En una Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, escuché al escritor Eduardo Galeano decir que le aterraba la definición de isla: “Porción de tierra rodeada de agua”. Aseguraba Galeano, que daba la impresión de que una isla era un pedazo de tierra a punto de ser devorado por el mar.
Para los dominicanos es muy importante salir de la posible trampa que presupone una isla. Vencer las limitaciones y el encierro conocidos del isleño. Vencer la barrera territorial a golpes de imaginación.
Entonces, resulta vital sacar a la República Dominicana de sus propios límites geográficos, sociales y sicológicos. Es por eso que juzgo a la Feria del Libro de New York un evento de importancia capital.
Con eventos de este tipo, decimos al mundo que somos más que peloteros, baloncestistas y prostitutas. ¡Somos la primera civilización del Nuevo Mundo! Con eventos como la Feria del Libro de New York, estamos exportando otro país. Uno que muchas e inexplicable veces escondemos bajo las alfombras. El que debemos procurar que el resto del mundo descubra ahora.
El actual Ministerio de Cultura (al que muchos llaman ya “Misterio de Cultura”) ha ido de desaciertos en desaciertos, en los cuales se incluyen muchos escándalos culturales y los estrepitosos fracasos de las dos Ferias Internacionales del Libro que ha celebrado. En los últimos meses se habían tomado allí un respiro y, al menos, ninguna noticia desagradable de importancia se estaba produciendo en Cultura… sólo en los últimos dos meses.
Empero, sabemos hoy que el Comisionado de Cultura en New York se ha visto en la obligación de suspender la trascendental Feria del Libro en USA, debido a conocidos problemas presupuestarios, que se originan en desatenciones o incompetencia de la sede central del “Misterio de Cultura”.
A pesar de que el “Misterio de Cultura” ha dicho, en el colmo del descaro, que no autorizó la suspensión de la imprescindible Feria del Libro en New York, se sabe que los recursos, y necesarios respaldos a dicha Feria, no han estado fluyendo. ¡Qué pena!
Den por un hecho que para que el Comisionado de Cultura de New York suspendiera la tan esperada y si exitosa Feria del Libro, se habría dado una situación calamitosa y se agotaron todas las diligencias, plazos y paciencia de rigor.
Por diferentes razones he ido posponiendo mis predecibles, y hasta esperadas, críticas al “Misterio de Cultura”. No obstante, tengo que decir ahora, sin que sea necesario entrar en mayores explicaciones (las evidencias están en todo el accionar del “Misterio de Cultura”), que la administración Vergés ha resultado un tremendo fiasco para la Cultura y el Arte dominicanos. En los corrillos culturales ya se asegura… que es la peor de la peor.
Creo que es urgente que le pongamos el cascabel al gato, antes que el gato, y el mar, devore el chin de queso que nos queda.