Los Emiratos Árabes Unidos son parte de lo que se conoce como el GCC o Consejo de Cooperación del Golfo. El GCC está compuesto por Arabia Saudita, Kuwait, Bahréin, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Tengo ya muchos años residiendo en esta región del Golfo Pérsico.
Como ya antes he mencionado, con sus “pros y contras”, residir en Los Emiratos ha sido una gran experiencia. Dubái es una ciudad extraordinaria. Los salarios promedios son magníficos, medicina ultramoderna, unos de los mejores sistemas de transporte público y un Gobierno que hace todo lo posible para que sus ciudadanos tengan lo mejor de lo mejor en todo el sentido del término. Una encuesta reciente muestra que el 97% de los ciudadanos de los Emiratos están muy felices y orgullosos de ser Emiratis y de su Gobierno. En este país, sus ciudadanos no pagan impuestos y las empresas están exentas de impuestos corporativos. El 77% tiene acceso a Internet.
En el caso hipotético que yo tuviese un hijo (¡o un nieto!) y este naciese aquí en Dubái, jamás podría ser Emirati. Ni tampoco ciudadano de ningún país del Golfo. O de ningún país del Medio Oriente. Siempre será un Dominicano nacido en Dubái. Al margen de las consideraciones culturales y religiosas, hay una poderosa razón para ello: sencillamente no pueden permitirlo ya que en menos de una generación, (40 años promedio), estos países dejarían de ser árabes, y serian realmente, países irreconocibles con el paso del tiempo. ¡ Y sus recursos se evaporarían!.
Me explico:
La fuerza laboral que proviene de La India, Pakistán y otros países del área, sobrepasa hoy los 18 millones de trabajadores en los países del Golfo. La fuerza laboral global de la India envían US$65 billones de dólares anuales como remesas de vuelta a su país. Tomando como media que cada pareja de obreros de la India, asumiendo que de manera temporal traigan a sus esposos(as) al Golfo, tengan dos hijos en el lapso de 5 a 10 años laborando en el GCC, tomaría muy pocos años para que Migración y Registro Civil tuviera que reconocer más de ¿30 millones? de nuevos niños como nacionales de GCC (árabes). Sin ser hijos de padres árabes o de nacionales del GCC. Esto sin contar que entonces también habría que darles, eventualmente, la nacionalidad a sus padres.
La población netamente árabe o nacida en los países del GCC no sobrepasa (con excepción de Arabia Saudita) los 10 millones de nacionales. Así que imagínese el caso de que en menos de una generación existan más pakistaníes e hindúes nacionalizados como nacionales de los países del GCC que ¡Un número mayor que los nacionales mismos nacidos en estos países con milenios de raíces familiares!
Obvio que los países que hoy conocemos como países del Golfo, con sus culturas, tradiciones y creencias, desaparecerían del mapa para dar paso a una réplica de Mumbai o Karachi.
Ahora lo interesante del caso es que India (así como Pakistán) tampoco permite que los hijos nacidos de extranjeros laborando en la India, o residiendo en La India obtengan la nacionalidad India en el momento de nacer. De hecho, es tan complejo y difícil “naturalizarse” como ciudadano de La India que casi nadie lo intenta. El gobierno de La India es muy reacio a este tema. Para ser Indio, hay que nacer de padres Indios, y ese “privilegio” no lo tiene los que han vivido como residentes en las India no importa los años. En otras palabras, casi todos los países del Medio Oriente y Asia no permiten la ciudadanía por nacimiento y es muy traumático “naturalizarse”. Protegen sus raíces y sus economías. Le animo a hacer una investigación sobre China.
En el mundo occidental nosotros, e incluyo a los Dominicanos, seguimos más las corrientes Francesas o Españolas donde en una época de la historia reciente era de vital importancia al inmigrante permitirle la adquisición de la nacionalidad del país receptor, pero ahora, por múltiples razones políticas, culturales y religiosas este asunto de las migraciones y la nacionalidad por nacimiento se les ha convertido en un verdadero dolor de cabeza a algunos de estos países.
Y por último, tenemos a Los Estados Unidos de América, un país que por sus raíces mismas es un país de inmigrantes. Todos sabemos que cuando las persecuciones de la Iglesia Inglesa, la que tenía su “concordato” con los reyes, la cual se opuso y persiguió a los cristianos que no pertenecían a ella, estos salieron corriendo por millares hacia las costas de esta Nueva Inglaterra (hoy EUA). El Mayflower es famoso por ello. Luego millares más de toda Europa volaron a esta nueva tierra prometida. Y con el paso del tiempo, la raza indígena desapareció del panorama. A ese entonces era una tierra rica y poderosa y podía abarcarlos a todos. Hoy, no estoy seguro de ello. De hecho, creo todo lo contrario.
República Dominicana, con sus fallidos gobiernos y sus escasos recursos no puede ser el destino de todos aquellos que salen huyendo de su pobreza, ni los que salen huyendo de sus países dedicados a la producción y distribución de drogas, ni de aquellos países donde la vida no vale un centavo. Bajo ninguna circunstancia, por laborar, residir o estar de paso en nuestro país, el llegar a ser Dominicano, deba ser un paso fácil y simple. Sencillamente no tenemos los recursos para ello. El tema no es solo Haití. Podría ser Suramérica, Europa, Medio Oriente o Asia.
Nada me causa tanto desasosiego que cuando veo por esto lares a sirios y palestinos, entre otros, con pasaportes dominicanos y sin jamás haber estado en Dominicana; Falsos o verdaderos… no me importa. Alguien nos ha vendido por un ínfimo precio. Si mañana, por presión de USA nos forzaran a aceptar refugiados de Siria, Iraq o Afganistán, por el tema de la guerra, yo sería el primero en salirle a frente a esta descabellada idea. Los mismos serán la ruina de Alemania y gran parte de Europa.
La integración moral, cultural, política y religiosa de diferentes nacionalidades ha probado ser un imposible para las naciones del mundo salvo que los mismos se adapten 100% a las naciones que los acojan. Y esto demanda un soberbio grado de educación e inteligencia.
La decisión del Tribunal Constitucional, de fecha 13 Septiembre 2013 (168-13) con respecto a los haitianos pudo haber sido desacertada, un mamotreto político tras el telón, y quizás el tema de haberla hecha retroactiva sea ignominioso, pero no deja de ser cierto que nuestro hermoso terruño, en el cual hemos crecido y vivido, que hemos procreado nuestra familia y que lo bendecimos todo los días con el dulce término ” es nuestro hogar”, no puede ser la tierra prometida para todos aquellos habitantes del mundo que necesitan salir de la pobreza, buscan un refugio privilegiado o huyen de sus países por corruptos.