El pasado domingo se celebró la 4ta Convención Nacional Ordinaria del Partido Demócrata Institucional, PDI, donde por aclamación unánime se pidió y se aprobó mi regreso como presidente de esa organización, de donde nunca me fui porque siempre estuve cerca, manteniendo como buen padre las mejores relaciones con mis compañeros pedeístas.

Quiero decir que mi vuelta no fue algo espontáneo, pues ya la juventud del pedeísmo públicamente me hizo un llamamiento previo para que aceptara presidir la dirección del PDI, petición que prometí responder oportunamente, siempre conforme al interés supremo de las masas populares, a las que me debo políticamente.

Flotaba en el ambiente de dicho partido la necesidad de que retomara la conducción de los destinos del PDI para enrumbarlos hacia un norte más seguro y prometedor para su militancia, dirigencia y para todos los dominicanos que aspiran a ser parte de la solución de los problemas del país.

Y ser parte de la solución, implicaba arribar a acuerdos y tomar posiciones electivas o designadas donde el partido pudiera demostrar que cuenta con el material humano necesario para contribuir a hacer efectivas esas soluciones. Y demostrar también que no vamos a los cargos a servirnos sino a servir y que en función de eso podamos ser valorados mejor por el pueblo en próximas elecciones, donde aspiramos tener un peso más fuerte y decisivo en la determinación del bienestar de la nación.

Es decir, aspiramos a ser grandes partiendo de lo pequeño, porque consideramos que la única forma de ser grande es haciendo cosas grandes por este país desde las posiciones a que arribemos. Por eso apostamos a ir unidos en torneo electoral que se avecina, junto al Partido de la Liberación Dominicana y su Bloque Progresista, los cuales llevan como candidato presidencial al actual jefe del Ejecutivo.

En esa concertación, que la 4ta Convención Nacional Ordinariade los pedeístas, aprobó de forma abrumadora, trataremos de que nuestros postulantes a senadores, diputados, alcaldes y regidores salgan bien librados, tanto en los casos en que iremos en forma separada como en los que vamos en forma unitaria.

Con motivo de mi ida del PDI al Partido Revolucionario Dominicano, había dicho que el lugar de un hombre está donde la patria lo llama y lo necesita. Hoy vuelvo a recoger esas mismas palabras para decir que las circunstancias políticas me vuelven a colocar en la presidencia del partido que fundé por mandato directo de José Francisco Peña Gómez.

De modo que aquí estoy, nuevamente en el PDI, al mando del timón, poniendo la proa en dirección de imprimirle a la organización vocación de poder y no vocación de permanencia perdedora en la oposición infértil. Regreso allí para hablar con voz propia, desde una plataforma donde no tenga que hacerlo desde posiciones subordinadas que no expresen mi verdadero sentir y pensamiento, y donde no me sientas en las sombras de liderazgos ajenos al ideal peñagomista.

Así que regresoal Partido Demócrata Institucionalpara cumplir con mi responsabilidad histórica, con mi conciencia, con el partido que fundé y con mi país, con todas sus consecuencias.Desde esa atalaya, impulsarélo que creo que debería de ser el país, la visión que tengo sobre la solución de sus males y para apoyar la unión de todos los dominicanos como la única manera de poder desarrollar y alcanzar nuestros objetivos.

Y esa unión, necesariamente pasa ahora por la necesidad de apoyar la presidencia de Danilo Medina por cuatro años más para que pueda completar todo lo falta por hacer y mejorar lo que ha estado haciendo bien.

Ahora nos reta trabajar por obtener un resultado electoral que nos permita pesar en el destino del país, que nos permita incidir en la configuración de su futuro, hacia donde nos proyectamos trabajando siempre al lado del pueblo.

Termino diciendo, que las puertas del PDI están abiertas de par en par para todos los dominicanos que quieran militar en un partido diferente, que practica el concepto de nueva democracia, y cuya grandeza no reside en su tamaño, sino en su visión de lo que debe ser la acción política orientada al logro delbienestar de las grandes mayorías dominicanas. Esa es la bandera que siempre izaremos, dondequiera que estemos.