Murió en San Juan, Puerto Rico el 27 de enero de 2008, el íntegro ciudadano y experimentado marino mercante Miguel Ángel Merette Sosa, a la edad de 75 años.

Durante muchos años fue marino mercante y llegó ocupar las posiciones de Primer Oficial y Capitán de barcos. Viajó por diferentes países de América y Europa como marino mercante.

Se había iniciado en la navegación en las embarcaciones de goletas de vela como New Star, propiedad de Lorenzo Astwood; La Guillermina, de Lulo Paiewonsky; El Atlántico, propiedad de Tico Paiewonsky y La Thelma, de José Paiewonsky, que realizaban el intercambio comercial con las islas del Caribe, transportando: cacao, maíz, tabaco, arroz, frutas, etc.

También, por muchos años fue marino mercante, alcanzando la posición de Primer Oficial en los barcos: Puerto Plata, Cibao y Santo Domingo, pertenecientes a la desaparecida Flota Mercante Dominicana.

Era un auténtico puertoplateño. Quiso y amó intensamente a su ciudad de Puerto Plata. Se le veía transitar por la ciudad caminando a pie y visitando a sus íntimos amigos. Sencillo y jovial.

Hombre lleno de grandes recuerdos y experiencias acumuladas en su trajinar por el mundo de la navegación. Era poseedor de un anecdotario increíble. Gran conocedor de la historia y su gente de Puerto Plata. Dado a platicar con sus familiares, amigos y allegados.

Siempre se le veía con una sonrisa a flor de labios y de espíritu alegre. Vestía implacablemente.

En los últimos años de su vida vivía en San Juan, Puerto Rico en compañía de su esposa e hijos.

En Puerto Rico trabajó por muchos años y se encontraba pensionado.

Siempre añoró a su Puerto Plata querido y de grades recuerdos. Era un asiduo visitante a su ciudad natal. Pasaba larga temporada en su pueblo de origen y formación.

No transigió con sus principios durante la dictadura de Trujillo. De una conducta insobornable y vertical. Estuvo muy ligado en Puerto Plata con diferentes movimientos en contra de la dictadura de Trujillo. Fue un hombre de ideas liberales.

Nació en la ciudad de Puerto Plata el 19 de septiembre de 1932, hijo de los señores. Miguel Ángel Merette Cobles y María Victoria Sosa González.

Tuvo una hermana de padre y madre: Carmen Rosalía Merette Sosa, ésta casó con Juan Bautista Ventura, siendo estos los padres de los reconocidos mellizos músicos puertoplaños: Max y Edgar Ventura Merette.

De padre tuvo los hermanos: Jorge Merette Polanco (a) Muela procreado con la señora María Polanco; Luís José, Carlos y Carmen Merette Santana con la señora María Dolores Santana; Enrique, María Luisa y Carmelo Merette Matías con la señora María Luisa Matías.

Además, procreó a Juan Castillo, patriarca y muy aclimatado y querido en su pujante Distrito Municipal de Maimón, Puerto Plata,

Miguel Ángel Merette fue alfabetizado por el maestro y periodista venezolano José Ignacio Certad Hernández (1869—1948), en su colegió Duarte, que funcionaba en el local de la Sociedad Unión Puertoplateña, cedido gratuitamente al maestro Certad Hernández. Fueron muchos los jóvenes que pasaron por sus manos; entre los cuales, están, Hugo de Jesús González López, Félix Rodríguez Tolentino, Chiqui González López, Fernando Hart (a) Goguito y otros tantos.

Hizo sus estudios primarios en la Escuela Graduada José Dubeau, dirigida por Héctor F. Ricardo B., teniendo allí de profesores: Guillermina Mc Kenzie P., Elda Josefa Reyes Núñez, Carmen Rivera, Venecia Díaz Torio, Aurelia M. de Capellán, Altagracia Sánchez, Fefita Roland, Mercedes Torres, Ana Antonia Reyes, Rosa Ramona Reyes, Adria Estela Marte M., Alsacia Mercedes Eloy R., Silvia Monción y otros.

Sus condiscípulos fueron: Dennis Paiewonsky D., Manuel Alexis Reyes K., Félix Rodríguez Tolentino, José Antonio Vales C., Julio Ruiz Franco, Rafael Tomás Henríquez, Charles Noel Marioti, Carlos José Jiménez Messón, Francisco Bojos Jacobo, Ramón Matías Mella Ornes, Carlos Augusto Castillo C., Luís Arsenio Pelegrín O., Juan Antonio Leroux Morales, Fernando Hart, Rafael Alberto Hart, Luís A. Ventura, Luís Oscar Ureña, Juan Luís Monagas S., Rafael de Js. Corominas V., Silvio Conte Grisolía. Manuel Alexis Reyes K., Federico Mella Ornes.

