Señores del Congreso Nacional y de la comunidad racional, la Republica Dominicana es un país con un potencial minero extraordinario, esto, por comprensión de los sucesos geológicos que se dieron y que fueron capaces de producir un depósito de primer orden mundial como el de Pueblo Viejo. Todavía no se sabe cuántos “Pueblo Viejo” más existen en el territorio nacional. Lo que sí se sabe es que en varias localidades se dan las condiciones geológicas para hallazgos interesantes.

Actualmente circula en el congreso un proyecto de ley minera que jamás debe ser aprobado, y esto no es un enfrentamiento político, que quede claro, se trata de una posición producto de un conocimiento de la actividad minera desde el punto de vista conceptual y once años de experiencia coordinando esfuerzos para el desarrollo de la minería dominicana.

Todo el sector minero del país reconoce que la ley Minera 146 hay que actualizarla, primero pasando por un diagnostico sectorial y después convocando a un proceso amplio, multidisciplinario, participativo, democrático, y de consenso, cuyo producto sea, una ley competitiva que impulse una minería responsable.

¿Dónde radica el problema de dicho proyecto de ley? Sencillamente que parte de criterios erráticos de lo que es la actividad minera. Reduce la capacidad competitiva y establece mandatos que alejaría la inversión para siempre del país.

Para que se entienda bien, es recomendable explicar de manera concreta lo que es el Ciclo Minero, cada etapa de ese sector primario de la economía. Comenzando por la EXPLORACION, que es una pequeña parte de un proceso largo y complicado, muy complejo, que según avanza en el tiempo demanda de mucha inversión de recursos, mientras más densidad de informaciones se obtengan, así va aumentando la inversión para pasar a los siguientes pasos de caracterización de un deposito mineral. Demanda del conocimiento multidisciplinario, geólogos, geoquímicos, geofísicos, entre otros. Los concursos de todas estas disciplinas llegan a modelar el yacimiento del mineral y evaluar su factibilidad. Esta etapa puede durar de 5 a 10 años.

Es importante destacar que la exploración es una actividad de alto riesgo, las estadísticas mundiales establecen que de cada 100 proyectos que se ejecutan, solo diez llegan a la fase de perforación, y de estos, solo uno llega a la fase de explotación. Esto describe la realidad de que invertir en minería es tan bajamente probable de éxito como jugar la lotería. Hay que aprovechar para dar algunos números, el proyecto Romero de San Juan de la Maguana, la empresa, lleva gastado 42 millones de dólares y todavía no ha recuperado un centavo. Se puede afirmar categóricamente, un recurso mineral sin ser caracterizado jamás puede ser considerado una materia prima para ningún proceso industrial.

La segunda etapa del Ciclo Minero es DESARROLLO, que consiste en la planificación y construcción de la mina y las infraestructuras necesarias para el recurso mineral ya caracterizado, procesarlo en una planta de beneficio y colocarlo en un mercado para su comercialización. Para satisfacer necesidades logísticas y operativas, en esta etapa, el proyecto requiere empleados y servicios de la comunidad local, empresas de todos los órdenes, es un verdadero impacto horizontal en la economía regional. Para dar otros números, en el proyecto Pueblo Viejo se gastaron 3,800 millones de dólares en tres años de construcción llegando a tener hasta 7,000 empleos directos en la etapa cumbre de la construcción. En esta etapa todavía la minería no produce un centavo, solo gastos e inversión y como se ve, una alta inversión de capital. En otros proyectos esta etapa puede durar hasta 5 años.

La tercera etapa del Ciclo Minero es la EXTRACCION DEL MINERAL, en esta juegan de manera armoniosa y medularmente, dos conceptos importantes y determinantes, el plan de minado y el plan de negocios, el primero funciona para que no fallen los postulados del segundo, y si el segundo cambia de manera significativa, obliga a los ajustes necesarios del primero para amortiguar esos cambios. A partir de estos conceptos en su función armoniosa, empieza la producción de dinero y se enfrentan los compromisos financieros contraídos para llegar hasta aquí, salvar los desafíos del beneficio y repartir utilidades. Esta etapa puede durar hasta treinta años, dependiendo del tamaño y escala de la minería que se esté realizando.

La cuarta y última etapa es la RECLAMACION, que contempla el desmantelamiento de la planta, rehabilitación del terreno intervenido, seguimiento de todas las variables ambientales por un periodo de hasta cinco años o hasta que se puedan medir las variables en armonía con el medio ambiente. Esta etapa es implementada a costo exclusivo del inversionista.

Como se puede apreciar en todo lo anteriormente descrito, la actividad minera encierra una complejidad, a veces muy difícil de comprender, en nuestro país no se corre una suerte distinta, desde muchos sectores sociales, se acusa de forma irracional contra la minería por acción del desconocimiento. Lo que no se entiende es que las autoridades no conozcan esto y actúen queriendo imponer una ley en desconocimiento de la actividad.

¿Cómo pueden promover una ley que parte del sacro error de que el Estado le regala la materia prima al minero?, les confieso que nunca había escuchado un disparate de esa magnitud, entonces, ¿desconocen todo el riesgo que implica transitar por estas etapas descritas, sin garantías de éxito con inversiones tan grandes? No conocen que en la ley Minera 146 una concesión minera está tipificada como un contrato de adhesión con el Estado, que el Estado prevalece como dueño del recurso y deja en manos del que sabe, del que se atreve, del que arriesga enormes capitales para producir. Para colmo de riesgos, el minero produce materia prima para un mercado que no controla, es tomadora de precios y tiene que vender a como compra el mercado, por esta razón también tiene el riesgo de cerrar sus operaciones por tiempos de depresión de los precios, ya eso lo hemos visto en varias ocasiones en Falcondo.

Querer imponer un impuesto a los metales presentes en un mineral pareciera imaginar que el oro está en lingotes, el cobre y el zinc en concentrados, y que lo único que hay que hacer es meter los equipos y sacarlos. No se trata de eso, se trata de contenidos en gramos y bajos por cientos por toneladas que necesitan ser procesados obedeciendo al ciclo descrito.  Hay que ratificar que un recurso minero que está en las entrañas de nuestras montañas no vale nada por el hecho de existir, solo vale si caracterizándolo, se puede determinar su factibilidad mediante el uso de una tecnología de procesamiento y colocarlo en el mercado generando beneficios, para eso ya sabemos lo que hay que hacer.

Para concluir, vale destacar que en el gobierno de Leonel Fernández se importantizó la minería, se garantizó la inversión económica más grande de toda la historia económica del país, 3.8 billones de dólares; se comenzó a producir cobre por primera vez, se invirtió en la minería no metálica en cementeras, marmolerías, plantas de agregados, entre otras. Desde el seno de ese gobierno se proclamó a todo pulmón que la minería se iba a convertir en el acorazado de la economía dominicana, solo a ocho años la realidad ha dimensionado la proclama, solo de la Barrick el Gobierno actual del 2013 a la fecha ha recibido más de dos mil millones de dólares. en contrataciones y compras locales durante ese periodo ha gastado un promedio de 200 millones de dólares al año en compra y contrataciones, y para suma, en este año, en medio de este colapso económico ya la Barrick le adelanto 185 millones de dólares al gobierno. La minería es un acorazado de la economía y debe ser tratada con la importancia que ella reviste.