Originaria de un país de la diáspora Africana en el caribe, la primera mujer designada a dirigir la Organización Internacional de la Francofonia (OIF) es Michaelle Jean, ex Gobernadora General del Canadá (2005-2010).
Esa prestigiosa líder femenina encarna una de las historias más exitosas de integración de los inmigrantes en América del Norte. Tras una brillante carrera en la televisión, en su calidad de Gobernadora, era la comandante en Jefe de las fuerzas militares canadienses. El puesto político mal alto alcanzado por un emigrado de la isla Quisqueya.
Su llegada a la cabeza de la OIF no fue fácil. Las candidaturas de sus contrincantes, incluso un ex mandatario, fueron presentadas y respaldas por cuatro Jefes de Estados africanos contra una sola aspiración extracontinental de un país mayormente blanco, el Canadá, frente a una región celosa de guardar la dirección de la organización.
Sin embargo, no peleaba en campo ajeno. Ella misma se considera genealógicamente hija de esclavos. Nacida en la cuna de la libertad de los negros, Haití, nación querida en África, donde Toussaint Louverture, uno de sus héroes, es venerado, Michaelle Jean efectuó inteligentemente una batalla jugando la carta de la “francofonia económica”.
Las discusiones eran muy cerradas. Entre otros, Denis Sassou Nguesso, presidente del Congo defendió hasta el último minuto el derecho de su candidato a ocupar el puesto. Mas, no pudieran ser más claras las declaraciones de un aspirante que retiro su candidatura para facilitar el consenso, Augustin Nze Nfum, de Guinea Ecuatorial, quien dijo “de todos modos la sangre africana corre en las venas de la nueva Secretaria General”.
Evidentemente, Jean no estaba sola. El apoyo diplomático-político de Canadá y Haití, durante la campana, sirvió de mucho para lograr su designación. Donde el primero pudiera ser su punto débil, el segundo era su fortaleza.
Francia, país del cual obtuvo la nacionalidad por matrimonio, sin ofrecer formalmente su apoyo, propuso en Dakar, una reunión a puerta cerrada entre los Jefes de Estados y Gobiernos que sostenían las candidaturas, para evitar que se rompiera con el mecanismo habitual de consenso por los votos. Eso fue vital para el desenlace final.
Al ser ratificada, las primeras palabras de Jean, fueron para rendir un homenaje a Abdou Diouf, un antiguo mandatario Senegalés de gran prestigio, incúmbete saliente, asumiendo que nadie lo puede sustituir sino seguir sus pasos. Al mismo tiempo, se comprometió a dar un nuevo impulso a la organización.
La francofonia es en primer lugar un concepto que se refiere a los 274 millones de usuarios del francés, un idioma considerado como el quinto más hablado en el mundo. Europa oriental con 43%, África subsahariana con 33% representan las dos mayores concentraciones. En tanto que América y el Caribe representan 7.6%.
La OIF, es responsable de la promoción del idioma a nivel planetario y maneja la cooperación multilateral en el mundo francófono. También, es un importante espacio de manejo político de temas de la agenda global respecto a los países integrantes, unos 80, entre miembros y observadores. La Asamblea Parlamentaria de la Francofonita forma parte del sistema.
Haití tiene un estatus de miembro desde el año 1970. Es uno de los 16 países que tienen al francés como idioma co-oficial. En este caso comparte con el creole. La Republica Dominicana desde el 2010 tiene un estatus de observador.
Juntos, constituyen el más amplio espacio de francoparlantes del Caribe y América Latina. Por ende, en el marco de la cooperación sur-sur promovida por la OIF, contando con el activo que representa Michaelle Jean, es una oportunidad sin precedente para Haití y la República Dominica de reforzar su presencia en esa organización intercontinental.