MÍSTICO-A

La persona que se conoce como o a quien llaman “místico-a” en la República Dominicana no tiene necesariamente relación con las experiencias espirituales, con la perfección religiosa. No designa este término la persona que practica la comunicación directa con Dios.

La acepción dominicana para el “místico” consta en algunos de los diccionarios que recuentan las palabras en República Dominicana que poseen acepciones diferentes a las que son de conocimiento del resto de hablantes de español.

Si en esta ocasión se trae a estos comentarios este vocablo es porque no se está completamente conforme con la equivalencia que se ha propuesto para este vocablo en los repertorios de dominicanismos.

Dependiendo de cuál de los diccionarios se consulte, este pondrá como sinónimo (¿?) para esta voz en el español dominicano, las palabras “remilgado, melindroso”. Más abajo se examinará si es justo que se defina este “místico” dominicano con estos términos. Esta inconformidad se expondrá mediante el examen de los dos vocablos recién mencionados.

Es el individuo que exagera sus predilecciones hasta el punto de dejar fuera de su vida lo que no es de su agrado, lo que no le complace o no se ajusta a su particularidad

El vocablo remilgado, igual que remilgoso, coloca el énfasis sobre la delicadeza, el escrúpulo o la repugnancia. La Real Academia coloca el acento invisible en la ‘excesiva pulidez, compostura, delicadeza y gracia en porte, gestos y acciones’. El melindroso, a su vez, es el ‘de delicadeza afectada y excesiva en palabras, acciones y ademanes’.

Alcanzado este punto hay que centrarse en el “místico” dominicano. Este es una persona peculiar en el sentido que posee características que las distinguen de las demás. Es aquel que opone reparos a cosas que no afectan o interesan a los demás mortales, sobre todo a pequeñeces. Asuntos que son pasados por alto por el común de los mortales.

Este “misticismo dominicano” se refleja sobre todo en los gustos, en las preferencias, a veces hasta en los criterios. En el místico dominicano no hay pulidez, compostura, delicadeza, ni gracia en su palabra y obra. Este místico puede ser un hombre sencillo que demuestra repulsión, rechazo a pequeñeces, menudencias, nimiedades.

Para ilustrar con ejemplos el carácter del místico dominicano se propondrán algunos ejemplos. Es la persona que rechaza “comer comida trasnochada”. Es aquel que no come “recalentado”. Se distingue entre otras cosas por solo beber café recién colado. No se monta en la cola de un motor ni amenazado de muerte. Rehúsa viajar en la parte de la carga de una camioneta o camión.

De los ejemplos enumerados más arriba se deduce con facilidad que las características no son de personas refinadas. Pues un refinado no será pasajero ni en la cabina de un camión o camioneta.

El místico dominicano es quien encuentra cada vez el pelo en el sancocho y rechaza seguir comiendo cualquier alimento en ese sitio o de esa cocina. En resumen, puede ser un patán aunque actúe de la manera que se describe aquí. Es el individuo que exagera sus predilecciones hasta el punto de dejar fuera de su vida lo que no es de su agrado, lo que no le complace o no se ajusta a su particularidad.

CELULAR – MÓVIL

“B., la tercera víctima, se limitó a decir el viernes (sic) recordaba haber visto al conductor distraído con un CELULAR”.

Aquí en esta cita reproducida se está en presencia de una parte de una frase que se convierte en el nombre principal y, que además reemplaza la locución completa. En los dos casos de los nombres del título ha ocurrido este fenómeno.

En esta sección se resaltará además el asunto de la prevalencia en el uso de uno u otro nombre en los diferentes países para denominar el aparato que con estos nombres se denomina.

Algunos diccionarios todavía no muestran el significado americano de celular, que la Real Academia asienta como “teléfono celular” en su tercera acepción y destacado como propio de América.

Haciendo justicia al uso, la misma Academia en el apartado reservado en su Diccionario de la lengua española, para la palabra teléfono menciona primero el celular que el móvil.

