Cuando los periódicos todavía disponían de espacio para polémicas yo tuve una brevísima con el fundador  y alto dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Félix Jiménez  (Felucho). Fue interesante porque reveló la formación que daba el PLD, supuestamente marxista, a sus cuadros.

Tal vez alentado por los sorprendentes resultados obtenidos por el PLD en las elecciones del 16 de mayo de 1978 Juan Bosch decidió concurrir seriamente a las elecciones nacionales programadas para 1982. Y, en ese sentido, realizó algunos ajustes a sus pronunciamientos políticos, en consonancia con los sectores del bloque de poder que él pensó podrían sumarse a su proyecto. En un artículo en mi columna Agro y Sociedad, que mantuve en el matutino El Sol entre 1981 y 1984 así lo expuse.

Bajo el título de “Juan Bosch: su nueva política hacia el campo” dije: “La nueva política de Juan Bosch hacia el campo ha sido formulada a través de una larga serie de alocuciones ra­diales. Se caracterizan estas alocuciones por estar dedicadas a denunciarsituacionesespecíficas que se vienen produciendo en comunidades o regiones, en  proyectos agrarios o que afectan a productores de determinados renglones. Las denuncias no tendrían nada de extraño, excepto por lo numerosas. Lacuestión adquiere matices especiales cuando Bosch interpreta las causas de las situaciones, propone soluciones y vincula las situaciones al funcionamiento del conjunto de la Sociedad.Porque resulta  que Bosch ha escogido para sus denuncias problemas secundarios del campo; nunca se ha referido a aspectos generales y ha evitado explicar las causas estructurales  que generan las situaciones denunciadas. Peor aún, las ha atribuido a ineficiencia de las autoridades estatales a incompetencia, descuido, ignorancia”.

Y agregaba: “Inteligentemente Bosch ha evitado abordar el problema de la tierra y la estructura agraria en su conjunto.  ¡Qué lejos de aquellas sabias alocuciones de la campaña electoral de 1962!”

Me preguntaba más adelante: “¿Busca el destacado escritor y político apoyo campesino?, para contestarme: Puede ser, pero su punto de mira va más allá. Nos parece que Juan Bosch está buscandoapoyoenel bloque social dominante con miras a las elecciones del 16 de mayo de 1982 porque él cree seriamente que puede triunfar en dichos comicios”.

Vamos más lejos, Creernos queBosch ya ha recibido al­gún tipo de respaldo o promesa en tal sentido… Tales sectores ven a Bosch comouna carta de último  momento, habida cuenta de su prestigio en amplios segmentos del pueblo dominicano. No es casual que el Listín Diarioreseñe en forma des­tacada los pronunciamientos de Bosch sin interrupción… En otras palabras,  Bosch quiere decirle a los sectores de poder: Esta gente del PRD  ha fracasado, pero nosotros sí podemos poner a funcionar bien la economía y el Estado”.[i]

Desde la izquierda, Víctor Grimaldi, Vicente Bengoa, Félix (Felucho) Jiménez y Leonel Fernández.
Desde la izquierda, Víctor Grimaldi, Vicente Bengoa, Félix (Felucho) Jiménez y Leonel Fernández.

Félix Jiménez respondió en el mismo diario El Solal día siguiente,  26 de junio,  con un artículo titulado “el PLD y las necesidadesde los campesinos” Decía, como si estuviera impartiendo  una clase: “Al hablar de campesinos debemos precisar de qué campesinos hablamos. Nos referimos a los trabajadores agrícolas, incluyendo a los que no disponen de trabajo fijo, a los minifundistas que la estructura social o de clases obliga a vender una parte de su fuerza de trabajo para poder completar el ingreso familiar que todos ellos deben aportar y, en general, a los pequeños y medianos propietarios y productores agrícolas que, aunque en menor medida, también son víctimas del sistema social capitalista en que vivimos.

Las necesidades de esos campesinos son tan variadas como sus propias posiciones en relación con los medios de producción. Desde la necesidad de poseer las tierras que una minoría de latifundistas posee y explota hasta la de tener salarios adecuados con los cuales puedan mejorar sus niveles de vida. Pero, además, necesitan de buenas carreteras y sistemas de regadío; de crédito a tiempo y en las entidades necesarias para no seguir dependiendo de la asistencia de los intermediarios comerciales y de los dueños de factorías, en algunos casos; y. en fin, de que les garanticen precios adecuados a sus productos.

Como es natural, nuestro PLD está claro en que las relaciones sociales de explotación capitalista a que todos los campesinos señalados son sometidos están acompañadas, o mejor aún, generan determinadas relaciones técnicas que facilitan la explotación por la vía de la producción o de la comercialización. Clases capitalistas del campo y de la ciudad y las instituciones del Estado se han combinado de tal manera a lo largo del desarrollo capitalista dominicano que el peso de la crisis económica, por la dependencia del campo con respecto a la ciudad, indudablemente e siente más críticamente en el primero que en el segundo.

