Según el cuerpo teórico y conceptual elaborado por Charles Sanders Peirce y reorientado por el semiotista alemán Max Bense, la semiótica es una ciencia que se ocupa de analizar los modos de existencia de la semiosis, o el proceso mediante el cual los signos se explican por sus relaciones o por el orden de relación de los mismos; por su relación entre los significados y por su uso en determinados escenarios de producción sociocultural y científica. (Ver Charles Sanders Peirce 1974,1987).
De ahí que las tres partes de la semiosis según Charles Sanders Peirce (sintaxis, semántica y pragmática), sean los tres niveles fundamentales del proceso de semiosis. El mismo está marcado por su incidencia en el campo de la interpretación y la comprensión del sujeto de la ciencia y del saber.
En este sentido, la semiótica del arte es una disciplina que investiga los diferentes procesos de la comunicación artística, la significación o productividad de los niveles constitutivos de la significación estética. Las marcas de análisis que surgen del discurso de los signos propician instancias reflexivas, donde la relación se justifica por los diversos modos de significar en la cultura-sociedad humana y en todo espacio-tiempo donde se produce la significación artística.
Se explica el proceso dinámico de semiosis artística en los diversos planos concurrentes de creación y en el movimiento crítico y abierto de la artisticidad. Este concepto involucra el movimiento interactivo entre la memoria intersígnica, la memoria endosígnica y la memoria exosígnica. El artista-productor transmite, mediante la comunicación, la significación, la producción y metaproducción del sentido los mensajes surgidos del proceso mismo de creación estético-artística.
En efecto, la artisticidad también forma parte de las diversas formaciones intersignificantes, intrasignificantes y transignificantes que movilizan las formas de percibir, interpretar y comprender las condiciones de producción de la obra entendida como nivel específico y abierto de sentido.
Esto quiere decir que un fragmento de mural, un fragmento de película, de ópera, teatro, o danza conforman toda una actividad sensorial-perceptual, vocal o intertextual con valores que en el arte se caracterizan por sus niveles denotativos y connotativos de expresión artística. Se trata de construir un contexto de sentido de los signos artísticos y sus vertientes , cardinales imaginarias, cognitivas, comunicativas, simbólicas que sugieren los modos posibles del arte y la productividad del sujeto semiótico.
La “impresión” semiótica del arte sugiere que el discurso y la palabra en Mijaíl Bajtin (1988), implican estrategias activadas por sujetos con un grado específico de comprensión del discurso artístico.
En tal sentido, la semiosis confiere valor al objeto artístico y cultural allí donde la línea-clave de significación produce el contexto enunciativo-perceptivo, a partir del cual se construye el universo sintáctico, semántico y pragmático de los diversos sistemas de signos artísticos. Aquello que funciona como traductor de sentido constituye una visión inductiva abierta a los diferentes ejes de significación, expresión, motivación y gesto artístico; todo lo cual hará posible una táctica especial de los signos que según Paolo Fabbri (1991) va articulando, por experiencia y cohesión, el marco práctico de las diferentes disciplinas comunicativas.
Lo que autentifica un valor semiótico por encima de otro es justamente el valor cualificado de formas y modos de producción y significación que aun hoy están presentes en el proceso que ocurre en el orden de los diferentes lenguajes de comunicación y significación; lo que dará lugar a que se particularice y registre la percepción signográfica del arte, el contexto y visión de una ciencia de la distribución cultural que surge en las etapas críticas del arte o las artes visuales y mixtas, entre otras.
El proceso de semiosis debe ser conocido también como la suma de las tres fases organizadas y trazadas en base al cuerpo conceptual de la semiótica general y la semiótica del arte, donde el elemento estético, perceptivo, sensorial y motivacional induce a pensar las formas del mundo como formas de creación, comunicación, significación y producción de sentido.
¿Qué implica producir sentido en los casos citados?
El proceso de producción de sentido es intuitivo, empírico, inductivo, deductivo y abductivo; estos procesos se reconocen en tácticas y estrategias diversas del conocimiento y del mundo imaginario que se hace visible y legible en tiempo , espacio y recepción. El cuerpo artístico y cultural parte de la producción y la productividad del proceso mismo de cualificación de los puntos, objetos, espaciamientos y materialidades significantes.