Algunos diccionarios todavía no muestran el significado americano de celular, que la Real Academia asienta como “teléfono celular” en su tercera acepción y destacado como propio de América

Hacer justicia al uso significa en este caso, reconocer y darle prioridad a la acepción que es de utilización de la mayor cantidad de personas hispanohablantes, colocarla en cabeza en la lista de teléfono; más aún, cuando llega a teléfono móvil, para su entendimiento refiere al equivalente, teléfono celular. La acepción es ‘aparato portátil de un sistema de telefonía móvil’.

No cabe duda de que el nombre celular para el teléfono portátil incorporado a un sistema de telefonía móvil proviene del inglés, lengua en la que siempre se dice cellular phone, o abreviado cell phone. En esa lengua nunca mientan ese teléfono con la sola mención celular, como se hace en el español hispanoamericano. Para ellos celular es todavía un adjetivo que no ha alcanzado la categoría de nombre para ese teléfono.

SINO – SI NO

“No hay manera de darle sentido, SINO es donándose para vivirla en comunidad, con el deber de auxiliarnos mutuamente”.

Es probable que el contratado y pagado escritor europeo aduzca que en este caso fue un desliz tipográfico que le jugó una mala pasada. Que la barra espaciadora no obedeció su mandato. La otra explicación, más plausible es que: “todos los mortales cometemos errores, sobre todo en el lenguaje”.

El objeto de esta sección es centrar la mira sobre la diferencia entre las dos partes del título. Se trae este asunto una vez más a estas reflexiones porque la confusión se encuentra con relativa frecuencia en los medios de difusión. Produce vergüenza ajena que algunos “reputados” analistas, comentaristas y otros, sean víctimas (¿?) de este equívoco.

Las dos son conjunciones son elementos que sirven para vincular dos miembros de una frase o bien de dos frases. La primera es átona, la segunda lleva el mayor esfuerzo sobre la O /o/ de no

Brevemente se examinará el punto para darle solución y trazar pautas para soluciones ulteriores.

Se comienza por sino, en una sola palabra. Es una conjunción adversativa. Otros prefieren llamarla enlace gramatical coordinante con valor adversativo. Esta se usa cuando a continuación de negar algo, se afirma enseguida otra cosa. Contrapone un concepto a otro.

A veces se emplea “sino” con un sentido restrictivo, desempeñando las funciones que normalmente hace “pero”. En casos parecidos a este actúa indicando una excepción. En ocasiones se comprueba su oficio acertado si cabe que se reemplace por “solamente”. Así sirve para imprimir énfasis. En general, señala oposición o contrariedad, así como diferencia entre las partes relacionadas.

Si no, en dos vocablos, es una conjunción condicional. Está formada por la conjunción “si”, seguida del adverbio de negación “no”. Para aclarar el concepto. Condicional significa que incluye o introduce una condición. En el caso de la conjunción condicional significa que ella denota condición o necesidad de que acontezca alguna circunstancia. Que la frase u oración subordinada indique la presencia de una condición necesaria para que se produzca la acción de la principal. Esto está muy claro en la cita que consta como ejemplo al principio de esta sección.

Las dos son conjunciones son elementos que sirven para vincular dos miembros de una frase o bien de dos frases. La primera es átona, la segunda lleva el mayor esfuerzo sobre la O /o/ de no.

El redactor que plasma sus ideas, al escribir con conciencia entiende cuál de las dos conjunciones debe colocar en el contexto. En la mayoría de los casos basta con que se pregunte a sí mismo lo que desea comunicar. Ese ejercicio de lógica le hará entrar en razón con respecto a cuál debe elegir.

Una clave para probar cuál de las dos usar. Si puede introducirse otra palabra entre los elementos, es, “si no”. En los casos en que no admite elemento alguno, entonces, es, “sino”. Ejemplo: “Si no llegas a las 08:00 de la mañana, me voy”. “Si acaso no llegas a las. . .”

Ojalá sea esta la última vez que haya que dedicar tiempo a este asunto.