Con el asomo de la amenaza de destruir la Loma Miranda se generó un espacio educativo que ha permitido sensibilizar y educar la población sobre la importancia de los recursos naturales de esta importante área natural de la República Dominicana. La construcción de este espacio ha permitido que una parte importante de los dominicanos conozca la trascendencia de este santuario natural y la necesidad de garantizar su permanencia.

Miranda ha generado un nivel de empoderamiento que nunca antes lo habíamos visto alrededor de un espacio natural en el país. Esta parte de la Cordillera Central ha producido la magia de disipar diferencias y hacer surgir la luz de la unidad en torno a este espacio vital para la vida. Hoy vemos unidos a los religiosos, sin excepción, clamando la protección de esta montaña tan importante para la producción de bienes y servicios para nuestro país. También vemos como los medios de comunicación han hecho suyo el tema, como es el caso de este medio; políticos de todos los colores e ideologías, gremios profesionales y el pueblo llano ha decidido que Miranda es un Parque nacional.

En esta decisión del pueblo dominicano, los que supuestamente nos representan en la Cámara Alta, no solo están dando muestra de indiferencia, sino que están enviando señales totalmente contrarias al interés de quienes los han elegido para que los representen en el Senado de la República Dominicana.

En este sentido, Miranda no sólo se ha convertido en un espacio de sensibilización y educación en torno a los recursos naturales, sino que ha permitido poner en evidencia que “nuestros representantes” en la cámara alta están más comprometidos con Falcondo y sus intereses que con el pueblo dominicano y su pródiga naturaleza.

Esta actitud de “nuestros senadores” demuestra de manera palmaria y manifiesta, no solo un desinterés por la decisión del pueblo, sino un irrespeto y una burla, ya que argumentan falta de informaciones sobre el área, lo cual no es cierto, porque sobre la Loma Miranda tienen suficientes informaciones para declararla un Parque Nacional. En la República Dominicana no ha existido un espacio natural sobre el que se disponga de tantas informaciones, previo a su declaración como área protegida, como en el caso de Loma Miranda.

Una de las características que debe tener una zona para ser parque nacional es que sea representativa de los ecosistemas y la biodiversidad de la flora y fauna de una región o del país, así como importantes recursos hídricos, entre otras características. Esto permitiría proteger y salvaguardar procesos ecológicos a gran escala, junto con especies y ecosistemas característicos del área, proporcionando la base para oportunidades espirituales, científicas, educativas y recreativas que sean ambiental y culturalmente compatibles con el área

Miranda cumple con estas características porque reúne casi la mitad de todas las familias de plantas que se han reportado en la isla, con una extraordinaria biodiversidad tanto en su flora como en su fauna. Además, es una importante zona de producción de agua y un área importante de cara a la seguridad alimentaria de la República Dominicana, ya que es un punto de conexión estratégico entre las cuencas Camú y Yuna., siendo esta la más importante en la producción alimento de la Hispaniola.

Esta realidad es conocida por “nuestros senadores” y aun así persisten en su vacilación ante la imperiosa necesidad de formalizar una decisión que ya este pueblo tomó: Declarar a Loma Miranda Parque Nacional.

No avalar esta determinación soberana del pueblo dominicano, sería atentar contra la democracia, contra la naturaleza y contra el derecho que tiene el pueblo dominicano de decidir su futuro.