Esto que les comparto espero que sirva para que reflexionemos respecto a qué estamos haciendo con nuestros hijos pues, aunque sucedió hace mucho tiempo, hoy es que he decidido contarlo para que sirva como reflexión de día de reyes.
Yo era muy amigo de una familia aquí en la capital de una posición económica muy buena, pero en ellos había un detalle: su única hija no quería saber de sus padres. Su madre habló conmigo y me pidió que tratara de hablar con ella porque ellos lo único que habían hecho en su vida había sido trabajar duro para darle a ella todo lo mejor.
Me hice amigo de la joven y un día la invité a comernos una pizza. Parece que ella necesitaba hablar pues el tema salió sin sugerirlo y miren la versión de ella y por qué tenía rencor con sus padres.
Cuando ella nació el tiempo lo pasaba con una nana, como le dicen ellos, y sus padres salían en la mañana y regresaban en la noche. Cuando cumplió cinco años la enviaron a un semi.internado donde la nana la recogía después del mediodía y cuando sus padres llegaban se encerraban en la habitación porque estaban cansados.
Cuando llegó su época de bachillerato la enviaron a un internado completo y la buscaban el fín de semana y a veces no iban a buscarla por compromisos laborales. Cuando terminó el bachillerato la enviaron fuera del país para que estudiara en una Universidad internacional, al concluir su carrera le pagaron una maestría para que se quedara dos años más.
Ella regresó al país, pero era una desconocida para sus padres porque en todo el tiempo que duró fuera la visitaron solamente dos veces y su conversación siempre giraba en torno a sus negocios, nunca conversaban sobre ella. Ella empezó a llorar y la gente nos miraba, pero le hice una seña con las manos de que todo estaba bien.
En medio del llanto me dijo la expresión que jamás he olvidado "quién le dijo a mis padres que yo quería todo eso cuando en realidad lo que me importaba es que ellos estuvieran conmigo" "Ellos no saben a qué edad empecé a menstruar, no saben si he tenido sexo o no, no saben si he tenido pareja, no saben nada de mí porque nunca se interesaron en mí".
Esto puede ser una paradoja, pero mientras los padres pensaban que estaban haciendo lo mejor para su hija, ella lo interpretó y asimiló de otra forma". Ese "rencor" era su manera de reclamarle a sus padres su ausencia. Gracias a Dios solucionamos el problema cuando la envié a hacer un curso llamado Escoge, pero de todos modos la reflexión debe servirnos para que entendamos lo que es realmente importante para nuestros hijos e hijas.