Difundir las excelencias del país, participar en proyectos de inversión, buscar vías para ser sujetos dentro de los procesos de globalización y su tendencia a hundir los peces pequeños dentro de las fauces de los grandes: estas han sido algunas de los sustentos de mi trabajo cultural en Exteriores.

Pasé de Consejero en Berlín a Ministro Consejero en Chile, luego de más de diez años en el puesto. El cambio fue para poder seguir respirando, porque a veces hay que cuidar los pulmones. Tuve la suerte de contar siempre con el apoyo del embajador dominicano, Rubén Silié y su esposa, María Filomena González. El embajador Silié no sólo fue profesor mío en la carrera de Sociología, también fui su asistente a finales de los años 80. ¡Incluso me traspasó sus clases en la Universidad Iberoamericana!

La relación con Chile venía no sólo por razones familiares: desde poco más de cinco años había comenzado una fructífera relación con la doctora Fernanda Bustamante Escalona, quien en poco tiempo se ha convertido en una de las más destacadas dominicanistas en el mundo académico europeo. Gracias a esos intercambios, de Bustamante Escalona publicamos en Ediciones Cielonaranja la obra “A ritmo desenfrenado. Narrativas dominicanas del nuevo milenio” en el 2014, la primera y más amplia visión de la literatura dominicana más reciente.

Cuando llegué a Chile a mediados del 2018 me hice un programa parecido al que había desarrollado en Berlín: destacar la calidad de “lo dominicano” en esas esferas sudamericanas, buscar los vínculos históricos y culturales entre ambas naciones. Varios personajes salieron a relucir: Eugenio María de Hostos, quien se trasladó de Santo Domingo a Santiago de Chile para continuar con la modernización de la cuestión educativa; Pericles Franco, estudiante de medicina y también consecuente luchador antitrujillista, a quien Pablo Neruda le prologó un libro de denuncia de la dictadura; Juan Bosch, exiliado en Niebla, cerca de Valdivia, y a quien la editora Nascimento le publicó “La muchacha de la Guaira” (1955) y la Editorial Universitaria “Cuba, la isla fascinante” (1955). Por la parte chilena, los dos nóbeles  tuvieron una decidida implicación en lo dominicano: Gabriela Mistral y Pablo Neruda.

Teniendo en la maleta la compilación de Julio Jaime Julia “Gabriel Mistral en Santo Domingo” (1989), comencé a investigar en la Biblioteca Nacional, encontrando una serie de valiosos materiales sobre la relación de nuestro país con la autora de “Tala”. Agregándole las cartas de Carmen Natalia y otros amigos dominicanos –que localicé en la Biblioteca Nacional-, y sumándole el breve epistolario con Pedro Henríquez Ureña, ampliamos la vieja obra de Julio Jaime Julia y lanzamos la obra “Gabriela Mistral y República Dominicana”, que esperamos poner en circulación algún día.

Esas investigaciones en torno a la relación de Mistral con el país dominicano contaron con el decidido apoyo de uno de los estudiosos más importantes de la autora chilena, Pedro Pablo Zeggers, quien es además Director de la Biblioteca Nacional de Chile. En la siguiente dirección, se pueden consultar los “Manuscritos dominicanos de Gabriela Mistral en la Biblioteca Nacional de Chile”:

Una gestión en la que tomé parte fue en un encuentro con el Director de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam). El titular de la página del Dibam aún reza: “Director de la Dibam y Embajador de República Dominicana comprometen trabajo cultural conjunto”, y se puede ver en el siguiente enlace:

https://www.patrimoniocultural.gob.cl/614/w3-article-81621.html?_noredirect=1

Producto de los encuentros con ambas instituciones –la Biblioteca Nacional de Chile y la Dibam-, procedimos a localizar y pedir nos fueran concedidas copias digitales de algunas obras dominicanas conservadas en esa valiosa institución. Uno de ellas fue una joya, una edición inconseguible ni en Santo Domingo ni en otra biblioteca alguna: la primera edición de la novela “Enriquillo”, de Manuel de Jesús Galván, publicada en 1879. La generosidad ante nuestra solicitud fue tal, que la Biblioteca no sólo la digitalizó sino también que la ha hecho pública. Se puede descartar aquí:

http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/644/w3-article-352759.html