La crítica revolucionaria a la parte rural de nuestra sociedad, es decir, a la estructura de clases de nuestros campos, debe ser totalizante. No debe quedarse en los clisés o en el marco de las puras relaciones sociales. Las instituciones del Estado capitalista como las propias clases explotadoras merecen nuestra atención.

El PLD ha insistido como nadie en la necesaria modificación del sistema de tenencia de la tierra, por eso ente nuestros compañeros no hay terratenientes. Nadie como el PLD ha criticado a la Gulf and Western y reclamado para los campesinos del Este los millones de tareas que ésta tiene, por ejemplo. Pero tampoco nadie como Juan Bosch atacó más la forma generosa en que el pasado gobierno le pagó las tierras a los terratenientes. Cuando el actual gobierno no adquirió la finca de los Aguayo, la Comisión Agraria del Comité Central del partido criticó que esa compra no fuera parte de un plan de mayores alcances en el sentido de la reforma agraria.

Y a pesar del "grito" de algunos "revolucionarios" urbanos, como el señor Ramón Arturo Guerrero, nuestros campesinos están más que alegres que un líder como Juan Bosch y un partido como el PLD les dediquen más de un mes de nuestro programa La Voz del PLD, a destacar el abandono o la falta de atención adecuada que el gobierno del PRD le presta a los campesinos, unas veces refiriéndonos a los problemas del latifundismo y otras a las fallas de la asistencia del Estado a los campesinos sin tierra o a los pequeños propietarios. Ligar o pretender relacionar esas denuncias del PLD a aprestos electorales es olvidar que mientras algunos grupitos de izquierda viven cifrando sus esperanzas en las próximas elecciones el PLD trabaja por el desarrollo de una conciencia de clase entre los trabajadores del campo y de las ciudades haciéndoles entender, como bien lo dijo el compañero Bosch, que si el PLD si puede resolverles sus problemas es gracia al hecho de que somos verdaderos defensores de sus intereses en lucha contra sus explotadores”.[ii]

La brevísima polémica terminó con mi artículo “Los elementos de una política agraria correcta”[iii], en el cual expresaba, entre otras cosas: “En esta ocasión queremos exponer cuáles son los elementos que compone una política agraria correcta, en referencia a los intereses de los grupos sociales oprimidos del acampo y la ciudad.

Los medios de producción (tierras, aguas, minas, fábricas) constituyen, con adición de la fuerza de trabajo, la fuente primaria de riquezas en cualquier sociedad. Definir todo lo relacionado a dichos medios es lo fundamental de cualquier política a proponer. Y definir con claridad.

El ejercicio de la propiedad sobre la tierra y el control de las aguas de riego confieren la hegemonía en el campo, lográndose mediante ésta el acopio del excedente dejado por la producción de los bienes agropecuarios que es arrebatado a los campesinos y trabajadores agrícolas. El citado acopio de excedente (plusvalía) lo hacen no sólo clases sociales situadas en el campo, como son los comerciantes intermediarios, sino también en la ciudad (capital financiero, comerciantes exportadores, industriales). Entonces es preciso, al conformar una política agraria, explicar con claridad el proceso de producción en la agricultura, las relaciones sociales y económicas que se dan en el campo y cuáles alianzas son posibles a nivel político como consecuencia de esas relaciones.

También es necesario proponer líneas de acción a seguir con relación al Estado, al problema del financiamiento, al problema de la tecnología.

Es preciso que los partidos que se dicen defensores de los campesinos expongan sus posiciones con respecto al movimiento campesino, porque se impone impulsar un movimiento auténticamente campesino, salido de ellos mismos, ya que hasta el presente ha primado la organización de los campesinos motorizada desde afuera”

Félix (Felucho) Jiménez.Según su biografía oficial[iv]nació en La Vega. Hijo del hacendado Ramón Jiménez Martínez y de Carmen Estela Jiménez.  Inició sus estudios de economía en la universidad Católica Madre y Maestra (UCMM), finalizándolos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde se graduó con honores de Licenciado en Economía.En 1970 y 1971 trabajó como asistente en el departamento de Investigación Social de la Universidad Católica Madre y Maestra.En 1972 y 1973 laboró en el departamento de Convenios Internacionales del Banco Central de la República Dominicana.Fue profesor de Teoría económica en la universidad INTEC, de Santo Domingo, del 1983 al 1986.Miembro fundador del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), siendo uno de sus principales dirigentes desde 1979, cuando pasó a ser Vice-Secretario General y miembro del Comité Central y, desde el 1983 miembro del Comité Político.Dirigió las campañas electorales a la presidencia de la República del profesor Juan Bosch en las elecciones de 1982, 1986 y 1990.



[i]El Sol, 25 de junio de 1981, páginas 15 y 18

[ii]EL SOL – viernes 26 de junio de 1981

[iii]El Sol – jueves 2 de julio de 1981

[iv]Enlace de Internet http://felucho.com/biografia/