Luego de aquella famosa reunión de septiembre del año 2000 en la que los jefes y representantes de 147 países firmaran (incluyendo la República Dominicana) los “Objetivos del Milenio para el Desarrollo”, la historia ha cambiado para una parte importante de la población mundial. A pesar de que una parte importante de dichos objetivos no se van a cumplir (tales como reducir la mortalidad materna en un 75% y la infantil en 2/3) el objetivo de reducir a la mitad el número de personas que viven en extrema pobreza (< de US$1.25 diarios) se cumplió hace ya 3 años. Al pasar del 43% de la Población mundial en 1990 a tan solo el 21% en el año 2010.

A partir de este trascendental logro en la última rueda de prensa de la reunión de primavera de todas las instituciones financieras internacionales en Washington D.C.  su Presidente Jim Yong Kim mostró una simple hoja de papel con la cifra 2030 y anunció a todos los presentes que esa era la meta, erradicar por completo la pobreza extrema del globo terráqueo para esa fecha. Anuncio similar al externado por Barrack Obama anteriormente en Febrero cuando comprometía todo el esfuerzo de su país para colaborar con las demás naciones del mundo en erradicar estos focos de pobreza extrema en los próximos 20 años.

Es decir en los últimos 20 años el mundo ha reducido en 960 millones el número de personas viviendo en extrema pobreza. Las razones son múltiples pero se reducen fundamentalmente a crecimiento económico y una mejor distribución de la riqueza, como demuestra el estudio de Martin Ravallion (ex jefe de investigación del Banco Mundial) al estudiar el fenómeno en 125 países. Dicho estudio demuestra como un incremento de 1% en el PIB genera solo 0.6% de reducción de pobreza en los países más desiguales y hasta un 4.3% de reducción anual en los que tienen una mejor distribución del ingreso.

Tenemos que reflexionar sobre esta realidad puesto que en nuestro país mientras el PIB se multiplicó 1.82 veces del 2000 al 2012 la pobreza aumentó en un 50% pasando de 2.6 millones a 4 millones, al tiempo que la productividad media crecía 1.39 veces en igual periodo el ingreso real cayo a solo el 76% del percibido en el año 2000.

Como sociedad tenemos entonces que cuestionar de una manera directa, las políticas implementadas por las pasadas y presentes autoridades en términos de una verdadera redistribución de riquezas y creación de oportunidades. Entre la clase empresarial existe cada vez más conciencia sobre la necesidad de lograr mayores niveles de ingresos aumentando el salario promedio y saliendo de la trampa de crear competitividad en base a salarios deprimidos. Pero como en todo, es el Estado quien tiene que enviar las señales claras y crear los mecanismos para garantizar esa creación de conciencia y de acciones alrededor de estas iniciativas.

¿Qué hemos logrado con 16 años de crecimiento económico si al final hemos destruido nuestra riqueza natural y aumentada la brecha económica y tecnológica entre el 20% más rico y el resto de la nación? En estos 20 años de crecimiento económico 1992 -2012 hemos abandonado a nuestros productores y sobre todo a la clase exportadora y transformada a nuestros ciudadanos en mendigos institucionalizados de la “solidaridad Estatal” y la propaganda política partidaria para festinar los cargos públicos. Erradicar la pobreza sobrepasa la frontera del calendario de todo gobierno, pero no así las del Estado. Promovamos la eliminación sistemática de barreras a la inversión, a la regulación contra la creación de estructuras oligopólicas y a la mejor redistribución del ingreso y así, creando oportunidades, estaremos dando pasos concretos hacia la reducción de la pobreza y las desigualdades sociales.