Esta pregunta me la hizo por primera vez hace muchos años la madre de una chica adolescente de 16 en el consultorio. El tiempo ha pasado y las madres me lo siguen preguntando.
He levantado información con amigas ginecólogas y me dicen de lo frecuente que es esta situación en la consulta ginecológica. Madres y padres que usan la consulta para confirmar su duda o tener la información de si su hija se inició ya en la actividad sexual.
Cuando una madre o padre hace una pregunta como esta quiere decir muchas cosas. Esta pregunta habla de poca información acerca del desarrollo de los adolescentes y de la sexualidad.
Habla de una pobre comunicación con las hijas no en la actualidad, sino desde siempre, pues las cimientes para abordar estos temas en la adolescencia se crean desde muy temprano en la niñez.
Desde hace bastante tiempo, cuando una madre o padre me hace una pregunta como esta, entro a su propia sexualidad, entiendo sus miedos, trabajamos juntas su sistema de creencias y vamos despacio al camino de entender la sexualidad de su adolescente
Refiere también lo difícil que sigue siendo hablar de la sexualidad a pesar de la supuesta liberación sexual de estos tiempos. Refleja talvez el miedo a recibir una respuesta inesperada y no saber qué hacer con esta información.
Puede reflejar negación a ver lo obvio, ya que muchas veces las señales están claras frente a los ojos, pero la falta de información, los tabúes y prejuicios en el tema sexual no permiten identificarlas.
Pero más allá de juzgar a las madres y padres que se manejan de esta manera, cuando los recibo, intento comprenderles pues la tarea de criar y acompañarlos a crecer en un contexto cultural tan confuso como el actual, es un gran reto.
Se supone que estamos liberados y no es verdad, se supone que tenemos información y no es verdad, también se supone que las adolescentes de hoy tienen más información que sus madres a su edad, pero tampoco es verdad o si la tienen, no la utilizan para cuidarse y evitar ponerse en riesgo.
Se supone que los adolescentes varones deberían también estar más informados y no es verdad, se supone que a estas alturas tendrían que asumir una sexualidad más responsable, se supone que, con la publicidad y la información en la red, deberían conocer los riesgos de una sexualidad desorganizada y tampoco es verdad.
Si a esto agregamos lo perdidos que muchas veces andan los adultos en el manejo de su propia sexualidad, el tema se complica aún más. Cómo modelamos a los jóvenes una sexualidad responsable si los adultos lo hacen de manera irresponsable. ç
Cómo hablarles de control, abstinencia y esperar el tiempo justo, si los adultos no tienen control, no se cuidan ni se abstienen. Cómo hablarles de protección si las mujeres adultas están en riesgo de contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual en su propia casa y no se atreven a exigirle a su pareja infiel que use preservativo para evitar enfermarla.
Cómo hablarles de control si un hombre reconoce que su pareja le es infiel y prefiere callar y mentir para cuidar su imagen social.
Ni hablar del desenfreno sexual que llena las páginas de los diarios en reportes de violaciones y acosos sexuales contra niños, niñas y adolescentes por parte de personas adultas, regularmente hombres, de todos los niveles sociales, educativos y jerárquicos.
Lo más natural es que los y las adolescentes anden perdidos, repitiendo lo que tan bien y a gritos, con la amplificación de los medios de comunicación, les estamos indicando que hagan con sus cuerpos.
Desde hace bastante tiempo, cuando una madre o padre me hace una pregunta como esta, entro a su propia sexualidad, entiendo sus miedos, trabajamos juntas su sistema de creencias y vamos despacio al camino de entender la sexualidad de su adolescente, que regularmente lo que necesita es validación, afecto y sentido de pertenencia a través de la sexualidad.
Cuando los padres logran mirarse, buscar información científica y comienzan a expresar el amor que sienten por su hija de una manera adecuada, el camino inicia y pueden prevenirles de enfermedades y hasta de la muerte, que es el camino ultimo al que fácilmente lleva una sexualidad irresponsable, sin formación ni amor propio.
@solangealvara2