La declaración de ciudades como “Patrimonio cultural arquitectónico de la Humanidad” ( Unesco) inicio el proceso de la internacionalización de los centros históricos del Caribe, al cual asistimos en nuestra ciudad amurallada con otras (9) nueve ciudades de América del Sur y del Caribe que han obtenido esta distinción. En realidad, con ella, la ciudad obtenía un label que la convertía en “un producto de consumo especial”, pasaba a ser un ‘bien de consumo cultural’, solo por tener ciertas “ruinas históricas” que transformaban esa particularidad en “su papel de envoltura”.
Después, vino la revitalización de las zonas intra -muros por “Mister BID” como lo hizo en Quito, Lima, Bahía, Guatemala y Sucre. Ese afán, no era súbito, no era casual. Ya los centros de investigación de America latina han producido libros que analizan ese proceso, nosotros, aquí, en artículos anteriores, lo enmarcamos en un proyecto global de reinserción de todos los centros históricos de América latina en el marco de la globalización de las economías, en particular, de una nueva articulación de la industria turística (de sol y playa) con los centros históricos y su dinamización como ocurre con Santo Domingo de Guzmán, ese centro histórico amurallado, con varias identidades y memoria. El beneficio buscado es la diversificación de los productos turísticos, un mayor flujo turístico con la integración de la cultura, como bien de consumo, en economías que dependían hasta ahora de un tipo de turismo pero que necesita, ya, diversificación.
Hablando de identidad y memoria para Santo Domingo amurallada:
La 1ª fase de la revitalización afecto solo un pequeño perímetro, que podríamos calificar como de patrimonio arquitectónico “hispánico” y que además se insertaba en un tejido urbano, en obsolescencia, desde el final de la Guerra de Abril del 65, en manos de 2 o 3 familias (se sabe que una sola de ellas es propietaria de casi un centenar de casas): lo que se hizo, hasta ahora en ese perímetro (rehabilitación de redes, pavimentación, aceras, pintura) permitió, a esos dueños, realizar una jugosa operación financiera que se podía prever a partir del patrimonio arquitectónico enmarcado en las décadas – 1498 hasta 1540-.
Se olvida o obvia que Santo Domingo es portadora de varias identidades que conserva la memoria del dominicano como su Patrimonio íntimo, personal, no solo es “hispánica”: la ciudad fue saqueada porque los españoles tardaron en construir las Murallas, hay que rescatarlas para recordar a Drake y Penn y Venables. De la invasión de Boyer, hay que rescatar no solo las casonas transformadas con balcones sino también el Cementerio que es Patrimonio Cultural, que demuestra además, – por sus ilustres moradores,- el dinamismo comercial excepcional de final del siglo XIX que se concretizo por las magnificas edificaciones, dignas de rescate, de la calle de España en Santa Bárbara, sin olvidar el hospital Padre Billini. Hay que rescatar esa arquitectura cosmopolita de inicio del siglo XX que incluye todo el Conde y el entorno del Parque Independencia sin olvidar la adecuación de las casas que bordean la Muralla y las Puertas de la Misericordia y del Conde que recordaran a los turistas que “lo tenemos todo”.
Por fin, “Mister BID” ud, no puede obviar la historicidad de un perímetro que excepcionalmente en la historia de América Latina se transformó en el centro geopolítico del mundo y de América Latina en apenas 90 días en 1965. ¿Qué piensa hacer “Mister BID” , con esa ciudad que mas allá de la piedra se inmortalizo por la hazaña de sus hombres y mujeres, en los desfiles militares del Conde transformado en foro romano, desde el edificio Copello?
Reducirnos a 4 cuadras y transformarnos en un ciudad hibrida, donde los colores usados nos dan toque de indigenismo inca por momento, por otro de estar en San Juan de Puerto Rico y en otro de ser una ciudad renacentista italiana, nos lleva a preguntarnos donde están los historiadores de la ciudad? Donde están los avales archivísticos que justifican el uso del empañete, de los colores, del blanco, de la piedra, de herrería con estilos diferentes, a veces el uso de la madera en otros, del vidrio?
