La primera foto muestra el estado en que se encontraba en julio de este año el techo del Monasterio Santa Teresa de Jesús, en Engombe, Santo Domingo Oeste.  Un trabajo de impermeabilización y un par de retoques tenían tiempo de haber finalizado su vida útil. Llovía más adentro que afuera y en todas las áreas de la edificación de las religiosas, que entre otras labores tienen la responsabilidad de hacer las hostias y confeccionar vestimenta eclesial, presentaban filtraciones y desprendimiento de pintura. Los calentadores de agua estaban oxidados rindiendo horas extras y esperando la suerte de ir a descansar en paz como ocurrió con los dos tanques de agua de asbesto cemento que sustituyeron Ballenos de plástico. Estos y los paneles solares era lo único moderno en un techo que de no ser intervenido podía comprometer toda la estructura del monasterio.

Evolution Foundation decidió colaborar con las monjas carmelitas en la solución de esos problemas. Dada la urgencia utilizó su fondo rotatorio, que hasta ahora consiste principalmente de recursos propios, y explicó a las religiosas que solicitarían cotizaciones a tres compañías.  A ellas se solicitó una lista de empresas que han tenido experiencia trabajando en el ambiente de solemnidad requiere una congregación de clausura y, para las evaluaciones técnicas y económicas del proyecto de impermeabilizar un área de casi cuatro mil metros cuadrados, la fundación volvió a contar con el apoyo de los ingenieros Alexandra Oviedo y Manuel de Jesús Suárez.

La compañía aedeficare, del Ing. Nelson Miguel Pons Díaz, presentó la oferta más favorable con los productos de mejor calidad, compromiso de garantía y tiempo de ejecución.  Las monjas recibieron la noticia con alegría porque Nelson Miguel es uno de varios voluntarios con almas nobles que donan tiempo y recursos para que el monasterio pueda brindar sus servicios a la comunidad católica.  El día que se entregó el avance de la obra nos comentó su alegría de ver que se suman más personas y entidades para apoyar a las monjitas. “Esto para mí no es un trabajo normal de ingeniería, no es un proyecto y un presupuesto para un cliente, me les uno como un colaborador para ser parte de una obra tan prioritaria para esta comunidad que ha rezado tanto para recibir los fondos que lo permitieran.”

La foto del después está de ahorrarse mil palabras. El nuevo techo es un testimonio de la armonía y dedicación con que trabajaron el equipo de esos profesionales junto a Juan Gonzales, el ingeniero residente, y su grupo de colaboradores que se adaptaron bien a laborar con las normas de silencio y movilidad de la orden religiosa.  No se ven los tanques de agua plásticos porque se les construyó una caseta donde estar mejor protegidos y los de asbestos se eliminaron al igual que los antiguos calentadores, ahora reemplazados por unos modernos de tubos al vacío con estructura acero inoxidable.

Pregunté si la intensidad del color blanco era por énfasis artístico y porque van mejor con las nubes, no es mi área, y el Ing. Suárez me explica: “No, los colores más claros retienen menos calor. El blanco reflecta, atrae menos los rayos ultravioletas y por ende tiende a reducir la temperatura en el área aplicada.  El producto utilizado, Urethanizer Lanco, en su ficha técnica indica que refleja el 79% de los rayos solares y elimina el 89% del calor recibido.”  Me lo cuenta en el techo, caminando al sol, y entonces es que entiendo porque siento que estoy como en “Agua e’ María”.

Los dos informes técnicos de supervisión y seguimiento de los trabajos son una joya y la documentación fotográfica de los avances es impresionante. Todo estará disponible en el portal institucional de Evolution Foundation. En la tarde del cinco de noviembre estuvimos con las religiosas Diomedis Duran Ynoa y Margarita Altagracia Frías en el mismo salón en que se firmó el contrato.  Esta vez, sin embargo, no hizo falta trasladar la mesa a la parte donde caía menos pintura.  Tan pronto terminó exitosamente la prueba final del trabajo, con la inundación del techo y desagües tapados para ver lo que pasaba en las próximas 24 horas, ya las religiosas pudieron usar donaciones que tenían reservadas para arreglar el techo de ese salón y de algunas habitaciones.

Este caso vuelve a comprobar que cuando se ven obras en proceso más personas o entidades se motivan a participar en otras actividades conexas, por ejemplo, la seguridad del monasterio.  El Ing. Pons me mostró la reciente instalación de nuevas cámaras de seguridad que dan apoyo a la protección que brindan los ángeles, por supuesto, y serenos que tienen que ser versiones criollas de Fauchelevent y el Señor Magdalena para trabajar en el recinto.

Hasta ahora esta es la obra más importante en que se ha involucrado Evolution Foundation, una asociación sin fines de lucro que cuenta con las competencias para realizar este tipo de proyectos y de participar en las estrategias de responsabilidad corporativa de entidades en la selección de las mejores iniciativas de apoyo comunitario y su ejecución eficiente, rápida y transparente.  Gracias a Nelson Miguel, Juan Gonzales, Alexandra, Manuel de Jesús y a todos los que hicieron posible esta obra.