Del  5 de octubre al 11 de noviembre  del 2018 se celebró la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile (FILSA). Aparte de Perú, país invitado a la FILSA, la República Dominicana fue el único país latinoamericano en participar con un estante donde se ofreció una amplia selección de autores dominicanos:

https://ntelemicro.com/v1/dominicanos-participan-feria-internacional-del-libro-filsa-2018-chile/

https://www.diariolibre.com/revista/cultura/escritores-participan-en-la-feria-internacional-del-libro-de-santiago-MJ11181836

En el programa de la FILSA se podrá apreciar el conjunto de las actividades realizadas por la delegación dominicana, compuesta por Chiqui Vicioso, Frank Báez y Minerva del Risco:

https://camaradellibro.cl/wp-content/uploads/2018/10/PROGRAMA-CULTURAL-FILSA-2018.pdf

La participación de estos autores fue posible gracias a un trabajo conjunto con el Ministerio de Cultura y la Editora Nacional. Para aligerar la programación, Minerva del Risco asumió sus gastos.

Una institución con la que estrechamos lazos fue con la Fundación Juan Bosch. En dos ocasiones volamos con Catalina Bosch a Niebla, el poblado cerca de la ciudad de Valdivia, que acogió a Juan Bosch y a su familia a mediados de los años 50, huyéndole a los esbirros del trujillato. Allí visitamos la Escuela Juan Bosch, que es todo un modelo de excelencia en la región. Desde hace algunos años la Fundación Juan Bosch realiza un concurso literario, que tiene por objetivo la continuación del vínculo afectivo y creativo de nuestro país con esa región en Chile. En la segunda ocasión de nuestra visita fuimos regalados con un hermoso concierto de música baile, donde estudiantes de la Escuela Juan Bosch bailaron como verdaderos dominicanos, nuestros géneros musicales más conocidos, como la bachata y el merengue, y hasta salve.

Aprovechando la visita a esa región, continuamos nuestro trabajo con la Universidad de Valdivia, tratando de desarrollar acuerdos de intercambio con instituciones dominicanas. Como un primer paso, tanto el embajador Silié como yo ofrecimos sendas conferencias. La mía versó sobre “Redes intelectuales y Pedro Henríquez Ureña. Al embajador Rubén Silié le tocó inaugurar el semestre académico. En las páginas webs de la Universidad de Valdivia todavía puede leerse el siguiente texto: “Con charla del Embajador de República Dominicana Rubén Silié se dio inicio al Año Académico en la Escuela de Graduados de la Facultad de Filosofía y Humanidades”:

http://humanidades.uach.cl/2019/04/12/con-charla-del-embajador-de-republica-dominicana-ruben-sillie-se-dio-inicio-al-ano-academico-en-la-escuela-de-graduados-de-la-facultad-de-filosofia-y-humanidades/

Demás sería seguir mencionando encuentros con instituciones y eventos, como la FLACSO, la Universidad de Chile, la Católica, las “Jornadas Caribeñistas”, discusiones sobre el tema de migración con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Trabajo, comité de senadores Congreso, contactos con la comunidad dominicana y un corto pero efectivo etcétera.

A veces me gustaría informar al instante, enviar fotos, pero los escrúpulos no me lo permiten.

Comparto estas experiencias chilenas porque tal vez puedan abrir nuevas ideas.

En otra ocasión hablaré sobre otras experiencias, como editor y estudioso de Pedro Henríquez Ureña, en la Delhi, París y Madrid. Huelga decir que el apoyo de los embajadores correspondientes ha sido vital. Por eso tengo que agradecer a Hans Dannenberg en la India, a Rosa Hernández de Grullón en Francia y a Olivo Rodríguez Huertas en España, el apoyo, el entusiasmo, y las puertas siempre abiertas que tuvieron para mis ideas y actividades. También tengo presente a Julio Simón Castaños Zouain , embajador dominicano en Suiza, con quien acabo de compartir una Jornada Dominicana en la Universidad de Saint-Gallen, Suiza, donde se encontró el mayor espectro de la industria suizo-dominicana, en el reconocimiento y la ampliación de sus relaciones. Y a Rubén Silié, last but no least, igualmente, por la calidad y la calidez de su trato, sus ideas y sus principios de bondad, que han sido muchos.