Miguel Vargas Maldonado ganará en su propósito de prorrogar de nuevo la Convención del PRD para el momento que a él le dé la gana. Esto es, cuando le convenga políticamente. Antes, debe hacer un padrón que solo contenga sus seguidores y hacer todas las sustituciones que necesite en los cuadros de dirigentes del partido.
Ganará en su intención de escoger entre sus seguidores todas las candidaturas a los cargos congresuales y municipales. Hasta puede decidir no realizar ese evento y seleccionarse él mismo como Presidente del partido y su candidato presidencial para el 1916. No importa que viole estatutos o Reglamentos, él es la única autoridad en el PRD y sus disposiciones serán aprobadas por la JCE y si es necesario por el TSE o el TC. Él cuenta con eso aunque no cuente con la razón ni con un sustento legal.
Ganará la Convención cuando la realice a su acomodo con la mínima porción del PRD que controla. Obtendrá así para sus seguidores todos los cargos direccionales del partido.
Ganará la Presidencia del PRD reducido que puede controlar.
Ganará la candidatura presidencial para “su PRD”.
Ganará todas las instancias que lleve a la Junta Central Electoral, al Tribunal Superior Electoral, al Tribunal Constitucional y a la Suprema Corte de Justicia en contra de quienes les adversan en el PRD. Entre él y Leonel Fernández seleccionaron los componentes de esos tribunales y éstos, no emitirán un fallo que le perjudique.
Ganará, por la misma razón anterior, todas las instancias que en su contra sometan los miembros del PRD que no le favorecen.
Reduciendo el PRD, logrará hacer un gran aporte al triunfo del PLD en al 1916. Con esta contribución, se ganará una porción del gobierno peledeísta que con su valiosa contribución surja de esas elecciones. Si en una primera vuelta, una alianza de otras fuerzas opositoras no logra derrotar al PLD, lo esperado es, que el PRD miguelista apoye abiertamente al PLD en una Segunda vuelta, consolidando su contribución.
Miguel Vargas Maldonado, logrará alimentar su ego y satisfacer sus ambiciones de poder con estos logros limitados y moralmente cuestionados.
Lo que Miguel Vargas Maldonado NO LOGRARÁ, es seguir contando con el apoyo del PLD para ganar la Presidencia de la República en las próximas elecciones. El PLD cede y negocia cualquier cosa, menos cuando se pone en juego la conservación del poder.
Mientras tenga el consentimiento del PLD y sus tribunales, seguirá dirigiendo dictatorialmente al PRD y posponiendo ilimitadamente la Convención de su partido; “porque no tiene tiempo para organizarla”(a pesar de que tiene casi 4 años dirigiendo el partido), “porque no tiene dinero” (a pesar de gastar millones en la adquisición de vehículos) o simplemente porque reconoce su poca aceptación y le teme a la realización de un evento como ese realizado con transparencia.
No logrará conseguir en mayo de 1916 más del 15% de los votos emitidos.
No logrará convencer a nadie de sus justificaciones para excluir del PRD a sus figuras más emblemáticas. “Los organismos del partido…”, que “la institucionalidad…” “la disciplina…”, “esos no son miembros del partido…están expulsados”, etc. son los argumentos para excluir a todo quien interfiera en la forma dictatorial con la cual la dirige esa organización y la falta de democracia en la selección de sus autoridades.
No logrará recuperar jamás su prestigio político, por su responsabilidad en la debacle del PRD. A pesar de sus empeños en desviar la responsabilidad a Hipólito Mejía y a otros opositores internos, quien ha sido inflexible, irracional e intransigente ante la solución de la crisis interna ha sido él.
No logrará que las masas perredeístas le perdonen haber secuestrado y destruido un partido con una tradición histórica de tantos triunfos y aportes a la democracia.
Tendrá que seguir medrando a la sombra del PLD, para mantener alguna cuota de poder, pero jamás ese partido le abrirá el paso a la Presidencia de la República.
Logrará seguir siendo un empresario exitoso con contratas y otros favores del oficialismo, pero un político frustrado que solo obtiene triunfos limitados con la ayuda del gobierno y tribunales politizados.