Donald Trump, el líder político quien manipulase el odio hacia los Latinos como su carta de triunfo, ha conquistado las primarias del partido republicano. Y esa irracional victoria nos causa miedo, mucho miedo. Mas este profundo temor no es solamente causado por el Donald, sino, en mayor grado, por la corriente de odio y profunda frustración llevándolo en loco tsunami a la Casa Blanca. Cabezas locas discuten en las redes sociales la posibilidad de bombardear con nuestras nucleares a China, Rusia e Irán, con tranquilidad pavorosa. Las cabezas locas, como lo demuestran convulsiones sociales en Francia, Rusia, China, Perú, Haití (y su dechucage), la República Dominicana o Cuba, frecuentemente acaban llevando las riendas; lo arriesgan todo porque poco perderían. ¿Lo harán en los EEUU? Rotundamente NO. ….Pero ¿quien puede predecir el futuro Noviembre, fruto de una dinámica política convulsionada como la vivida por los estadounidenses?
Los europeos nerviosos; para muestra un botón, discutido por el artículo del normalmente impasible El País, http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/06/actualidad/1462556029_955219.html y enviado por el intelectual y creador Rafael Martínez. ¿Deberían estarlo dominicanos y haitianos? Expulsar a todos los dominicanos y haitianos legales o no, lanzaría al caos a esta isla de zozobras. Y los demagogos, cuando se roban el poder, no creen ni en leyes ni en derechos humanos–pregúntenselo a los cubanos bajo Batista o Fidel, y a quienes sufrieron en cuerpo y alma al sátrapa Trujillo. ¿Cumpliendo órdenes, ametrallarán a sangre fría los guerreros americanos a quien intente cruzar el estrecho de la Florida o los desiertos americanos?
El odio en vivo no razona, y menos cuando un demagogo botarata atiza nuestras bajas pasiones. Las leyes e instituciones se desmoronan al paso del carismático sembrador de odios; aún antes de su avasalladora victoria en las primarias ya había re-escrito el texto de campaña electoral. Contradicciones no cuentan, al contrario atraen a los activistas. Y el Donald ha logrado conformar un odio profundo, quizás racional en lo pequeño–y esta realidad debe comprenderse– mas incongruente con los alcances de los EEUU; un aborrecimiento que, como artículo de fe, ignora los hechos. ¿De que le sirve a una clase obrera blanca o a su clase media, la prosperidad del resto del país, si ellos van de mal en peor; si su mayoría caucásica marcha irremisiblemente a convertirse en otra minoría; si sus dogmas están siendo destrozados por la ciencia (evas negras como madres de todos los humanos–maldición de maldiciones). Por lo tanto, odio a los extranjeros, mensaje en contra del conocimiento–aun cuando las plagas se multipliquen, cárcel para quien aborte, especialmente pobres americanas de color, paredes por todos lados, aún cuando los propios americanos sufran un alto costo por las mismas (por ejemplo, aranceles aduanales y múltiples barreras no tarifarias)
Mas quien busca, algo bueno encuentra. Al fin la base americana dominada por la élite republicana –especialmente en el Sur Profundo–ha pateado. ¿Conectará la patada un gol, o romperá el tiesto? Y a pesar de todos los aspavientos, no está el Trump atrapado por su historia? Como una joven demócrata me explicase, para ganar una mayoría de votos debe abandonar su discurso de odio y de redención cueste lo que cueste ante los oprobios sufridos por sus seguidores. Y al hacerlo ¿podrá mantener su frustrada base, engañada una y otra vez por sus líderes republicanos? Y por supuesto, esta el colegio electoral…pero recordemos que en La Florida, la corrupción de la Corte Suprema Americana le dio un coup d’etat al victorioso Al Gore y entronó al grupo pro-petróleo. En fin, normalmente, hay motivos suficientes dándonos serenidad…Noviembre dirá. Por el momento, temo.
El narcisista Trump es brillante y maneja las ilusiones como un Houdini; los Republicanos, y sobre todo los poderosos capitales financiando las campañas convencidos que habían comprado al Gran Partido
Republicano, le subestimaron…en grande.. Nunca reconocieron que las acciones lanzadas contra los EEUU desde el Congreso causaría el repudio a la clase política, principalmente a los republicanos, pero los demócratas no se escapan. ¿Costará ese error el planeta? De ninguna manera…pero miedo hay.
Las ironías de la vida esclavizan. A pesar de todas las angustias, debemos rezar por el, su bellísima esposa y el resto de su familia. Su asesinato–desgraciado tema rebotando en las redes– no resolvería los graves problemas sus seguidores sufren y acicataría una violencia desbordada. Recemos por el Donald, (y por la familia Obama…cuanto odio, (considerado no-racial (?)).
Llamado a la acción. Utilicemos nuestros recursos para contribuir al máximo a unas elecciones sanas en nuestra patria americana y busquemos una victoria que aúne a la nación y no la desmembre. Debemos, sin mayor dilación, lanzar una campaña movilizando a todos los americanos, dominico-americanos y otros ciudadanos disfrutando las bellezas de la Republica Dominicana. Sus sus votos cuentan y mucho, e, igualmente importante, desde aquí, motivar a su gente en los EEUU a votar. Si eres ciudadano americano, vivas donde vivas, esta es tu batalla por la libertad y el porvenir.