Están, también: Manuel de Js. Núñez S., Luis José Estrella G., José E. Meléndez V., Juan Luis Marte M., César Augusto Jiménez Messón, José A. Mussa Monción, Germán Antonio Silverio M., Israel de Jesús Brown, José Valentín Ortega B., José Aurelio Valdes, Frank Heinsen Martínez, Mirko Morales Capellá, Miguel Angel Muñiz M., Mario Antonio Castellanos, Rafael Leonardo Gómez A., Manuel P. Reyes, Ulises J. Ricardo A., Waldo Rafael Mussa Monción y césar Rafael Muñiz Arias.

En el barrio El Pie del Fuerte de Puerto Plata, creció y se desarrolló Miguel Ángel Merette. Allí compartió con todo los residentes.

Ahí se establecieron una gran cantidad de familias, como fueron: Arzeno, Certad Hernández, Mckinney, Martínez, Hart Dottín, Ferrari, Pecunia, Suárez, Nouel, Clander, Burrougghs, Astwood, Hernández, Barrera, Spignolio, Sánchez, Payan, Banks, Merette, Ricardo, Morales, Cepeda, Conte, Musa, Borrel, Artiles, Corominas, Fernández, González, Brugal.

También cabe destacar a las familias: Pérez, Cocco, Pimentel, Mena, Monción, Villanueva, Michel, Ripoll, Domínguez, Reyes, Bonilla, Sosa, Behal, Bordas, Ortega, Lomosin, Benítez, y otras tantas.

En aquel sector desarrolló Miguel Ángel Merette, todas las actividades propias de un adolescente de esa época, como eran juegos de trompos, bolas, béisbol. Así como también el volar pájaros y chichiguas. Aprendió a nadar y luchar a la pancada en La Poza del Castillo.

En su niñez y adolescencia jugó béisbol en el play del Pie del Fuerte en compañía de: Fernando Hart (a) Goguito, Chino Hart, Hugo González, Juan Luis González, Chiqui González, Luis José Merete Santana, los hermanos Pimentel Lister, los hermanos Livio y Silvio Morales, los hermanos Astwood, Cataplun Domínguez, los hermanos Fare, hermanos Waldo y Noli Musa, entre otros.

En aquel antiguo sector regenteó por muchos años su restaurante Poza del Castillo.

Apoyó de manera entusiasta los encuentros de los moradores del barrio El Pie del Fuerte, de Puerto Plata, en sus cuatro versiones, organizados a finales de cada año por una familia de ese desaparecido sector puertoplateño.

Miguel Angel Merette casó con la excelente y extraordinaria locutora puertoplateña Germania Arzeno Pérez (hija de los señores: Fernando Arzeno Estévez (nació el 28 de octubre de 1916, hijo de Fernando Arzeno Gómez y Aurelia Estévez) y de doña Olga Beatriz Pérez Ureña), en la ciudad de Puerto Plata el 4 de mayo de 1961..

Ambos esposos procrearon dos hijos. Germán Miguel y Miguelina Jazmín Merette Arzeno; residen en Puerto Rico, desde hace varios años. Doña Germania Arzeno de Merette trabajó en dos emisoras allí en Puerto Rico: Radio HIT y Radio San Juan, de Puerto Rico. Actualmente esta retirada y pensionada.

Miguel Ángel Merette Sosa procreó otra hija: Dra. Wildrian Merette.

Su esposa doña Germania Arzeno Pérez, fue una las primeras mujeres puertoplateñas en hablar por un micrófono en Puerto Plata. La primera fue Carmen María Arthur Sosa, en La Voz de la Libertad.

Llevaba más de treinta y cinco años residiendo en Puerto Rico, donde trabajó como Capitán del remolcador del muelle de cargas de San Juan como Capitán. .

Dado en su juventud a participar en tertulias con grupo de amigos en ameno trago y cerveza.

Miguel Ángel Merette, fue sin lugar a dudas, un experto marino mercante. Gran conocedor del intríngulis del mar. Por su capacidad en la marinería alcanzó altas posiciones en los diferentes barcos donde trabajó.

Su cuñado don Danilo Arzeno, destacado locutor, ex combatiente constitucionalista, periodista, poeta, compositor y escritor puertoplateño, lo describió así: “Dio mucho, recibió muy poco casi nada. Se arruinó moral y económicamente reclamando que se le hiciera justicia con una pequeña propiedad en su pueblo natal y “la justicia” y los corruptos se burlaron de él y LO MATARON igual que al Padre Canales”.

Deberá de ser recordado siempre como un hijo meritorio de la ciudad de Puerto Plata.

Su cadáver fue cremado y sus cenizas serán traídas a Puerto Plata y esparcidas en La Poza del Castillo.

¡Paz a sus restos!