La celebración del Mes de la Herencia Hispana en el contexto actual es de suma importancia para todos los inmigrantes latinos quienes salieron de sus países de origen, por la falta de oportunidades y quienes han hecho de esta nación una segunda patria. Es necesario inculcarles a las nuevas generaciones el valor de mantener vivas las raíces de donde venimos y sobretodo, el reconocer a quienes llegaron primero; haciendo de esta patria, el mayor experimento demográfico del mundo.
Durante un mes completo, cada latino en los estados unidos, mostrará con orgullo la dignidad de formar parte de un segmento de la población estadounidense, con fuerte presencia en el aspecto cultural, gastronómico, político, deportivo, científico, etc.
En términos históricos, le atribuimos la existencia de esta celebración, gracias a los esfuerzos de tres mandatarios norteamericanos, el presidente Lyndo B. Johnson, que bajo la autorización del congreso, proclamaron la “Semana Nacional de la Herencia Hispana”; durante este tiempo la comunidad hispanoparlante en general pudiera enarbolar su herencia cultural en tan significativa semana.
Para el año 1974, en la administración de Gerald R. Ford. se emitió la proclamación estimulando a todas las organizaciones a integrarse a dichas actividades. Posteriormente, en el 1988, el mandatario Ronald Reagan ratificó los esfuerzos de su antecesor Ford para que se estableciera mediante la ley 100-402, postulando estas actividades a la cima más alta, a una celebración nacional.
Cuando se reconoció el impacto y fuerte presencia de nuestra comunidad, la celebración logró extenderse por un mes completo; fijándose así desde el 15 de septiembre hasta el 15 de octubre; denominándose “El Mes de la Herencia Hispana”. Donde cada año se conmemora las independencias de México, Nicaragua, Chile, El Salvador y Costa Rica.
Estudios de la Universidad de Stanford, muestran que “los hispanos contribuyen unos 500 millones de dólares en ventas y consumo, aportando al PIB 2.3 trillones”; dinamizando el comportamiento económico estadounidense. Mientras que La Cámara Hispana de Comercio de Washington, DC muestra que “estos generan 2,3 billones al año; ya que son la mayor minoría étnica representando el 18.3% de su población total; están considerados la creciente fuerza laboral y económica de mayor impacto”.
La fuente de la oficina del censo muestra que “estos son la segunda minoría más grande alistada en los cuerpos castrenses; con 1.2 millones de veteranos”. Los inmigrantes que no poseen documentos, tributan y le dejan como beneficios a la oficina de impuestos (IRS, por sus siglas en inglés) unos 23 billones de dólares en impuestos federales. Más de 100 mil empresas se encuentran en manos de pequeños empresarios hispanos; acrecentando el liderazgo empresarial.
“Los hispanos representarán el 75% de la fuerza laboral para el 2024”. El desarrollo de esta ágil comunidad, se ha vuelto apetecible para Demócratas y Republicanos; ya que son alrededor de 60 millones, es decir, casi un 5to% de la población de EE.UU.
Todo este crecimiento ha sido de la mano de un sufrimiento colectivo, como lo es el racismo, la discriminación y desafortunadamente nuestra comunidad sigue experimentado los estragos de ser un grupo que atraviesa fuertes desigualdades en materia educativa, salud, poca o ninguna inversión en sus comunidades, barreras del idioma y muchas enfermedades, etc.
Pese a los obstáculo, durante este mes la comunidad hispana celebra el orgullo de ser latino, que hemos decidió cantar nuestras alegrías y ocultar las penas tras el sonido de nuestra contagiosa música; recordando con respeto a quienes han engrandecido nuestra raíces y quienes gracias a sus esfuerzos nos han llenado de orgullo; desde: Franklin Chang Diaz, por ser el primer científico latino en viajar al espacio NASA, Sonia Sotomayor, la primera hispana en forma parte de la Suprema Corte de Justicia, al director cinematográfico Arturo Menéndez, Oscar de la Renta por vestir la moda de belleza, el escritor Octavio Paz, al chef Jose Andrés por su trabajo humanitario, el antropólogo James Quezada, el biólogo George Meléndez, Beto Cuevas, etc.
Pero sobretodo deseamos celebrar, a todos esos héroes y heroínas anónimos que con su trabajo y dedicación logran poner en grande la bandera de cada uno de sus países, para abrazar desde el fondo de sus corazones la norteamericana; a esos que se han unido en este difícil momento por la pandemia; para mantener limpios los hospitales, brindar comida a quienes se quedaron encerrados en casa, a los trabajadores del campo, a los empacadores de productos, los policías, bomberos, médicos, enfermeras, a todos quienes han muerto por el virus y a todos quienes han sido asesinados de manera injusta.
Durante este mes de la Herencia Hispana, celebremos con satisfacción que somos latinos y que nuestra cultura es rica, tan diversa como el colorido de las banderas; tan profunda como las heridas que han marcado nuestro destino; sin enlutar nuestro futuro. Que más allá de la semántica cultura; todos compartimos un pasado común, que nos hace resilientes al dolor e inmune a las dificultades.
“Cuando miro la forma de América en el mapa, amor, a ti te veo: las alturas del cobre en tu cabeza, tus pechos, trigo y nieve, tu cintura delgada, veloces ríos que palpitan, dulces colinas y praderas y en el frío del sur tus pies terminan su geografía de oro duplicado”. Pequeña América, Pablo Neruda.