Max Henríquez Ureña fue un crítico e investigador acucioso y apegado a la búsqueda específica marcada por el estudio y obtención de datos con miras a sustentar un edificio intelectual, y una práctica de trabajo basada en una experiencia de lectura y escritura sostenida. La cosmovisión escrituraria de nuestro crítico, historiador y culturólogo no niega su vertiente de creador, esto es, de narrador, poeta, dramaturgo y periodista.
En el caso del intercontacto poesía-tradición, poesía modernidad, poesía-transgresión, Max advierte en Rimbaud, Saint-John Perse, Francis Ponge, Michel Leiris y otros poetas europeos y de la América Continental una subversión ligada a niveles expresivos basados en una estética plural y en algunos lenguajes corales sustentados por poetas dadaístas, surrealistas, expresionistas, futuristas y otros que, incluso conoció MHU en sus visitas a Europa. Todo lo cual invita a establecer niveles de interpretación y comprensión estéticamente representados.
El ensayo de MHU sobre Rimbaud, responde a un acercamiento del crítico al poeta y a sus exégetas. Nuestro autor ha estudiado y divulgado la poesía hispanoamericana, pero también la prosa poética de América y Europa, buscando respuestas, núcleos expresivos y actitudes de grandes poetas y prosistas hispanoamericanos y europeos.
El leccionario que sobre la poesía ha conformado MHU apunta a desarrollar intuiciones, espacios y tiempos de una interpretación tensiva, nivelar y crítica del poema; toda vez que el ritmo interno más el juicio de superficie del mismo, implica una suma de perspectivas de lecturas que han permitido comprender las principales cardinales artísticas y poéticas de la modernidad. Aparte de poeta, Max fue un crítico de poetas y poéticas caribeñas, latinoamericanas y europeas.
Los tomos IV (1) y el V (2), dan cuenta de todo un trazado justificado por el contexto puntual y hasta polifónico de la poesía, tal y como también se hace legible en su Breve historia del modernismo (1954). El mismo Tomo IV, que se ha organizado bajo el título Poesía 1, resulta una contribución pedagógica y divulgadora de la poesía cubana y con ella de sus diferencias poéticas verbales.
El volumen de marras se constituye por ensayos, conferencias, artículos y comentarios diversos sobre poesía cubana. El crítico Virgilio López Lemus destaca en su introducción, una línea puntual para intuir los bordes, centros y perspectivas del poema a partir de la lectura de MHU. Y es que nuestro crítico y poeta creó un enmarque histórico literario sobre poesía cubana que, en algunos casos, llegó a estudiar más profundamente que la dominicana.
Las lecciones sobre poesía, así como las conferencias y cursos de poetas hispanoamericanos y universales se pronuncian en un orden analítico en el que se leen los signos de una expresión verbal, justificados en la vida-obra del poeta o los poetas de distintas latitudes y tradiciones.
En tal sentido, los dos volúmenes referidos, expresan las ideas y visiones de un crítico, historiador y poeta que como sostiene debe ser estudiada y reconocida en sus esfuerzos y sobre todo, en su misma diferencia y práctica de trabajo. La vida literaria de MHU se sostuvo en el marco de una decisión de trabajo incorporado, a publicaciones e instituciones que han gozado y gozan de respeto y apoyo intelectual en el marco de los estudios literarios y comparativos.
Según Ivette Fuentes:
“La labor del intelectual dominicano Max Henríquez Ureña no ha sido, hasta ahora, debidamente apreciada y estudiada”. (Vol.2. cit. p. XI)
El autor del Panorama histórico de la literatura dominicana (1492-1952), fue un productor de ideas y análisis literarios de vertientes diversas y de perspectivas intelectuales con arraigo en Hispanoamérica y en países “no-hispánicos”. El tratamiento evolutivo y estilístico de los textos poéticos acentúa en la labor sistémica de MHU una concepción de la literatura sostenida en un pódium normado por cardinales axiológicas y en muchos casos liberales.
