Amor no quita conocimiento. Es una frase que flota en labios de la gente con suficiente evidencia de que puede haber una relación de distinción, sin necesidad de contradicción, entre conocimiento y emoción afectiva. Y es precisamente a raíz de la paralización reciente de la docencia en la UASD por parte de los profesores por un reajuste salarial y otras conquistas establecidas en un pliego de peticiones a las Autoridades, que diría yo corresponden al Presidente de la República y otras al señor Rector con su Consejo Universitario. Pliego que leyó la Asociación de Profesores Universitarios en Asamblea de Profesores el pasado jueves 12 de noviembre en Paraninfo de Economía repleto.

A decir verdad, hace tres años que no recibe la familia universitaria ningún aumento en sus ingresos, ni tampoco suma adicional en su presupuesto para cumplir con los compromisos urgentes que la Academia demanda como exigencia del aumento inflacionario de los servicios y mercancías en el mercado nacional. Observen que la Universidad  en ese lapso dio apertura a varios grandes Centros Universitarios en el interior que demandan más empleados, más papelerías, mantenimiento, electricidad, aparatos de comunicación, plantas de gas, viaticos para docentes y actualmente llama a concursos para cientos de plazas docentes. Lo pedagógico es impartir clase para un grupo de 30 a 40 estudiantes, sin embargo hay secciones de 60 a 80 estudiantes, un contrasentido que disminuye la posibilidad de un aprendizaje eficiente y productivo, una dinámica de grupo, como la entrega académica  enfocada en la práctica de laboratorio. Cada docente trabaja en el aula con el doble de estudiantes en un ambiente agotador, es decir le pagan una sección por acumulación de dos en la misma aula en desmedro de la calidad enseñanza-aprendizaje.

Leía en la página de la UNAM en México, donde estudie maestría, que tienen matriculados 362 mil estudiantes, un poco más del doble de la UASD, que asciende a 180 mil inscriptos; la Mexicana con un presupuesto cerca de 2500 millones de dólares, que calculado a una tasa de 45 pesos dominicanos hacen 112,500 millones de pesos nuestros. ¡ Que horrible diferencia¡. Desde luego aquello fue el resultado de una larga jornada de lucha de los universitarios. Aquí apenas comienza la lucha y se hace

Impostergable su reparación para evitar turbulencias como saben emprender los "’uasdianos"' y ahorrarle al país mayores conflictos sociales. La Universidad no puede equipararse con las privadas, pues a su seno llegan los hijos de los menos poseídos y ciertas clases medias en busca del pan de la educación profesional en persecución de prepararse y asumir una calidad de vida que les niega la sociedad, no así la generalidad que se matricula en las privadas que escogen los estudiantes de los mejores colegios, y rechazan con exámenes de admisión y la cuota de ingreso elevada a los que no disfrutan de esas condiciones. Es justamente el rol de la UASD históricamente luego del Movimiento Renovador, con su filosofía de puertas abiertas y una cuota simbólica de ingresos, frenando las explosiones sociales de la juventud en esa esperanza. Muchos profesionales hoy somos hijos de esa facilidad y obtuvimos una oportunidad de oro que mantiene el equilibrio social de que la sociedad disfruta.

 

Siendo la educación en todos los niveles factor decisivo y sine qua nom para el emprendimiento del desarrollo y el equilibrio social humano, como testimonian los documentos  de la UNESCO y el Pnud, así como nuestra Constitución y  la Estrategia Nacional de Desarrollo; representa una mezquindad y una falta grave de las Autoridades el desconocimiento de un justo presupuesto a la Institución Académica cuatricentenaria, marca y símbolo de la Media Isla cuando todavía no soñábamos con el nacimiento de la República : es más vetusta que la República. Entonces ha de ser orgullo nuestro engrandecer a la Institución facilitándole los recursos que amerita, porque la calidad se obtiene con docentes cualificados, aulas con las herramientas y tecnologías, laboratorios, óptimos proyectos de investigación, fortalecimiento de la Biblioteca para el servicio de sus estudiantes y profesores. Desde luego, un Presupuesto que priorice estos requisitos sin descartar la reforma estructural, extinción del populismo en las Elecciones de sus Autoridades e imposición de los concursos para el ingreso de los empleados a la usanza del pasado. La Academia necesita un segundo Movimiento Renovador , que fuera propuesto por  el técnico Richardson en los 70s en un documento muy polémico, que recibió el apoyo del experto planificador Carlos Ascuasiati. Mirar hacia afuera y mirar hacia adentro ha de ser la consigna.

En cuanto a los académicos "uasdianos", encontramos una sólida formación con Maestría de todos, como en efecto sucede e influyo por medio del Ministerio de Educación Superior en la petición a las Universidades Privadas; estas últimas contratan generalmente profesores de la UASD. Les cuento que una buena parte realiza Doctorado con Universidades de Europa. Por ejemplo, la Escuela de Filosofía posee aproximadamente 15 P.H.D y otros tienen estudios Doctorales; dato que paralizan las recriminaciones que sectores interesados dirigen contra la Universidad y sus docentes con la codicia de apoderarse de parte de su presupuesto y reorientar la construcción de edificios por el Gobierno en favor de las Privadas, que se comportan de acuerdo a los cánones de Empresa Educativa.