, la matanza de haitianos del 1937, la masacre de Palma Sola y la detención de la revuelta del pueblo en abril del 1965, entre otros. Y ahora con monseñor Grullón a la cabeza, la Iglesia Católica pretende destruir al Valle de San Juan de La Maguana, y todo lo que concierne a los ríos San Juan y Yaque del Sur, hasta la Bahía de Neyba, en Barahona.
He aquí las maniobras que ha venido realizando monseñor Grullón. No tengo dudas de que al aprobarse la Carretera Cibao-Sur se dará inicio a la peligrosa propuesta del Obispo de San Juan; salvo que la construcción de dicha vía se inicie desde Santiago-San José de Las Matas, hasta San Juan de La Maguana, como precaución ante la inminente explotación del oro y demás metales ya descubiertos en esas montañas. De lo contrario, nuestra riqueza mineral corre el riesgo de ser envuelta en la larga sotana del amanuense padre Santo Cabral para que repita la misión de la Iglesia Católica: entregar el oro de Canoabo, esta vez a la GOLDQUEST.
Esto es un asunto de interés nacional por tratarse de una de las principales reservas naturales de la nación dominicana y, si yo tengo que defender sola el Parque José del Carmen Ramírez de los chanchullos de monseñor Grullón, lo asumo con mucha entereza.
Al vacilante Obispo de la Diócesis de San Juan, hoy le quiero recordar las palabras que monseñor Panal dijo frente al dictador Leonidas Trujillo, en plena misa, aquel 4 de marzo del 1961: “Si vos lo ignoráis, yo os lo informo. Las cárceles están llenas de prisioneros políticos que son torturados a diario. El pueblo dominicano padece de hambre. Numerosas familias carecen de alojamiento y viven en la miseria. Si mis palabras deben causar víctimas, estoy listo para ser la primera”.
No tengo dudas de que si monseñor Grullón y Los Judas de San Juan permiten que se lleven el oro de las sagradas montañas del Maestro Liborio Mateo, sólo me queda por decirles; sin que yo aspire a ser Maria Trinidad Sánchez o Juana de Arco, en lo concerniente al saqueo del Oro de Canoabo: ¡Yo soy la primera víctima!