Es por eso que, en el Tomo V Volumen 2 de Poesía se construye un juicio poético afirmado en categorías y conceptos surgentes de una práctica de trabajo asumida como actitud de escritor y convicción humanística orientada como formatividad literaria, filosófica y artística. Tal es la predominante de los volúmenes 1 y 2 de Obra y Apuntes de Max Henríquez Ureña. En el Volumen 2 Ivette Fuentes sostiene en el prólogo-ensayo algunos caracterizadores axiológicos sobre la compilación:
“… que reúne una selección de su escritura de, y, sobre poesía-ensayos, poemas y traducciones aunados con tal propósito difusor –descubre una concepción de la cultura que participa plenamente dentro de la tradición ensayística hispanoamericana, en una de sus vertientes de mayor connotación como es la del Humanismo cultural, lo que pone de manifiesto un concepto de cultura apologético y abarcador, crecido en espacio, dialogal y erudito, en consonancia con la postura y proyección de Henríquez Ureña como intelectual”. (Vid. Op. cit.)
La estudiosa cubana explica la mira literaria, ideológica y axiológica del exégeta y crítico MHU en sus ritmos a partir de una concepción orientadora de la literatura y la cultura:
“En tal sentido, la óptica de mira, según el rango intuitivo que define su discurso, y que incorpora todo objeto, ya sea material o social, primario o elaborado por la civilización, entra en consonancia con la corriente marcada por la “fenomenología fenomenológica” que, a partir de Edmund Husserl encausaría los estudios de la antropología cultural para hacer de la cultura una “compleja totalidad” de conocimientos que adquiere el hombre en sociedad”. (Vid. p. XII)
La ensayista presenta en dicho marco introductorio el contexto intelectual que nutre en parte la obra de MHU y los afluentes o cardinales que respaldan y orientan el espacio de pensamiento de nuestro autor:
“Mucho podría decirse sobre esta línea de pensamiento que ha marcado derrotero en los estudios culturales, uno de ellos el que conllevó enfrentar las dificultades de buscar un concepto abstracto y puro de “cultura” (que llevaría por demás a conceptos falsos por asépticos), y que condujo al punto de vista del relativismo cultural que, por un lado, rechaza las comparaciones entre culturas desde posturas de superioridad o inferioridad, pero que ha derivado igualmente –confundiendo los límites de autoctonía con barreras de desconocimiento y aislamiento- en una entidad con realidad objetiva independiente”. (Ibídem.)
La motivación que conecta la estudiosa cubana con los aportes culturológicos, poéticos y pedagógicos de MHU, orienta un marco crítico, formador y sobre todo creador que en sus dimensiones promueve una re-lectura de obras que, como la de MHU necesita ser visitada y revisitada en sus términos, espaciamientos y tiempos de reconocimiento e interpretación. El diálogo intercultural e interliterario sugiere una perspectiva integradora de las humanidades críticas que van encontrando lugar en América, Europa, Asia, África y otros espacios, tiempos humanos y comunicativos.
“Y es aquí que entra, con pleno derecho, la obra ensayística de Max Henríquez Ureña, de la que son excelente ilustración los estudios que en la presente selección se proponen. La amplitud del espectro referativo (sic) sostiene su tesis de “interculturalidad dialógica”, pues más allá de una vastedad de miras o de perspectivas abiertas a miradas cultural y geográficamente diversas, la base que todas ellas comportan es la revelación de elementos que significan relaciones o sutiles nexos entre las culturas que representan. Todo en función de lograr una línea de pensamiento coherente que encauce el discurso para indicar –más que insinuar- meandros de identificación, para que así el conocimiento de “nuestras tierras” sea mayor”. (Ver, Ivette Fuentes, Poesía 2, P. XIII)
La posición crítico-histórica, adoptada también como método y lectura, propicia en el caso de MHU una relación entre contexto, poesía y tiempo, donde la voz como sujeto del acto creacional activa su significado verbal, intuido por un lector que accede a espacios propios del poema. Es en este modo de leer-intuir donde nuestro autor adopta y describe la heredad del cauce lírico, épico, existencial y cualificador de la cultura asumida como cuerpo y forma de percepciones expresivas. Como veremos más adelante, el temario analítico del Volumen Poesía2, no deja de enunciar la historia poética activada por el poema tematizado en el cuerpo-identidad de la metáfora verbal.