En vez de reflexionar críticamente sobre el fracaso del proyecto insurreccional encabezado por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó el año anterior y adoptar un nuevo rumbo, tras las elecciones de 1974 el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Corecato) reanudó a galope tendido y con nuevos bríos el camino hacia una ilusoria guerra de liberación nacional.
Así lo implicaba el contenido de su revista Nueva Izquierda, cuyo primer número salió a la calle en agosto de 1974, con un contenido enfocado en las luchas insurreccionales en curso en Latinoamérica y África e insinuando a cada paso que la organización seguiría esos pasos. Explicaba el nuevo órgano de propaganda partidaria en su presentación:
“Con el surgimiento de Nueva Izquierda damos cumplimiento a resoluciones de nuestra Primera Conferencia Nacional de Cuadros. Pretendemos con esta publicación llenar el vacío que ha conllevado la ausencia de un órgano que sirviera de canal para expresar de una manera definida y homogénea nuestras ideas… pretendemos insistir en la necesidad del maduramiento (sic) de una Nueva Izquierda que sustituya la vocinglería por la acción dinámica, que deje atrás el ultra-izquierdismo, el oportunismo, el aventurerismo, el dogmatismo. Una Nueva Izquierda… que asuma el papel que le corresponde en esta cruenta lucha por la liberación nacional y el socialismo” (negritas nuestras).
Seis de las 28 páginas (de la 2 a la 7) de la revista de formato 8½x11 estuvieron dedicadas a un análisis del recién concluido proceso electoral nacional y la situación socio-política planteada tras las elecciones; las actuaciones del Acuerdo de Santiago, encabezado por Juan Bosch y el PRD-Peña Gómez, así como del efímero Bloque de Izquierda Revolucionaria (BIR). Para esas fechas ya Bosch había abandonado el PRD y fundado el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) (15 de diciembre de 1973) lo cual despejó el camino a la segunda reelección del presidente Joaquín Balaguer.
El documento, obviamente emanadode la dirección central Corecato, agregaba que en cierto momento “Hubo una gran oportunidad para las fuerzas revolucionarias y progresistas poder disputarle al Acuerdo de Santiago el corazón de las masas. Fue cuando la izquierda revolucionaria, aglutinada en el BIR, lanzó y mantuvo en alto el programa de Dignidad Nacional y llamó al rescate del bloque, llamado que fue secundado por el profesor Bosch, reabriéndose así la posibilidad de una oposición más consecuente y menos electoralista o derechista. Pero esa vez el profesor Bosch volvió a salirse con las suyas cuando en una actitud inexplicable abandonó el mitin de la Dignidad y dio por concluido el nuevo intento. Ahí el acuerdo encontró campo abierto para asumir, como a la sazón asumió, la dirección de las masas y con este abrió campo la táctica balaguerista de celebrar elecciones para reelegir a Balaguer”.
Un testigo y protagonista de la época, Rafael Chaljub Mejia, resume así aquellos acontecimientos vividos 40 años atrás: “La división del campo anti balaguerista se hizo insalvable. Bosch mantuvo su propio bloque, el de la Dignidad Nacional, mientras alrededor de su rival, José Francisco Peña Gómez, se constituyó otro frente, el Acuerdo de Santiago. Con Bosch siguió una parte de la derecha y la mayor parte de los grupos de izquierda, mientras en el Acuerdo se aliaron al PRD, con Peña a la cabeza, el Partido Quisqueyano Demócrata, el Revolucionario Social Cristiano y el MPD. El Bloque de la Dignidad Nacional tuvo muy corta vida, el 17 de marzo de 1974, murió de espanto, cuando, en su primera manifestación de masas, bajo el argumento de que uno de los oradores había hablado varios minutos más del tiempo acordado, Juan Bosch intempestivamente, se retiró del acto y allí mismo quedó sellada una división más”, (El Día, 7 de febrero de 2014).
Yo recuerdo bien ese mitin del 17 de marzo de 1974. El Puente de la 17 estaba recién inaugurado y yo me encontraba parado, con mi novia Nery, sobre el paso a desnivel que cruza la Oscar Santana (calle 18) junto a cientos tal vez miles de personas concentradas allí apretujadas hasta el punto de temer que la estructura cedería. La tribuna estaba colocada donde ahora se yergue la estatua de Peña Gómez (esquina noroeste). Cuando Juan Bosch se marchó, de los allí presentes se apodero una gran confusión, circulaban distintas versiones, nadie sabíacon certeza porqué la gigantescamanifestación se disolvía; no recuerdo lo que se dijo por los altavoces.Solo recuerdo que nos dispersamos y yo lo hice como parte de una masa que se movilizó lanzando consignas antigubernamentales atravesando el ensanche Espaillat con rumbo suroeste, a lo largo de la calle 19, hasta que la Policía nos dispersó llegando a la Albert Thomas.
