Pedro Henríquez Ureña sigue estando presente en la investigación del español dominicano, más que por su emblemático libro de 1940, por la provincia intelectual que creó en este tipo de investigación-acción.

He aquí algunas voces, fraseos, dichos, usos fonéticamente relajados que encontramos en el español dominicano. Los mismos han sido recogidos en diversos puntos de la geografía urbana, provincial y rural del país. Algunos registros en este sentido no son necesariamente definitivos y deben ser comparados con otros. El fenómeno merece la atención de nuestros especialistas. Veamos algunos ejemplos:

 

  • A pie,   estar a pie =   no tener vehículo o medio rápido de  desplazarse.
  • En olla, o, estar en olla = desbaratado, debaratao, sin dinero.
  • Ápero de áspero/aperidad= áspero, aspereza, fortaleza física.
  • Poner    = Colgar                                           
  • Tumbe =    golpe, atraco, asalto.
  • Tumbar = robar, atracar, engañar.
  • Tá pisao = amarrao, preso.
  • Besa nalga = lambón, adulón.
  • Tá pasao = se te fue la guagua, atrasao.
  • Metérsele emisoras en la cabeza = tener cruce de otros temas cuando habla de una cosa.
  • Mojonear, mojoneo = estar de pendejo, “apendejearse”; hacer pasar de tonto a alguien; burlarse de otro; que está en un sitio y no se mueve.
  • Corcho = que flota en todo; que se la busca con todos los gobiernos e instituciones oficiales; oportunista.
  • Juquiao = arrebato, arrebatao, loco, que ha perdido el Juicio, regularmente por el uso de drogas o bebidas.
  • Complicao = estar complicao = tener muchas cosas a la vez.
  • Caer = cae aquí = venir, atreverse.
  • Pa que sepa = para que lo entiendas bien.
  • Bajar la pesá – (da) = golpear, dar un trompón o dar una trompada, dar con los puños.
  • Tipo, tipa = persona, expresión genérica; tipo raro, sospechoso.
  • Tranca = hombre, macho, supermacho, una tranca  de hombre.
  • Trancar = apresar, encarcelar, meter preso, encerrar.
  • Tranca = palo que se usa como obstáculo e impide cruzar o entrar.

 

  • Palo = sudamericanismo: trago, bebida; de ahí la expresión darnos un palo.
  • Palo = usado como pene, “miembro” masculino.
  • Dar un palo =    variante: conseguir algo bueno, usualmente golpear con un palo.
  • Dar un braguetazo = Acción de un braguetero o braguetera; alusión a conseguir mujer (es), hombre (s) ricos.Viene de bragueta
  • Chulámbrico-ca = chulo-a; hombre chulo; mujer chula; prostituto o prostituta.
  • Hacerse el loco = mostrarse indiferente, como que no sabe algo.
  • Truquear = de truco, hacer escaramuza para engañar; de ahí el truqueo = acción de truquear.
  • Me la roba, me la robó = me gusta, me encanta, me encantó… hacer  sentir placer…
  • Estar faltoso/sa = necesidad de una mujer; necesidad que tiene un hombre de hacer el sexo o el amor.
  • Cerrarle la puerta = alejarse, enemistarse, no invitar a alguien, alejarlo, negarle la entrada. Sinónimo dominicano: subirle lo(s) vidrio(s) a alguien.
  • Pásamela má bueno = ponerle la mano a una mujer, a un hombre; acariciar en el sentido erótico de la palabra.
  • La macó = erró, se equivocó, “metió la pata”.
  • Metérselo frío, metérmelo frío = convencer a través de estrategias a una persona; Sin. Manejar, manipular, convencer.

 

De ahí también “enfriar”, enfriarse contigo, enfriarme con él o con ella; Tá frío contigo; o, por el contrario: caliente: Tá caliente (conmigo, contigo); Toy caliente (contigo); No me calientes con el jefe; Calentar como verbo y como significado verbal; también El calientísimo del 9, entre otros ejemplos.

Vaya pa’ llá       quítese de mi vista, aléjese.

Embarrarse        meterse en un lío y “no de ropa”,

Florearse o exhibirse, véase también “floretear”.

Toy en jangueo         janguear = perder el tiempo, “tiguerear”, meterse en muchos lugares de diversión o delincuencia.

Un sinónimo de janguear es “callejear”. En todos estos ejemplos es importante reconocer o entender el uso del vocablo, la voz, el dicho o el fraseo que es parte de la fraseología dominicana actual. Es importante observar que en el ámbito del español de América y el Caribe algunos términos en uso o en glosario, ciertos dialectos, idiolectos, tecnolectos o sociolectos cobran valor dependiendo del uso o el contexto. Todo lo cual implica la interpretación o comprensión del vocablo en situación de habla en una geografía lingüístico-cultural determinada.

Lo mismo ocurre con los fraseos o voces presentadas en este trabajo, como tipo de habla-hablar urbano y rural. Existen ejemplos elocuentes de cambio de sentido o niveles de significación del idiolecto o el sociolecto, pero también de su efecto, función y uso regional. En el contexto hispánico existen muchos desacuerdos en cuanto a usos verbales en espacios o regiones donde se reconoce un uso o una particularidad de habla-hablar.

Como ya hemos escrito en otras ocasiones (Ver Odalís G. Pérez 2004, Odalís G. Pérez 2009, Odalís G. Pérez 2016), la lengua es lo que permite vivir y construir lo social desde el lenguaje. La misma se concretiza como habla-hablar, mediación verbal en contexto, interacción y comunicación. En 1940, el español hablado en la República Dominicana fue objeto de una investigación y estudio de Pedro Henríquez Ureña (Ver El español en Santo Domingo, Eds. Biblioteca de Dialectología hispanoamericana, Instituto de Filología; Facultad de Filología y Letras, Buenos Aires, 1940).

El estudio lingüístico-filológico realizado por el maestro dominicano abrió, como ya hemos señalado, un campo de investigación en el marco del español del Caribe y de América. Desde entonces, muchos especialistas, influidos por la propuesta filológica, lingüística y cultural del maestro dominicano, siguieron algunos procedimientos derivados de esta obra canónica y, sobre todo, el horizonte lingüístico-cultural de la misma para llevar a cabo búsquedas específicas sobre el español en el país.

De ahí que nuestro trabajo se asuma desde un plan metodológico que va más allá de los simples datos filológicos y pueda ahondar más desde el punto de vista etnolingúístico, geolingüístico y sociocultural en el contexto de un punto sostenido de investigación del español dominicano como suma de hablares, idiolectos, sociolectos o tecnolectos, en un momento en que los modismos verbales populares del español en el país y en diversas áreas dialectales del Caribe y toda América Latina, inciden de manera significativa.

La incidencia que tienen dichos usos en el español hablado y escrito en la República Dominicana, ha obligado a una nueva reflexión en los niveles de enseñanza del español en las escuelas, universidades y demás centros de capacitación del país; toda vez que en la actualidad se plantea el problema de una nueva y revisada ortografía, lexicografía, lexicología, redacción y comunicación oral-escrita que tome en cuenta los nuevos giros y usos idiomáticos que como fenómeno cultural, avanza en la República Dominicana desde la creatividad verbal de los hablantes dominicanos.