El rechazo que genera la figura del Ing. Miguel Vargas Maldonado es más que evidente y probado en una encuesta que se realizó hace ya unas cuantas semanas. Este rechazo es el resultado de su conducta en los últimos años. Contradicciones, inestabilidad, autoritarismo, engaños y poca transparencia es lo que presenta este señor en su accionar.
Él, que habla de institucionalidad, fue quien firmó un acuerdo en el 2010 con el entonces presidente del país, para la modificación de la Constitución, entre otras cosas, sin someterlo a su partido y Vargas Maldonado no era el presidente del PRD en ese momento. Fue Miguelito quien no apoyó al candidato de su partido en las Elecciones Presidenciales del año 2012, por no aceptar los resultados de la XXIX Convención Extraordinaria del PRD en marzo del 2011 y ahora dice estar de acuerdo con Primarias Abiertas, cuando después de su derrota en dicha convención, habló de los fallos que hubo en la elaboración del padrón “semiabierto”. Dice ser un demócrata, pero se prestó a burlarse de este pueblo en el 20 de julio del 2014 con la XXX Convención Extraordinaria del PRD, donde lo menos que hubo fue entrarle a tiros a quien no estaba con él, dígase a todo el mundo y ratificó su falta de vocación por la democracia en diciembre del año 2017, cuando fue “ratificado” como presidente del PRD y donde modificó los estatutos de dicho partido.
Bien puede decirse que todo esto ha afectado sólo al PRD y aunque el daño ha sido incalculable para esta organización política, nada tiene que ver con el país. Pero cuando ya una persona está involucrada en escándalos o son personas de su círculo político y de negocios que lo están, ya sí es para preocuparse.
En un trabajo de investigación periodística se ha denunciado el desorden y despilfarro que existe en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana. Las personas que han sido nombradas en estos últimos dos años, han disparado la nómina de dicho ministerio. Según lo revelado por el trabajo de investigación, cito: “La nómina de empleados fijos, o sea, empleados en el territorio nacional, se ha incrementado en más de un 50%, pasando de unos cuarenta (40) millones a un poco más de sesenta (60) millones. Se trata de un aumento de más de veinte (20) millones, pasando el número de empleados de mil diecisiete (1017) a mil ciento sesenta y uno (1161), o sea que en veinticuatro (24) meses crearon otros ciento cuarenta y cuatro (144) puestos de trabajos…” Lo que llama más la atención es que esos 144 nuevos puestos le cuesta al Estado más de la mitad de lo que le costaba los 1017 que estaban a la llegada de Miguel Vargas.
Lo peor de todo es que el señor canciller dijo que respondería al informe publicado por dicho programa, no lo ha hecho, aunque adelantó que se redujo la nómina del servicio exterior a ciento veintisiete (127) funcionarios. Tendríamos que ver si el mal ha hecho metástasis en otra instituciones donde el Ing. Vargas Maldonado tiene a algunos de sus adeptos y el desorden y despilfarro también están presente.
Cuando se habla del manejo del dinero del Estado, sumado los escándalos que gravitan en torno a la figura de éste – su nombre ha sido mencionado en un fraude bancario y una persona cercana a él está envuelta en la venta de un sector de Los Tres Brazos-, la intromisión en los fallos judiciales y el accionar dentro de su partido , todo esto convierte a Miguel Vargas Maldonado en un peligro para el país.
Solo resta dar gracias a Dios de que en el 2008 no llegó a la presidencia, porque por más mal que nos fue en esos años, sobre todo, el desastre en todos los ámbitos que se presentó en ese cuatrienio, hoy nos damos cuenta de que con él habría sido mucho peor.