El resto de las páginas de aquel primer número de Nueva Izquierda estuvo dedicado a ensalzar la guerrilla como método de lucha. Por ejemplo, reprodujo el mensaje lanzado desde las montañas de Colombia el 15 de febrero de 1970 por Domingo Laín inmediatamente después de la muerte en combate de Camilo Torres, nuestro inspirador;Laín era, al igual que Camilo un sacerdote (español) que se integró al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a su vez cayó en combate el 28 de marzo de 1974. La revista continuaba con un artículo escrito por Amilcar Cabral, fundador y jefe del Partido Africano Armado por la Independencia de Guinea-Bissau y las Islas del Cabo Verde (PAIGC), sobre el general Antonio Spínola. Spínola, quien había conducido la guerra colonial portuguesa en Guinea-Bissau, encabezó en 1974 la Revolución de los Claveles, un movimiento militar que estalló el 25 de abril de 1974 y puso fin a la dictadura de Marcelo Caetano. Pero Spínola tenía ideas fascistas, había estudiado en Alemania, y en 1941 participó en el Sitio de Leningrado, junto a otros voluntarios portugueses y a la División Azul. El artículo de Cabral, titulado “Angola: el enemigo es Spínola”, así lo resaltaba. Por cierto, Amílcar Cabral predijo su muerte en una entrevista en La Habana a finales de 1972 cuando expresó que: “El plan de Spínola consiste, sobre todo, en liquidar físicamente a los líderes del partido particularmente a mí.” Efectivamente, el 20 de enero de 1973, Amílcar Cabral caía asesinado en Conakry, Guinea, por órdenes directas de Spínola.
Nueva Izquierda sigue luego con un artículo de Spartacus Monibambu titulado “Nuestra lucha no es contra el hombre blanco sino contra el colonialismo”, sobre la guerra de liberación de Angola; curiosamente, aunque el artículo es de un dirigente del MPLA (Movimiento Popular para Liberación de Angola), está ilustrado con una foto de combatientes de Frelimo (Frente de Liberación de Mozambique).
Más curioso todavía, el artículo, que va de la página 15 a la 19, además de un mapa ilustrativo de las colonias portuguesas en lucha tiene una página completa, la 18, ocupada por una foto del coronel Caamaño saludando con el brazo en alto en el parque Independencia mientras hablaba su lugarteniente civil HéctorAristy, con el epígrafe “Honor y Gloria”. También se insertó un cintillo en la página 19 en apoyo a la política del MLN-Corecato dentro de la Central General de Trabajadores (CGT) en la cual la organización tenía fuerte incidencia en aquel momento.
La página 20 del órgano revolucionario estaba dedicada a una crónica del Primer Congreso Nacional de Estudiantes Camilistas, en el cual se menciona por primera vez el concepto de “Movimiento Camilista” y un supuesto proceso de rectificación del mismo, cuando dice en su primer párrafo: “Durante los días 3, 4 y 5 de mayo del presente año se celebró el Primer Congreso Nacional de Estudiantes Camilistas “Francisco Alberto Caamaño Deñó (Comandante Román) el cual constituyó un importante paso dentro del proceso de rectificación del Movimiento Camilista Dominicano iniciado en el mes de agosto de 1973”.
La página 21 trae el artículo “14 de Junio, honor a La Raza Inmortal”, que ocupa tres páginas y destaca el lema “Honor y Gloria a los que protagonizaron la jornada patriótica del 14 de junio de 1959. ¡Seremos receptivos a su llamado de combate!
Las últimas cinco páginas de la revista están ocupadas por “El timo del ´Todo menos la violencia´”, un capítulo del libro de Félix Greene (1909-85) “El enemigo: lo que todo americano debe saber sobre el imperialismo”. El autor, quien era primo de Graham Greene, fue un periodista británico-estadounidense que cubrió varios países comunistas en losa ños 1960 y 1970. Fue uno delos primeros reporterosoccidentales envisitar Vietnam del Norte, cuando viajó allí enviado por el diario San Francisco Chronicle enla década de 1960. En su libro arremete contra el movimiento pacifista, al cual presenta como una falsa evasión.
Nueva Izquierda fue, pues, un tímido esfuerzo de la dirección central Corecato por imprimirle a la organización un aura de renovación, en los tormentosos días de la segunda reelección de Balaguer, cuando el movimiento popular y de izquierda daba tumbos de aquí para allá, carente de un liderazgo coherente y sólido, además del lastre que representaba la inevitable gravitación sobre ambos de la figura de Juan Bosch.