Ahora sí todo está claro. Ahora comprendo, Miriam Germán Brito es un peligro público.
Una mujer independiente, íntegra, que con sus méritos se atreve a disputarles algún espacio de poder a los hombres en esta dinastía del machismo, sin duda ha de ser peligrosa.
Una persona que trafica en “sobres misteriosos” libros de ensayos, novelas, poemas y, sobre todo, música exquisita. Toda una conspiradora impenitente.
Alma libre, que en este mundo se atreve a cultivar la amistad y a prodigar afectos. En serio, pienso que son claras señales de que Miriam planea liderar una rebelión.
En este reinado de la estulticia encumbrada, dedicar tiempo a disfrutar y compartir las ocurrencias y creaciones de los poetas, esos indomables seres con “el alma llena de pájaros” (*), es más que sedicioso. Es la prueba definitiva de su declaración de guerra.