Lo que produjo, la primera fase de esa revitalización salta a la vista:
1º Solo con la modernización de las redes eléctricas, de la pavimentación y ampliación de las aceras, se atrajo inversiones especulativas, no muy “espontáneas” que con más de US$ 100 millones restauraron viejos cascarones para transformarlos en hotelitos boutique, restaurantes y apartamentos que se venden por mas de US$ 1.500,000. Es así, como una vieja casona entre las calles Hostos y Las Damas, adquiere un valor en el mercado inmobiliario, como si fuera patrimonio arquitectónico de gran valor.
2º ¡Mister BID, ese perímetro se convirtió en la manzana de oro de la zona restaurada, tan pronto se supo de su llegada….y , en la parte alta, donde las casas no valían nada, sus dueños empezaron a ejercer presiones y amenazas sobre los inquilinos para que liberen esos espacios vividos desde más de 40 años: sin indemnización, ni compensación,…. ya la gran mayoría de los apartamentos están liberados!.
La estampida ocurrió, sutilmente sin mareada ni olas destructivas, desde los años 1980 hasta hoy en día: 16,430 hb en 1981 a 12,133 hb en 2002 y menos de 7,000 habitantes en la actualidad. Con ese proceso, la zona intramuros se uniformizo, tiene un 40 % de uso residencial (casonas, casas multi-piso) y un 40 % de uso comercial (más de 40 hoteles, más de 500 negocios) dejando claro, que la zona será solo de determinadas actividades y visitantes.
Por esos motivos, las dudas nos embargan cuando, usted, “Mister BID” nos habla de la 2da fase de la revitalización de Santo Domingo intramuros: San Miguel, San Anton, Santa Bárbara y sus Ruinas y dice que ahora va “actuar por la gente”!!! eso provoca una cierta indignación, no por lo que dice, sino por lo que usted. no dice.
¿No sabe usted, “Mister BID”, que los barrios de la zona norte de la vieja ciudad amurallada tenían sus razones de ser, complementando sus actividades con la parte baja, con el hospital Padre Billini, el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva y las tiendas del Conde? ¿ No sabe “Mister BID” que, hace décadas, que los inquilinos ya se fueron… ¿“Mister BID” usted sabia de la especulación que iba a desatar ya que lo mismo ocurrió en todas las ciudades donde usted paso, (Cartagena de Indias), y no hizo nada para contenerla?
Pero ademas, nuestro Ministerio de Turismo sueña en un efecto de publicidad mundial con la adjudicación de la obra de restauración de las Ruinas de San Francisco a un arquitecto famoso, mediatizado que propuso una restauración que no tomo en cuenta, nuestro imaginario. Y eso le demuestra ”Mister BID” , que cuando se restauren las Ruinas de San Francisco, ¡no debe olvidar que esas Ruinas viven, gracias a la gente de San Antón y San Miguel, no puede ignorar que ahí, por esas Ruinas, por esos viejos habitantes que las rodean, las calles, las piedras respiran con ‘tigres” que le dan vida, reviven recuerdos y bailan son todos los domingos!
Por fin, recuerde, “Mister BID” que Santa Bárbara no es, como usted, lo dice: “el punto de llegada de la avenida del Puerto con una avenida lineal (desde Los Guandules y La Cienaga) que usted involucra en su rescate ¿desde cuándo?
Sino que Santa Bárbara es el punto de partida de la ciudad, de su nacimiento, desde sus canteras que fueron las que construyeron esa pequeña ciudad llamada Santo Domingo de Guzman con el Monasterio, la noria, sus canales distribuidores en los aljibes, las casas, la Fortaleza, el puerto, las Atarazanas junto al mercado de los primeros esclavos africanos llegados a Santo Domingo y la desaparecida ceiba del Puerto, sin olvidar el espíritu de nuestro artista inmortal, Silvano Lora que dignifico sus habitantes con su arte.
Es decir, “Mister BID”, que usted empezó al revés y si sabemos porqué.