La institución donde usted obtuvo una titulación es importante y mucho.
Una lectura simple de los datos biográficos de TOM PÉREZ, el recién designado presidente del Partido Demócrata, me dio su carta de identidad.
El señor Pérez no me llama la atención porque sea hijo de dominicanos, sino por sus estudios en Brown University: Una Ivy League.
Luego escribiré eso, pero decir que una universidad es Ivy League es decir que está dentro del rango de las ocho mejores del noreste de los Estados Unidos, entre las cuales se encuentran: Brown, Columbia, Cornell, Dartrmouth, Harvard, Princeton, Penn y Yale. Y Brown es un lugar alto en Providence donde el trabajo académico se realiza a tiempo completo, enclaustrado; de donde uno sale gordo o flaco porque sólo se estudia y se come o se deja de comer, porque el estudiante se olvida de sí mismo. Y las salidas de fin de semana son a Rhode Island Mall, donde en las librerías se toma café, se come la mejor sopa de almejas del mundo, el mejor pastel de zanahorias y muuuuchas cervezas Samuel Adams. Todos les van a los Celtics y a los Medias Rojas.
Pero aparte de eso, a Brown entra cualquiera que pase el SAT, pero salen los doctos. Así que mucha gente se va de Brown University, la que es líder en todas las carreras, porque no aguanta el nivel de exigencia, el enclaustramiento, la soledad.
Lo peor les pasa a los que por las becas o las presiones familiares se quedan varios semestres y después no pueden hacer las tesis. Mejor es decir que con el sistema riguroso de investigación no es posible el plagio en Brown.
A pesar de tanta gente frustrada en el camino de Brown, nadie habla mal de mi querida academia. Y eso tiene una sola razón: Brown University se mantiene digna y de pie frente a los cambios de gobierno. Las instituciones de financiamiento apuestan a ella, sus egresados dan muestras de nivel, sus aportes científicos son recibidos en todo el país y la burguesía desea que sus hijos vayan allí.
La tradición y prestigio de Brown no es vulgar, es para conocedores de las élites académicas; al punto que no es lo mismo ser un egresado regular de Brown que un Summa cun Laude de otra.
Llegué a Brown University en el año 2002 y no conocí a Tom Pérez, quien se graduó en 1983. Por ser egresado de Brown tengo una idea muy firme de que es un profesional de punta, de alto nivel. Pero siendo egresada de la UASD en la misma época que el presidente Danilo Medina Sánchez, a él si le conozco. Fue el tiempo en que yo era “011” y él estudiaba Ingeniería Química.
Alejandrina Germán, Juan Freddy Armando, Leonel Fernández, Temístocles Montás, Daniel Toribio, Juan Francisco Santa María, Héctor Quezada, éramos todos estudiantes y militantes. Eran tiempos duros en que el balaguerismo nos cerraba la universidad por cualquier “quítame esta paja”, y a veces teníamos un semestre al año. Éramos más militantes revolucionarios y luchadores por la liberación nacional que disciplinados estudiantes, por lo que tener laudes universitarios no eran nuestras metas; aún así, no creo que alguien dude del nivel de ese grupo que mencioné y otros que se me quedaron en el tintero.
Estábamos seguros que la organización de un partido que dirigiera los destinos del pueblo por mejor camino era lo más importante.
A pesar de todo eso, se observa que el señor presidente valora más su condición de egresado de Economía de INTEC y usa ese título, lo cual es su derecho.
Pero lo que es más interesante es que Danilo, mi compañero, al que he defendido con mis ideas, con mi alma y con mi conciencia, olímpicamente da la espalda a lo que fue nuestra lucha.
Lo puedo decir con la evidencia de muchos ejemplos de su gestión de cinco años, pero lo aseguro basada en lo que todo el mundo vio y escuchó cuando ignoró a la UASD en su discurso del 27 de febrero. Y debe tener razones muy personales para hacerlo, pero cuando se es jefe de Estado las razones personales se deponen y debe prevalecer el bien común.
La universidad que es su Alma Mater lo convierte en alumni. Si usted quiere serlo de INTEC, es su derecho. Pero fue electo para ser presidente de todos y la universidad pública y estatal es la UASD; que la desconozca arbitrariamente es imperdonable.
Pero si el plan es desacreditarla y desmantelarla, el gobierno se deslegitima, porque en este país, como en Estados Unidos, el nombre de la universidad en la cual usted se tituló sí importa.