Desde hace tiempo los científicos han empezado a describir que es la acumulación de esfuerzos colectivos lo que genera trascendencia. La frase más célebre la pronunció un científico, Isaac Newton, pero no como postulado para ser analizado, sino como íntima convicción en una carta a un amigo, Robert Hooke. En 1676 él expresaba “Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes”.
Hoy día sabemos que, gigantes o no, se necesitan de muchos colaboradores antes de que por intuición o deducción alguien pueda postular una nueva idea. Lo que se está haciendo cada vez más evidente es que la afirmación sobre la utilidad de la acumulación de esfuerzos también es verdad fuera del ámbito del conocimiento.
Erica Chenoweth es una investigadora que tiene más de una década analizando la funcionalidad de la resistencia civil y ha encontrado que se logran transformaciones durables a partir de que el 3.5% de la población esté involucrada en un proceso, sobre todo si este es pacífico. La glorificación de las revoluciones como la francesa de 1789, la bolchevique en Rusia o de todas las campañas de independencia de América Latina, incluidas las campañas “revolucionarias” de toda la segunda mitad del siglo XX, palidece en eficacia con respecto a la participación civil de numerosos eventos del siglo XXI. Estas manifestaciones son menos espectaculares en producción de confrontaciones, y tal vez por eso menos visibles, pero terminan trayendo resultados en un mayor número de veces y en un menor costo para las vidas de la población.
Menciono estas reflexiones de grandes pensadores porque ofrecen sustento racional para un fenómeno que estamos viendo en nuestro país en los últimos años. Alertados por situaciones de emergencia de distinta naturaleza los sectores público y privado han empezado a ofrecer mejores respuestas acumuladas a las situaciones de salud y de respuesta a los desastres, así la Cruz Roja Dominicana y la Cruz Roja de los EEUU habían sido pioneras en reaccionar inmediatamente en las emergencias, pero ahora el COE, la Defensa Civil, el Escuadrón de Rescate de la Fuerza Aérea Dominicana, los Auxiliares Navales Dominicanos, el 9-11 y muchos grupos privados y religiosos, son la piedra angular no solo para salvar vidas en peligro inmediato, sino para la seguridad de vida de los ciudadanos nacionales y extranjeros.
En la última semana hemos visto ejemplos de cómo se está llevando a cabo una similar acumulación de esfuerzos para el sector medioambiental de modo que podamos pasar exitosamente de la denuncia a la acción. Hemos visto que hubo suficientes interesados como para que se firmara un acuerdo entre el Ministerio de la Presidencia, el PNUD y Ocean Cleanup para intervenir sobre los ríos Ozama e Isabela. Similarmente, ayer se estrenó la película Isla de plástico, destinada, precisamente a que haya un suficiente número de personas interpeladas por esta situación. Esperemos que pronto sea el 3.5% de la población, es decir, menos de medio millón de personas, una cifra que parece alcanzable.