MIGUELETE

“. . . escritor, esencia de pueblo, orgulloso MIGUELETE . . .”

Algunas personas que no conocen el significado de la palabra del epígrafe pueden pensar que se trata del apodo de una persona cuyo nombre es Miguel. Ese no es el caso.

En la ciudad de Santo Domingo hay un barrio cuyo nombre es San Miguel. Este se encuentra en el casco urbano de la ciudad. Este barrio cubre un área muy pequeña; a pesar de eso, sus moradores se sienten muy orgullosos y por ello se hacen llamar migueletes.

El Diccionario del español dominicano (2013:462-3) define el adjetivo y sustantivo miguelete, “Referido a persona habitante de San Miguel, barrio de Santo Domingo de Guzmán”.

En su origen el barrio estuvo en la zona intramuros de la ciudad de Santo Domingo. Alrededor de este barrio se hallan dos barrios más que son pequeños también, por lo que los límites entre ellos a veces son borrosos, se trata de San Lázaro y San Antón.

Algo que llama la atención aquí es como estos barrios tienen nombres de santos, algo que sugiere que su fundación y denominación surgió hace muchos años.

El Diccionario del español dominicano (2013:462-3) define el adjetivo y sustantivo miguelete, “Referido a persona habitante de San Miguel, barrio de Santo Domingo de Guzmán”. En funciones de adjetivo es, “Relativo a San Miguel, barrio de Santo Domingo de Guzmán”.

REPERPERO

“Desde el asombro por lo que se dice que ha costado el proyecto hasta el REPERPERO provocado . . .”

El sustantivo reperpero es un dominicanismo; mas es uno que adquirió carta de ciudadanía en el español internacional al pasar al Diccionario de la Real Academia en el año 1984. Al principio se consignaba esta voz como perteneciente al habla de los dominicanos y puertorriqueños. En la actualidad ese diccionario solo menciona República Dominicana.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española menciona a Puerto Rico y Cuba como países donde se usa la voz, además de República Dominicana; con la salvedad de que en Cuba la voz reperpero es obsoleta. Parece que el uso de reperpero en el habla de los cubanos fue de corta duración.

El ruido según parece es solo en el reperpero dominicano, pues en Cuba es, “Situación en la que imperan la confusión y el desorden”

En Puerto Rico la voz reperpero la menciona D. Augusto Malaret y ofrece un sinónimo, revolú, voz que para este propósito define como “Escándalo, riña, pelotera”. Diccionario de provincialismos de Puerto Rico (1921:131-2).

Esa voz se trae a estas reflexiones acerca del habla de los dominicanos para analizar las definiciones, sobre todo las dos que interesan, que son las del Diccionario del español dominicano y la del Diccionario de la lengua española.

La primera mención acerca del reperpero dominicano que se ha encontrado la trae D. Pedro Henríquez Ureña, quien lo define, “desorden o motín”. El español en Santo Domingo (1940:188). El definir a reperpero como un desorden ha sido una constante en todos los lexicones.

La acepción que ha prevalecido en el diccionario de las academias es, “Confusión, desorden, trifulca”. La acepción del Diccionario del español dominicano es, “Lío, alboroto, desorden.”  “Pelea, reyerta”. Al traer esta dos versiones se ha hecho para destacar las diferencias y, sobre todo, para resaltar el “alboroto” que figura en la acepción del diccionario dominicano.

No hay que escandalizarse si se nota esta diferencia, pues puede muy bien deberse a una variación del concepto mismo que ha añadido un rasgo más al reperpero porque la manifestación del hecho ha añadido otra característica. Este alboroto procede del vocerío causado por las personas involucradas en el reperpero, es un desorden ruidoso.

El ruido según parece es solo en el reperpero dominicano, pues en Cuba es, “Situación en la que imperan la confusión y el desorden”. Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-II-391).

CIMARRONAJE

“Este movimiento que resalta el CIMARRONAJE en nuestra cultura . . .”

No cabe duda de que la palabra que se encuentra en el origen de la del título es cimarrón. No hay discusión acerca del origen de la palabra cimarrón, es una palabra americana, por más señas es antillana, y, la primera mención del cimarrón se hace con respecto de la isla La Española. Todos estos datos se desarrollarán más adelante y se verá que la palabra del título no consta en los diccionarios tradicionales.

La palabra cimarrón apareció por primera vez en 1535 lanzada por Fernández de Oviedo, conforme lo trae el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-II-76). En los lexicones dominicanos aparece en Criollismos de Brito, de 1930, con el valor de “montaraz, salvaje”. Ya antes se aceptaba por “alzado”, huido al monte. En la isla La Española en la época de Bartolomé de Las Casas, “montear” era perseguir al indio cimarrón o alzado.

La palabra cimarrón consta en el Diccionario de la lengua española con seis acepciones.

Este cimarrón americano dio pie a la entrada en inglés a maroon usado para “esclavo alzado” y en francés a marron para “esclavo alzado” y “animal salvaje”.

La primera mención en un lexicón americano pertenece a Pichardo en Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1836:162), donde el autor se extiende en explicaciones acerca de usos metafóricos.

Cuando D. Roque Barcia redacta su Diccionario general etimológico de la lengua española (1880-I-883) al ocuparse de la palabra cimarrón explica que es voz americana, así, “se aplica en Indias y en nuestras Antillas con particularidad”. Este autor sigue los pasos de Pichardo pues extiende el adjetivo a las plantas silvestres.

Es interesante el enfoque que hace de cimarrón D. Alfredo Zayas y Alfonso en su Lexicografía antillana (1914:175), “Este vocablo significó primeramente el indio, y poco después el negro; alzado, más que para atacar o combatir a sus dominadores, para evadir su dominio y sujeción”. Este autor consigna un uso de 1533 datado en Santiago de Cuba.

La palabra cimarrón consta en el Diccionario de la lengua española con seis acepciones. Algunas de estas apegadas a su origen y otras alejadas de este, pero que han perdurado en el español.

Si se tiene en cuenta la terminación de cimarronaje, -aje, este sustantivo sirve para expresar la acción del cimarrón o designa el conjunto de los cimarrones. En el texto del que se extrajo la cita se nota que se usa en sentido figurado.