En la actual coyuntura del PLD, tras el anuncio del presidente Danilo Medina, sin lugar a dudas ha generado una situación dura para la redefinición de su liderazgo interno. Dicho partido, luego de la susodicha decisión, sin dudas, ha sido sometido a una de sus mayores pruebas de poder saber, como una vez acuñara Leonel Fernández de que dicho partido es una fábrica de presidentes.
Cabe recordar que el liderazgo dentro del PLD se desarrolló producto de estructuración burocrática compuesta por una camada de sublíderes ocupando puestos en el tren del estado, los cuales, se anquilosaron en torno a una etapa de confort, que no le permitió un desempeño trascendente de sus funciones, ni muchos menos, desarrollar un liderazgo que le permitiera descollar como líderes presidencialistas. Aclaro, no es que no tengan méritos políticos, el asunto es que solo y simplemente, quizás por lealtad partidaria, se conformaron con haber sido súbditos, o de Leonel o de Danilo.
Para entender la realidad de la posible quiebra de la fábrica de presidentes, basta dar una ojeada a la génesis del desarrollo del liderazgo dentro del PLD, el cual deviene de un hecho coyuntural y circunstancial, que producto del clivaje de los grandes caudillos, propició que en torno a Leonel Fernández, se genera la nucleación de un conjunto de adherencia, casi al borde de convertirlo en una pieza sagrada en el PLD.
Dicho líder despunta y envuelve su gestión en una de las más ambiciosa estructura de política social, bordeando niveles de paternalismo, todo lo cual, le permite, crear una masa social que le garantizó al PLD ascender al poder por tres periodos, tiempo este que permitió que algunos nombres del tren de estado y miembros del Comité Político, surgieran a la palestra pública, pero, sin ninguna impronta que le permitiera emerger como líderes o insumo de la llamada fábrica de presidente, concretándose nada más, a dos productos, Leonel y Danilo.
El Dr. Leonel Fernández es desplazado del poder y casi convertido en una reliquia política por el Danilismo. Sin embargo, esta corriente, se traga a todos los demás sublíderes, que se convirtieron en satélite de la órbita de los que dijera Danilo, cuestión que generó un estancamiento, llegándolo a convertir en pieza pasiva de la política.
Ahora tras el anuncio del presidente Danilo que no va a intentar la repostulacion para el 2020, de este grupo satélite, resurge una significativa matricula de sus ¨seguidores¨, que aspiran relevar su liderazgo. Pero, sucede que al partido fabricarlo, parece que se olvidó ponerle la etiqueta y por efecto, son productos que salieron al mercado sin la marca o el made in fábrica de presidentes del PLD.
Ahora bien, esa etiqueta solo las llevan estampadas Leonel y Danilo. El primero como un viejo vino y el segundo un trago servido como la mejor cosecha, pero, en política y más en materia de transferencia de liderazgo, solo esto es posible, si y solo si, si el conglomerado social o cuerpo electoral no tiene arraigado el estribillo de la canción que dice, que buscando en el baúl de los recuerdos, cualquier tiempo pasado nos parece mejor.
En palabra más clara, el problema no es que uno de los seguidores de Danilo lo ¨represente¨, el problema es que si no se habilita constitucionalmente a este líder, su fuerza de tromba política ipso facto tenderá a desvanecerse, por el hecho de que los modelos de comportamientos político-electoral, o sea, las razones por lo que los electores votan por alguien y por otro no, descansa en cuatro grandes modelos, en el caso que no ocupa, citamos el racional, que es aquel que impulsa a los electores y las masas a seguir y elegir a alguien por las posibles reciprocidad que le pueda retornar por haberlo elegido o votado por este.
Cabe destacar en esta coyuntura se puede armar un desparpajo de la fuerza Danilista, en razón de esto mismo sucedió con el liderazgo aglutinante del Dr. Leonel Fernández, que una vez estuvo fuera del poder, sus acólitos, que le ¨manifestaban lealtad y fidelidad, terminaron adversándolo como el diablo a la cruz. Sin embargo, no hay que ser mega en análisis políticos, para entender que cuando un sustituto del liderazgo, compite con liderazgo de arraigos y máxime, ex presidente con un nexo de vinculación psicosociológica con el cuerpo electoral, se hace difícil derrotarlo, y menos en esta circunstancia de primarias abiertas cuyos electores es el pueblo llano, y mucho menos cuando el liderazgo principal delega su fuerza política a un sublíder sin pegada popular.
A modo de conclusión, razono que para que el PLD pueda ser la fábrica de presidentes, deberá tener por lo menos los hornos a todo gas, sin ningunas otras hornillas esparciendo fuego hacia una materia prima sin estar apta para ser cocido por no tener los condimentos y sazones suficientes. Politólogamente hablando, de todos los aspirantes que forman parte de la reserva Danilista para enfrentar a Leonel Fernández, el que más etiqueta presidenciable exhibe, es Reinaldo Pared Pérez, por este tener una envoltura de mayor arraigo político en su calidad de Secretario General, varias veces presidente del Senado, y además, que sus funciones que ha desarrollado en la estructuras del PLD han sido electorales, incluso, en las elecciones del 2016, obtuvo 252,945 votos de una población de 733,552 electores, cuestión que a nuestro juicio podría ser una buena materia prima para la invisible fabrica del presidentes del PLD.