Están, también: Manuel de Js. Núñez S., Luis José Estrella G., José E. Meléndez V., Juan Luis Marte M., César Augusto Jiménez Messón, José A. Mussa Monción, Germán Antonio Silverio M., Israel de Jesús Brown, José Valentín Ortega B., José Aurelio Valdes, Frank Heinsen Martínez, Mirko Morales Capellá, Miguel Angel Muñiz M., Mario Antonio Castellanos, Rafael Leonardo Gómez A., Manuel P. Reyes, Ulises J. Ricardo A., Waldo Rafael Mussa Monción y césar Rafael Muñiz Arias.

En el barrio El Pie del Fuerte de Puerto Plata, creció y se desarrolló Miguel Ángel Merette. Allí compartió con todo los residentes.

Ahí se establecieron una gran cantidad de familias, como fueron: Arzeno, Certad Hernández, Mckinney, Martínez, Hart Dottín, Ferrari, Pecunia, Suárez, Nouel, Clander, Burrougghs, Astwood, Hernández, Barrera, Spignolio, Sánchez, Payan, Banks, Merette, Ricardo, Morales, Cepeda, Conte, Musa, Borrel, Artiles, Corominas, Fernández, González, Brugal.

También cabe destacar a las familias: Pérez, Cocco, Pimentel, Mena, Monción, Villanueva, Michel, Ripoll, Domínguez, Reyes, Bonilla, Sosa, Behal, Bordas, Ortega, Lomosin, Benítez, y otras tantas.

En aquel sector desarrolló Miguel Ángel Merette, todas las actividades propias de un adolescente de esa época, como eran juegos de trompos, bolas, béisbol. Así como también el volar pájaros y chichiguas. Aprendió a nadar y luchar a la pancada en La Poza del Castillo.

En su niñez y adolescencia jugó béisbol en el play del Pie del Fuerte en compañía de: Fernando Hart (a) Goguito, Chino Hart, Hugo González, Juan Luis González, Chiqui González, Luis José Merete Santana, los hermanos Pimentel Lister, los hermanos Livio y Silvio Morales, los hermanos Astwood, Cataplun Domínguez, los hermanos  Fare, hermanos Waldo y Noli Musa, entre otros.

En aquel antiguo sector regenteó por muchos años su restaurante Poza del Castillo.

Apoyó de manera entusiasta los encuentros de los moradores del barrio El Pie del Fuerte, de Puerto Plata, en sus cuatro versiones, organizados a finales de cada año por  una familia de ese desaparecido sector puertoplateño.

Miguel Angel Merette casó con la excelente y extraordinaria locutora puertoplateña Germania Arzeno Pérez (hija de los señores: Fernando Arzeno Estévez (nació el 28 de octubre de 1916, hijo de Fernando Arzeno Gómez y Aurelia Estévez) y de doña Olga Beatriz Pérez Ureña), en la ciudad de Puerto Plata el 4 de mayo de 1961.. 

Ambos esposos procrearon dos hijos. Germán Miguel y Miguelina Jazmín Merette Arzeno; residen en Puerto Rico, desde hace varios años. Doña Germania Arzeno de Merette trabajó en dos emisoras allí en Puerto Rico: Radio HIT y Radio San Juan, de Puerto Rico. Actualmente esta retirada y pensionada.

Miguel Ángel Merette Sosa procreó otra hija: Dra. Wildrian Merette.

Su esposa doña Germania Arzeno Pérez, fue una las primeras mujeres puertoplateñas en hablar por un micrófono en Puerto Plata. La primera fue Carmen María Arthur Sosa, en La Voz de la Libertad.

Llevaba más de treinta y cinco años residiendo en Puerto Rico, donde trabajó como Capitán del remolcador del muelle de cargas de San Juan como Capitán. .

Dado en su juventud a participar en tertulias con grupo de amigos en ameno trago y cerveza.

Miguel Ángel Merette, fue sin lugar a dudas, un experto marino mercante. Gran conocedor del intríngulis del mar. Por su capacidad en la marinería alcanzó altas posiciones en  los diferentes barcos donde trabajó.

Su cuñado don Danilo Arzeno, destacado locutor, ex combatiente constitucionalista, periodista, poeta, compositor y escritor puertoplateño, lo describió así: “Dio mucho, recibió muy poco casi nada. Se arruinó moral y económicamente reclamando que se le hiciera justicia con una pequeña propiedad en su pueblo natal y “la justicia” y los corruptos se burlaron de él y LO MATARON igual que al Padre  Canales”.

Deberá de ser recordado siempre como un hijo meritorio de la ciudad de Puerto Plata.

Murió en San Juan, Puerto Rico el 27 de enero de 2008, el íntegro ciudadano y experimentado marino mercante Miguel Ángel Merette Sosa, a la edad de 75 años.

Su cadáver fue cremado y sus cenizas fueron traídas a Puerto Plata y esparcidas en La Poza del Castillo.